Vistas a la página totales

viernes, 18 de febrero de 2011

UN AÑO MÁS

Hoy es mi cumpleaños...un año más de sabiduría y un año menos en la vida de cualquier ser humano.  El pasar del tiempo nos vuelve cada vez más conscientes de lo que somos ahora...de lo que fuimos ayer.  Miro a mi pasado con el tamiz de mi presente, y me pregunto que pude hacer ayer para mejorar mi vida actual. 
Cuando era niña quería que el tiempo pasara para ser mayor y poder hacer lo que me viniese en gana...sin vigilancias, ni direcciones trazadas por los viejos.  Ahora que el transcurrir de los años se hace cada día más rápido, uno quisiera que se detuviese el tiempo para pensar más cuidadosamente nuestras acciones. Si hay algo de lo que sí me arrepiento es no haber conversado más con mis padres, con mi abuela, con mis tios viejos, para explicar a los que me siguen, los orígenes de su presente.  Una de las cosas que más me preocupa es el hecho de pasar a formar parte de un corriente arbol genealógico que encasilla a las familias dentro de un recuadro tipo Excel. Quisiera poder leer la vida, las pasiones y triunfos de cada una de las personas que lo conforman; saber el porqué de sus acciones, las ilusiones que los llevaron a abandonar sus lugares de orígen...sus primeros amores, su vida familiar, su mundo íntimo, su lucha por sobrevivir en un mundo cada vez más cambiante.  Qusiera poder explicar, desde mi herencia psíquica e intelectual hasta el porqué de las frustraciones y orgullos familiares.  Me he propuesto que las generaciones que me sigan conozcan de donde vine, quién soy, porqué actué de tal o cual manera y cuáles fueron mis ilusiones, mis deseos, mis esperanzas y pasiones.
Si hay algo de lo que estoy orgullosa, es el haber decidido, nunca muy tarde para mí, el transmitir todo este contubernio de emociones, así como el facilitar de alguna forma a  cuanta persona pueda llegar, los conocimientos que tengo o que voy obteniendo a través de mis lecturas, a través de mi investigación.
Mis hijos, nuestros nietos, son nuestra mas grande creación, y también, nuestra eterna preocupación. Sin embargo, he aprendido que no puedo dictar sus vidas, ni dejar que ellos suplanten mis convicciones  y experiencias de toda una vida por otras que tienen corta existencia y mucho que tallar.
En esto años también he aprendido que el que juzga mucho, en cierta forma se está juzgando a sí mismo.  He aprendido que uno no puede obligar a las personas a que piensen igual que uno, y que por la misma consecuencia, siempre debemos ser fieles a nuestras convicciones, si es que aquellas se respaldan en la honradez y justicia.
 He aprendido que hay grupos que se crían en compartimentos-estancos, donde su contacto con el mundo exterior está limitado y su visión del mundo real es casi nula.  He tenido la suerte de haber encontrado la pesada puerta que impedía mi salida, y de haber aprendido a respirar el aire de mundos diferentes, entre los que se encuentra la adversidad del prójimo.  He tenido la suerte de haberme encontrado con la compasión y con la justicia, para que me enseñen a transmitir a los que me rodean, la necesidad de un mundo mejor. Si todo el mundo pusiera su granito de arena en la construcción de aquel, viviríamos quizás, una realidad comprometida...suplantaríamos las guerras, por acuerdos pacíficos. Si cada persona viviera su historia, se explicaría el porque de la lucha de sus ancestros, sus deseos de sacrificio y gloria; y repensaría su vida en función de contribuir a la fortaleza de la humanidad, incluida ella misma en aquella. Hoy es mi cumpleaños, y voy bien...he aprendido...estoy aprendiendo, y mientras Dios me preste vida, seguiré haciéndolo.