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sábado, 20 de marzo de 2010

Felíz Día de San Patricio


Holas de nuevo!! Hoy les tengo otra de mis recetas, de esas que preparo mientras estoy en casa.
Este fin de semana, después de todos los estragos que hizo la tormenta en Long Island o en la "Isla del Diablo", como yo le llamo, porque no se puede salir ni entrar fácilmente y los habitantes somos sus prisioneros....Bueno, después de la tormenta salió un sol brillante, como para premiar a los irlandeses de este lado del mundo, por haber sido pacientes en la celebración de este día taaan verde y tan esperado por ellos. Rip Van Winkle debe haber estado revolcándose en el mundo de abajo. Así que decidí mostrales mi admiración (después de todo, estamos medio emparentados con esto de que nuestra papa los salvó de morir de hambruna) y cociné su famosa carnecita con col. En Estados Unidos le llaman el Corned Beef, porque antes,para curarla o salarla, se empaquetaba la parte de las piernas anteriores de la res, a la que se llama "falda" y en inglés, brisket, y se le "curaba "con unos pedazos de sal del tamaño de los granos de maíz. Kernum, término germánico utilizado para designar a las semillas de cualquier cosa se aplicó también a los granos de sal, pues eran muy parecidos a los granos del maíz. Para preparar uno mismo la carne salada o curada, se le sumerge en una solución de agua con sal entera de cocinar y se le deja remojar hasta que se sale. La carne así preparada se podía preservar en las epocas donde no había refrigeradores y fue de gran ayuda para la alimentación de los soldados ingleses durante las guerras Napoleónicas. La principal exportación de Irlanda fue el corned beef hecho en el pueblo de Cork, gran exportador del corned beef desde los años 1600 al 1825; los envasaban en latas y los mandaban al resto del mundo con el que comerciaban.
Ahora que ya saben la historia de lo que se van a comer, finalmente, les doy una recetita muy buena, venida del mismo Dublín...
Un pedazo de esta carne, de alrededor de 3 libras de peso, se hierve con pimienta de chapa o de bola o entera (como se le quiera llamar) por alrededor de 3 horas , o hasta que la carne se desprenda fácilmente. En los ultimos quince minutos del hervor, se le agregan 8 papas cortadas por la mitad, 6 zanahorias y una cabeza entera de col. Tambien se le agrega una cebolla partida en cuartos y perejil y estragón. Cuando los vegetales estén cocidos, se retiran de la olla. La carne se saca y se deja enfriar por 15 minutos y luego se corta en trozos largos. Se sirve en un plato en el se que ponen pedazos de la carne, y una porción de los vegetales. Es muy agradable untar la carne con mostaza y acompañarla con esa col marinada que tánto les gusta a los gringos en sus hot dogs y sobre los chorizos a la parrilla. Alcanza para 6 porciones, más o menos; depende de cuan tragón sea Ud. Yo preparé una ensalada de lechugas y tomates simple, para llenar un poquito más el estómago con cosas ligeras.

