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martes, 13 de abril de 2010

Historia de la Imprenta en el Perú


Este artículo lo escribí en la ocasión del cumpleaños pasado de mi padre, y quise compartirlo con uds.



Historia de la Imprenta en el Perú



Hoy cumple años mi padre. ¿Y qué mejor ocasión que rendirle homenaje con este articulo: a él, y a través de él, a la memoria de mi abuelo y a la del padre de éste, fundadores de la recientemente fenecida Imprenta Henry Newton S.A., la cual por casi 80 años, fue parte de tan importante industria en el desarrollo de nuestro país?
Un recorrido a través de la historia nos muestra que la evolución de la imprenta se ha producido en forma independiente y desfasada en diferentes partes del mundo.
Desde los primeros intentos del hombre para narrar sus tradiciones a través del arte rupestre, de los dibujos murales, los diseños en utensilios, los libros elaborados por las diferentes culturas como la egipcia, griega o romana escritos sobre papiros o pergaminos, o las impresiones Chinas del siglo II, éste siempre ha encontrado la necesidad de expresarse y de perpetuar su historia y su filosofía de vida. Al inventarse el papel en China, allá por el año 105, en reemplazo de las pieles secas de animales o de los papiros (materiales poco económicos), se abre una nueva dimensión en la utilización de una superficie lisa para la impresión.
Los primeros moldes de madera tallada en relieve, reemplazados luego por los tipos móviles hechos de fierro fundido, con los cuales se formaban palabras, y a los cuales se embarraba con tinta para luego fijarlos en el preciado papel, fueron técnicas empleadas mucho antes de que se le adjudicara al alemán Johann Gutenberg, la invención de la imprenta en el Occidente en 1450. A él se le atribuye la creación del primer libro impreso en el mundo; la Biblia Sacra. Sin embargo fue él, el que reunió y solidificó las técnicas de impresión conocidas.
En los años siguientes, la imprenta se extendió por Alemania, Italia, España, Francia e Inglaterra.
Los grandes movimientos reformistas religiosos de los primeros siglos en Europa, han tenido mucho que ver en el progreso de la industria impresora. La necesidad de difundir los textos religiosos que protegerían la estabilidad de las instituciones de culto, hizo que aquellas proporcionaran la financiación necesaria para la producción rápida y masiva de aquellos. La producción del material impreso fue enormemente condicionada por las pugnas religiosas que se sucedieron; en especial durante el siglo XVI. La Reforma Luterana, las ideas de Calvino, y las ideas unificadoras y revisionistas surgidas durante el Concilio de Trento, acentuaron la política proteccionista de las monarquías, y frenaron el desarrollo de la independencia de la prensa.
Con la creación de las primeras universidades, se vio la necesidad de confeccionar más textos que estuvieran al alcance de los estudiantes. Así, la imprenta comienza a servir a intereses más comerciales; y la difusión de ideas a través de los libros influye en la formación de una conciencia política y social de las naciones.
En Hispanoamérica, la imprenta se introdujo a comienzos del siglo XVI, primeramente en el Virreinato de Nueva España (América del Norte e insular); y México, que era la ciudad más importante de América en aquel entonces y poseedora de una Universidad desde 1521, fue cuna de la primera imprenta americana.
Cuando los curas españoles vinieron a América, aprendieron las lenguas nativas como una forma de lograr un entendimiento de la cultura, tradiciones y cosmogonía de los naturales, y de integrarlos a la doctrina Católica. La Iglesia promovió, entonces, la introducción de la imprenta en el Nuevo Mundo y la edición de libros, manuales y catecismos orientados a catequizar a los indios.
Sin embargo, la Corona española, profundamente compenetrada con la Iglesia Católica, impuso una serie de restricciones para la publicación de material impreso que pudiese apartar a los naturales de la doctrina que se les quería imponer.
Hacia 1581, el Virreinato del Perú había cobrado gran importancia, y existía la necesidad perentoria de establecer una imprenta que difundiese rápidamente el material religioso necesario para el adoctrinamiento de los indios. Ya en 1551, los dominicos habían fundado la Universidad de San Marcos, y era necesaria la impresión de textos para los alumnos.
En ese entonces llego desde México el impresor italiano, Antonio Ricardo. Le atraía la mejor oportunidad económica que esta colonia le ofrecía.
