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domingo, 7 de noviembre de 2010

Calor Peruano


                                          De la muestra Arte Al Paso de Mariella Cevallos.

Hace algunos días que llegué de un viaje maravilloso a Lima, adonde tuve la oportunidad de ver a mi familia, amigos, y a mi gente peruana.  Tánta amabilidad, calidez y ayuda.  Me sorprendía subirme al micro y preguntar al boletero donde debía de bajarme para llegar, por ejemplo, a la Plaza de Armas..."todavía falta", me decía. Por allí, una zambita de ojos brillosos y alertas me miraba así de reojo, y dirigía luego su mirada hacia el camino.  Derrepente, así de la nada, volteaba hacia mí y sin yo preguntarle nada, parece que se había encargado mentalmente de avisarme que estaba cerca de mi destino... "allí señorita, allí se tiene que bajar usted." Dónde más paisano que vives en Estados Unidos o en el resto del mundo, me saludas o te ocupas de mí así?  Parece que cuando llegaste, creíste que tendrías más altura si te portabas más indiferente...porque te volviste "grindio"...sí, una mezcla de nativo peruano y gringo...Al decir de Nicomedes, te diría: Cómo has cambiado pelona...! Renuncias a tus valores, a tu tradición hospitalaria y poco a poco te vas sumergiendo en el mundo de la indiferencia que caracteriza al poblador de la gran ciudad que se adapta tan bien a ese psicoanalisis que hace Freud de la sociedad contemporánea.



Nada vale más que pasar los últimos días de los viejitos...mirándolos, hablándoles de vez en cuando.  Y lamentando la pérdida de oportunidades de sacarles lo máximo de información acerca de nuestras raíces, las anécdotas familiares, su vida antes que la tuya, los muchos porqués que uno tiene y que ahora jamás serán contestados, porque perdiste el tiempo y no les preguntaste todito lo que querías saber. Ahora me miran fíjamente, y mi mamá ya no recuerda que es mi madre...ni siquiera que es mi hija, como antes creía. Ahora me mira y yo quiero penetrar más allá del fondo de sus ojos, con la esperanza de que allí adentro, todavía recuerde las veces que me porté bien y reavivé su mirada de madre. Mi papá. el que antes me contaba las mejores anécdotas familiares, me responde: "No sé, no me acuerdo.."  Y se pone frente a la puerta, mirando por el vidrio pavonado, a ver si viene un amor pasado...o a vigilar a ver si no se llevan nada...
Nada más lindo que sentir el calor de familia...de los hermanos que de vez en cuando se dan una vuelta para siempre terminar tomando cafecito...capuchino..en la Pastelería San Antonio...a la que tanto he ido, que ya siento como se siente aquí cada vez que va uno seguido a Dunkin Donut's y todos los pasteles saben igual y el café ya no tiene sabor original.. O quizás al Delicasse o al Farmax...esta última, botica nocturna que tiene uno y mil "cucuruchos" lindos para mirar, pero caros para comprar.  Hay que admitir, sin embargo, que así uno sale y puede tener esa conversación nocturna privada de hermandad; porque en el día, vienen los compromisos más serios con los amigos de toda la vida, o los paseítos por esta Lima..grande, grande...que nunca termina uno de visitar o recordar. Pero si uno tiene por allí una hermanita vegetariana, terminas en restaurantes como el Madre Natura, que para mi gusto...no son de mi tanto gusto....

Y por allí nunca falta una amiga que me lleva en uno de sus viajes, allí al Perú profundo, profundísimo, donde me sumerjo en ese mundo al que ya había olvidado, desde mis épocas cuando trabajaba haciendo mis viajes de investigación para un organismo estatal; allí por la selva fronteriza, por los áridos pueblos costeros del norte o por las punas más altas. Y me voy y observo a nuestros compatriotas tratando de luchar para sobrevivir en un mundo ajeno en su mayor parte a la capital.  Y me vuelvo a sorprender y maravillar de la gran acogida que le hacen a gente que nunca han conocido. Me sorprende su ingenuidad, su confianza y su deseo de compartir lo poco que tienen , en mi pobre concepción de lo que verdaderamente es la "riqueza".  Al decir de mi amigo Mario Osorio, al que me atrevo a llamar así porque sé que me considera bien, el hombre andino tiene  abundancia a través de su reciprocidad. La crianza de la vida en la chacra es el compromiso del hombre con la naturaleza, con su comunidad humana, con la comunidad de sus deidades y con la comunidad de las constelaciones de la pacha.


Miles de aventuras que pasamos allá por esas punas en las que sobrevivo al soroche gracias a unas pastillas que me recomienda ese sabio investigador y gran amigo Uriel García.


Tengo la oportunidad de observar de cerca la vida de tejedor andino y su interacción con el mundo exportador, que hace conocer al resto del mundo su arte milenario.  Y trepamos cerros, y caminamos sobre riachuelos y alambres de puas que separan las tierras comunales. Y después, viajo en ómnibus panorámico, gozando cada centímetro de esa naturaleza bendita que nos ofrece nuestro Perú.


Gozo del fervor del mes de Octubre, de una misa solemne en la casa del zambito Señor de los Milagros, al que le pido que me ayude a comprender mejor a mis hijos y que me ayude a hacer reinar la paz en mi hogar..que todo sea como cuando ellos eran chiquitos y creían que su mamá y papá eran los "best, best".  A ver si eso pasa.  Ojalá que sí! Por supuesto que después de la misa,recorro las tienditas para buscar algunos recuerditos para los amigos de aca. Un poco de rebaja no hace daño...los turrones están en competencia y todas ofrecen muestritas.  Vaya a ver usted cómo se molestan si pruebas "por gusto". Si pruebas, tienes que comprarles. Yo me comí todas las muestras y salí escapada.

Y qué del cariño del agasajo de la familia y amigos, que siempre se traduce en una invitación a la comida?
Perú con sus cientos de restaurantes y miles de platillos salados y dulces, nunca cierra la oportunidad de ofrecimiento.  Es como un culto obligado...el ofrecer lo mejor del sabor peruano; más ahora, con toda esta novedad de fusión, que según Teresa Izquierdo, nuestra gran cocinera peruana, ya se torna en confusión.
No se puede suplantar el calor familiar y el de la amistad.


Me vine hace pocos días, pero parece que todavía no he llegado. Hace varios días que no salgo, porque los recuerdos son tantos que en mi mente todavía estoy viajando!!!

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