martes, 16 de marzo de 2010

Lomo a la Mandarina


El otro día hice una recetita para chuparse los dedos, que me encontré en la revista del Food Network:
Allí va:
Lomo a la Mandarina con Cebollas Chinas
1 1/2 libras de lomo cortado en tiras, sin grasa
1 mandarina
4 cebollas chinas, y otras más para adornarlo
1/4 taza de sillau o salsa de soya
2 cucharadas de aceite de ajonjolí
2 cucharaditas de azúcar
2 cucharadas de gengibre pelado y cortado en pedazos menudísimos
3 dientes de ajo molidos
un poco de pimienta roja molida
2 cucharadas de mermelada de naranjas
Direcciones:
Pinchar la carne por todas partes. Pelar la mandarina y reservar como 2 pulgadas de la cáscara.
Cortar la mandarina por la mitad y extraerle el jugo, echándolo en una bolsa de plástico de un galón. A este jugo, agregarle la cáscara de mandarina reservada cortada a lo largo, las cebollas chinas, el sillau, el aceite de ajonjolí, azúcar, el gengibre, el ajo y la pimienta roja, con un 1/4 de taza de agua. Mezclar muy bien y echar la carne a la bolsa. Refrigerar toda la noche.
Al día siguiente ponerla sobre la parrilla ya caliente, o en el horno. Reservar la salsa. Cocinarla sin voltear hasta que la carne dore. Al insertarle el termómetro, éste debe registrar 130 para una carne asada a termino medio. Reservar la salsa.
En una olla aparte, hervir el liquido de la maceración hasta que se espese. Agregarle la mermelada y el jugo que soltó la carne. Adornar la carne, ya cortada en pedazos, con las cebollas chinas restantes.
Este plato lo acompañé con un puré de papas común. Si se desea, se puede acompañar con arroz, también; pero ahora, con eso de que no hay que mezclar dos harinas, prepárense su ensaladita y solucionan el asunto. Bon Apetit!

lunes, 15 de marzo de 2010

El viaje del Nino Goyito (fragmento publicado en la web)

FELIPE PARDO Y ALIAGA:
Nació en Lima en 1806, en el seno de una familia aristócrata. Su padre fue un distinguido oidor español, siempre estuvo identificado con las costumbres tradicionales. Viajó a España donde cursó sus primeros estudios, que formaron su perfil ético. Al retornar a Lima, fue un activo y asiduo representante político, bajo la bandera de los conservadores. Participó, también, en las diversas manifestaciones culturales: el arte, la literatura, el periodismo. En el periodismo fue donde colaboró más asiduamente llegando a fundar incluso el periódico “ El Espejo de mi Tierra”, siempre en oposición a las ideas de su compañero Ascencio Segura. En 1850 amenazado por sus males: parálisis y ceguera, se retira a la vida privada hasta su deceso en 1868.
OBRAS:
Líricas:
- Corrida de toros
- Qué guapo chico
- El ministro y el aspirante
- La nariz
- La constitución de Lima
- El carnaval de Lima
Comedias:
- Frutos de la educación
- Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho
- Una huérfana en Chorrillos.
Artículos Costumbristas
- Un viaje
- El paseo de Amancaes
UN VIAJE (ARGUMENTO)
El niño Goyito ha estado recibiendo cartas de Chile durante tres años sobre ciertos negocios interesantes. Aunque tiene 52 años, lo llaman niño Goyito, y así lo llamarán hasta su muerte.
Después de muchos titubeos, el asunto se decide: viajará. La noticia corre por toda la parentela y se convierte en motivo de conversación y quehaceres. El preparativo dura seis meses. Todos se dividen el trabajo: Los sastres hacen ropas diferentes por cada cambio estacional; un hacendado de Cañete teje cigarreras; los dulces a cargo de las madres; las pastillas, la madre Salomé. Todos ellos realizan los preparativos. Sin embargo, surge la disyuntiva: de si el buque es seguro o no. Para estar seguro se vale de un extranjero (Catalán) con el cual se tranquiliza.
El niño Goyito emprende por fin el viaje tan comentado. En la despedida lloran las hermanas y También el viajero. Hay, además de llantos, encargos de la gente. Este viaje marcó un hito para el habla limeña, pues ya no se dice antes y después de Cristo, sino todo se convierte en antes y después del viaje de Goyito.