Sin embargo, debido a las prohibiciones impuestas por Felipe II para “evitar la difusión de doctrinas peligrosas para la fe y el trono”, se le requisó su equipo de impresión, quedando en custodia de los jesuitas. Recién en 1583, pudo establecer su imprenta.
A él le encargaron los Jesuitas la impresión de un catecismo en lenguas quechua, aymara y castellana. Éste fue impreso en el claustro del Colegio de la Compañía. En su imprenta se produjeron, asimismo, muchísimos grabados y estampas; la mayor parte, de carácter religioso. Ricardo es responsable de la primera impresión de un libro en el Virreinato del Perú: “La Doctrina Cristiana”.
A pesar de las restricciones para la impresión y circulación de libros, estas órdenes eran burladas frecuentemente; y en las bibliotecas privadas, librerías y catálogos universitarios, se encontraban libros con temas prohibidos y sin pie de imprenta. Incluso, en 1594, el Virrey Hurtado de Mendoza autorizó la publicación de una “Relación” detallada de la captura del corsario ingles Richard Hawkins; contraviniendo, así, la disposición real de prohibir la elaboración de material noticioso local. Éste último fue uno de los primeros ensayos de periodismo local.
Durante el siglo XVII, abundaron las publicaciones de libros sobre estudios lingüísticos, crónicas de Indias, autos de fe o entradas de virreyes. Aparecieron, también, las primeras gacetas irregulares, que traían noticias peninsulares y locales.
Durante el siglo XVIII, los libros que se publicaron contaban con temas más amplios, relacionados con la historia, geografía y literatura. En 1743 apareció la primera publicación periodística que se llamó “La Gaceta de Lima”. En Lima, se publicó también, el primer diario de América, el “Diario de Lima”, con noticias de todo tipo.
Hasta ese siglo no se avanzo mucho en las técnicas de impresión. Se imprimía poniendo los caracteres sobre platina y presionándolos sobre el papel con prensas de madera o mármol. Al terminar el siglo, ya se introdujo la prensa de hierro, la cual se fue perfeccionando con el tiempo.
En 1811, en las Cortes de Cádiz, se decretó la libertad de prensa para toda España y sus colonias. Y fue así como en Lima, al permitir el Virrey Abascal, la circulación de periódicos sin la autorización formal del rey y de la Iglesia, comenzaron a producirse una serie de artículos a través de los cuales se expresaban opiniones políticas de toda índole. Era la época de la Emancipación; y esta libertad permitió la difusión de las ideas libertadoras. Esta disposición fue de corta duración, ya que al asumir el trono Fernando VII en España, su primera decisión fue la de revocarla y de reinstalar el absolutismo. A pesar de ello, siguieron las publicaciones clandestinas que ayudaron en la lucha emancipadora. San Martín y Bolívar, los libertadores del Perú, utilizaron la imprenta como difusora del Boletín del Ejército Unido Libertador del Perú. Después de los triunfos de Bolívar en 1824, la imprenta que había sido utilizada en las actividades subversivas, fue usada para la impresión del entonces semanario “El Peruano”.
En 1839 se fundó el diario “El Comercio”; en 1852, se fundó la imprenta de “El Heraldo”; en 1860, la de “El Mercurio”, y en 1903 se publica la revista “Actualidades”. Pero este tema ya pertenece a la historia del periodismo, materia de otro artículo posterior.
En cuanto a los avances de las técnicas impresoras: En 1814 se produjo un importante avance tecnológico con la invención de la maquina Koning, con la cual el molde plano pasaba sobre una superficie cilíndrica adonde estaba colocado el papel; el entintado era automático.
En 1854 se introdujo la impresión en las dos caras del papel. Ya en 1855 apareció la primera rotativa, en la cual se usaba el papel continuo y se hacían tirajes de hasta 10,000 ejemplares. En 1884 se patento el linotipo, con composición y distribución automáticas. En los comienzos del siglo XX se introdujeron nuevas técnicas de impresión, entre las cuales se destaco la impresión por fotografía. Más adelante, se haría uso de las computadoras para la impresión.
La investigación y relato de la historia de la imprenta en el Perú y el mundo es una tarea de hormiga que se relaciona con temas tan amplios como tecnología, periodismo e impacto social y político de este invento tan revolucionario; lo cual es imposible cubrir con tanta prolijidad en un sólo artículo periodístico. Estas líneas nos proporcionan una idea general sobre la historia de esta industria.

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