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sábado, 18 de diciembre de 2010

Feliz Navidad!!!



Ya están puestas las lucecitas, los bastoncitos de caramelo, los arbolitos iluminados a cada lado de la puerta, como en las casas elegantes, los carámbanos de luces que cuelgan de las canaletas que circundan la casa, las poinsettias de seda están plantadas en las macetas que servían de almácigos en el verano, la corona de Navidad se yergue gloriosa sobre la puerta principal, y en el interior de la casa, ya está puesto el arbolito con sus brillantes bolitas de colores y miles de adornos que conservo desde que mis hijos eran chicos.


 En el hogar de la chimenea e iluminado ténuemente, he puesto  a uno de mis belenes...pareciera un vórtice de tranquilidad en el corazón de la casa. De la pared al costado, cuelga un manto en el que está representada la figura de una iglesia iluminada, rodeada de montañas y pinos lejanos coronados de nieve. Y bajo ella, se extiende una ciudad de porcelana...un paraíso navideño.  Es un ambiente lleno de ilusiones y recuerdos.



  Celebro la Navidad...el nacimiento del niño Jesús; ese Dios-hombre que influyó tanto en la vida de todos sus seguidores y de aquellos que lo vieron como un profeta y apóstol de la paz en el mundo.  Cualesquiera que fueran nuestras creencias, el ejemplo de la vida de un hombre que aunque nacido y criado en un ambiente de mucha carestía, supo superar sus dificultades que se le presentaron y nos enseñó el significado del amor puro, debe colmar nuestras vidas.  Y a pesar de que lo común es que los que nada tienen se queden pululando entre los suyos, este ser divino influyó y sigue influyendo en la vida, en las discusiones y en la ocupación de grupos que creen en él o en los que no comprenden cómo la doctrina de este supuestamente insignificante hombre ha podido llegar a los oídos y mentes de la gente poderosa, de la gente que dice gobernar al mundo.
En los hemisferios cubiertos de blanco y en aquellos donde ya los arboles comienzan a vestirse de sus mejores galas con sus verdes hojas y florecillas, las calles y tiendas también se adornan de miles de colores.  Y hasta en los hogares más humildes se celebra de una manera más simple, el aniversario del nacimiento de uno de los suyos...el ejemplo de que aquellos también pueden ser oídos y llegar a ser grandes,  Los ingredientes principales para lograrlo son paz, amor, y sobre todo, tenacidad y firmeza en los valores, deseos y trabajo para lograrlo.
Esa es la magia de la Navidad: es esa época del año en la que la gente, que hay veces aparece como indiferente, extrae,desentierra  lo mejor de sus pasiones y las vuelca al exterior, a su mundo inmediato, para expresar su amor y como Cristo, buscar la paz en el mundo.  En las trincheras de los países en guerra, sean cristianas o no, se hace un alto en esos días de conmemoración, para celebrar alguno de sus hitos religiosos. Y es que a pesar de las pasiones diabólicas de las guerras y de los intereses de los poderes inescrupulosos, los corazones de aquellos que pelean muchas veces sin convencimiento, se ablandan y anhelan la paz.
Dándole la vuelta al internet,me encontré una bella historia acerca de la tregua de navidad que se realizó en 1914, entre los soldados alemanes y británicos, en la que imbuídos por el espíritu navideño, intercambiaron canciones alusivas a esta festividad, y hasta un partido de fútbol en el que ganaron los alemanes a los británicos por 3-2. Por esta acción, las tropas fueron dúramente castigadas por sus superiores. Les ofrezco un clip de una película que trata sobre ese suceso.




También quiero ofrecer una foto de mi hijo Julio cuando pasó la Navidad en Irak.  Su cara llena de melancolía es un ejemplo de lo que pasan los miembros de nuestro ejército en los campos de batalla:



Y qué lindo es salir a la puerta de tu casa en camino al correo, y con montones de tarjetas de Navidad para depositar, que sabe Dios cuánto me costarán porque van a todo el mundo,  y encontrar en el buzón de correo esa nueva carta portadora de nuevos deseos de felicidad y amor para tu familia y que tiene un angelito de porcelana delicado para que cuelgues en tu arbolito; y tener que regresar para buscar la tarjeta más linda que tengas y escribirla dándole las gracias a esa persona que se tomó el tiempo para traerla personalmente a tu casa, y a la que no oiste tocar el timbre, porque seguro estabas durmiendo!!
Es esta época del año donde la soledad se vuelve más llevadera, porque si te sientes sola, puedes caminar por las calles y contagiarte con los miles de sensaciones de la gente que se agolpa por las calles...y si eres social como yo, pues tienes miles de reuniones donde todo el mundo te desea lo mejor para hoy y mañana y te da esos abrazos que transmiten tanto cariño!!! Y por allí suena el teléfono y está la llamada de una persona que creías que te había olvidado, pero que en ese exacto momento sintió que te tenía que decir que está allí y que te quiere, pero que se le han pasado los días queriendo llamarte, hasta que por fin... te dice aquí estoy!!!
Este año me preparo otra vez para esa Nochebuena tradicional, en la que me he hecho la obligación principal de saludar a Jesús en su cumpleaños en la imponente catedral de mi barrio, para luego regresar a mi casa con sus miles de lucecitas y abrir los regalos de Navidad y "asopar" el panetón en un cremoso chocolate caliente, junto con mis hijos. Qué pena que por razones que nos pone la vida misma, por pruebas que Dios nos manda, esta vez no pueda ser así...tan así.  Gracias a Dios que tengo la bendición de esa familia extendida, que yo le llamo, que son los amigos que llenos de buenos deseos, levantarán una copa de espumante, celebrando nuestros deseos de paz, que quizás muy pronto llegarán.

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