“ UN VIAJE ” ( FRAGMENTO)

El niño Goyito está de viaje. El niño Goyito va a cumplir cincuenta y dos años; pero cuando salió del vientre de su madre le llamaron niño Goyito; y niño le llaman hoy; y niño Goyito le llamarán treinta años más; porque hay muchas gentes que van al Panteón como salieron del vientre de su madre.
Este niño Goyito, que en cualquiera otra parte sería un Don Gregorión de buen tamaño, ha estado recibiendo por tres años enteros cartas de Chile, en que le avisan que es forzoso que se transporte a aquel país a arreglar ciertos nego­cios interesantísimos de familia, que han quedado embrollados con la muerte súbita de un deudo.
Los tres años los consumió la discreción gregoriana en considerar cómo se contestarían estas cartas, y cómo se efectuaría este viaje. El buen hombre no podía decidirse ni a uno, ni a otro. Pero el corresponsal menudeaba sus ins­tancias: y ya fue preciso consultarse con el confesor, y con el médico, y con los amigos. Pues señor: asunto concluido: el niño Goyito se va a Chile.
La noticia corrió por toda la parentela; dio conversación y quehaceres a todos los criados, afanes y devociones a todos los conventos; y convirtió la casa en una Liorna. Busca costureras por aquí, sastres por allá, fondista por acullá. Un hacendado de Cañete mandó tejer en Chincha cigarreras. La Madre Transverberación del Espíritu Santo se encargó en un convento de una parte de los dulces: Sor María en Gracia fabricó en otro su buena porción de ellos: la Madre Salomé , abadesa indigna, tomó a su cargo en el suyo las pastillas: una monjita recoleta mandó de regalo un escapulario: otra, dos estampitas: el Pa­dre Florencio de San Pedro corrió con los sorbetes y se encargaron a distintos manufactureros y comisionados, sustancias de gallina, botiquín, vinagre de los cuatro ladrones para el mareo, camisas a centenares, capingo (Don Gregorio llama capingo a lo que llamamos capote), chaqueta y pantalón para los días fríos, chaqueta y pantalón para los días templados, chaqueta y pantalón para los días calurosos. En suma, la expedición de Bonaparte a Egipto no tuvo más preparativos.
Seis meses se consumieron en ellos, gracias a la actividad de las niñas (hablo de las hermanitas de Don Gregorio, la menor de las cuales era su madrina de bautismo), quienes, sin embargo del dolor de que se hallaban atravesadas con este viaje, tomaron en un santiamén todas las providencias del caso.
Vamos al buque. Y ¿quién verá si este buque es bueno o malo? iVálgame Dios! i qué conflicto! ¿Se ocurrirá al inglés; Don Jorge, que vive en los altos? Ni pensaro: las hermanitas dicen que es un bárbaro, capaz de embarcarse en un zapato. Un catalán pulpero, que ha navegado en la Esmeralda , es por fin el perito. Le costean caballo: va al Callao: practica su reconocimiento, y vuelve diciendo que el barco es bueno, y que Don Goyito irá tan seguro como en un navío de la Real Armada. Con esta noticia calma la inquietud.
Despedidas. La calesa trajina por todo Lima. "¿ Conque se nos va Ud. ? ¿Con­que se decide a embarcarse?..." ¡Buen valorazo! Don Gregario se ofrece a la disposición de todos: se le bañan los ojos de lágrimas a cada abrazo: encarga que le encomienden a Dios: a él le encargan jamones, dulces, lenguas y co­branzas; y ni a él le recomienda nadie a Dios; ni él se vuelve a acordar de los jamones, de los dulces, de las lenguas, ni de las cobranzas.
Llega el día de la partida. ¡Qué bulla! ¡Qué jarana! ¡Qué Babilonia! Baúles en el patio, cajones en el dormitorio, colchones en el zaguán, diluvios de canastos por todas partes. Todo sale por fin, y todo se embarca, aunque con bastantes trabajos. Marcha Don Gregario acompañado de una numerosa caterva, a la que pertenecen también con pendones y cordón de San Francisco de Paula, las amantes hermanitas, que sólo por el buen hermano pudieran hacer el ho­rrendo sacrificio de ir por la primera vez al Callao. Las infelices no se quitan el pañuelo de los ojos; y lo mismo sucede al viajero. Se acerca la hora del embarque, y se agravan los soponcios.