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martes, 20 de abril de 2010

Lima Fotografiada


LIMA FOTOGRAFIADA Casa Courret-Lima

El 18 de Enero de cada año, se celebra un año más de la fundación, por el gobernador Francisco Pizarro, de la capital del Virreinato del Perú y actual capital de la república peruana: Lima
En sus 475 años de existencia, el anterior dominio del gran cacique Taulichusco ha sufrido grandes transformaciones políticas, sociales, culturales y económicas. Contradictoriamente, ha sido un centro religioso importante durante la época de la colonia y cuna de santos, pero también albergue de esclavos y testigo de abusos desmedidos contra los naturales. Ha sido victima de los inquisidores, y de intrigas y susurros; productos de una sociedad carente de una libertad de expresión. Es tierra también, de tapadas, de virreyes, de pregoneros y de comidas elaboradas.
Su progreso ha sido documentado a través de crónicas, documentos con disposiciones reales y legales, grabados, y a través del periodismo libre, tan limitado por los colonizadores españoles. Los tímidos ensayos de las primeras gacetas críticas del orden ideológico existente, durante la época de la Emancipación, dieron lugar a la creación del periodismo ilustrativo, informativo e independiente, de la época de la República.
Fue en mayo de 1839, que se crea el nuevo diario El Comercio. Y fue precisamente este periódico el que publicó el 18 de febrero de 1840, un artículo sobre la daguerrotipia. El mundo aplaudía una invención paralela: en Francia, la de Luis Daguerre, y en Inglaterra, la de Henry Talbot: la primera impresión fotográfica. Daguerre patentó su invento, antes que su contrincante; y así el daguerrotipo fue exportado al mundo.
El Perú se había independizado de España en 1821, y el aislamiento en el que estaba postrado hasta entonces, se transformó en una apertura al mundo comercial y a la inmigración extranjera. Era la época de la revolución industrial, y sus efectos comenzaban a sentirse en el Nuevo Mundo. Lima era una ciudad en la que el arte, la literatura y las ciencias habían sido ampliamente cultivados durante la época de la colonia, y en la que las discusiones ideológicas surgidas a raíz de la Independencia Norte Americana y de la Revolución Francesa habían influido en las ideas liberales de los pobladores de aquel entonces. Lima, redimida, se abría al progreso y permitía la llegada de familias extranjeras que venían con la esperanza de forjarse un futuro mejor en esta tan proclamada próspera tierra. No se hizo esperar, entonces, la introducción inmediata del nuevo invento, que fue traído de Europa por Maximiliano Danti. Con el se inicia un nuevo medio de comunicación: la fotografía. Desde entonces, ésta se convertiría en testigo elocuente y preservador del curso de la historia peruana.
Hacia 1840, la población de Lima contaba con aproximadamente 70,000 habitantes. El comercio atravesaba por un auge muy importante, gracias al éxito de la explotación del guano de las islas; y la bonanza económica atrajo a muchas comerciantes extranjeros que encontraban apertura para la venta de productos y de bienes suntuosos, como muebles, telas, vinos, alimentos, o perfumes.
A la población mestiza, española, nativa y africana con la que se contaba desde la colonia, se sumaron estos inmigrantes europeos; en su mayoría, italianos, franceses, alemanes y otros. Posteriormente, durante el siglo XX, Lima fue también receptora de inmigrantes asiáticos.
La influencia francesa fue particularmente importante durante la segunda mitad del siglo XIX: fue la época bautizada como “La Belle Epoque”. La arquitectura, la moda y las tendencias intelectuales y científicas francesas fueron ampliamente aceptadas en la Lima de esa época. Como se mencionó anteriormente, los intelectuales peruanos se identificaban con las ideas liberales francesas.
Y así, Lima, recibe con beneplácito el establecimiento de numerosos estudios de fotografía fundados por ciudadanos franceses. Danti, Davielle, Lattre, Garreaud, Manoury, son nombres que revolucionan la fotografía y crean euforia entre los pobladores de la ciudad. Las técnicas van progresando, y con ellas se va documentando la historia de Lima y la del Perú.
Había un arrebato por obtener las famosas “postales de visita”, en las que se imprimían fotografías de diferentes personajes de la época, de paisajes de la ciudad, y de sucesos importantes. Se pusieron de moda, también, las fotos de personas muertas, con el fin de conservar un recuerdo de los últimos momentos de los seres queridos. Estas tarjetas se distribuían entre conocidos a modo de tarjetas de presentación. La gente comienza a coleccionarlas en álbumes, iniciando así la preservación de un testimonio histórico importante.
En 1838 había llegado a Lima don Francisco Courret, comerciante francés, que se asienta en Lima y funda una tienda de novedades y de muebles llamada “La Mampara de Bronce”. Fue en esta misma localidad, en la que posteriormente, Eugenio (discípulo de Manoury) y Aquiles Courret, hijos de don Francisco, fundan en 1863 un estudio fotográfico que se convertiría en uno de los más importantes de la época. Gracias a sus buenas relaciones con altos funcionarios y personas influyentes que supieron apreciar la gran habilidad artística y técnica de Eugenio, el negocio tuvo un éxito sin precedentes. Sus fotografías gozaron de renombre nacional e internacional.
Las tarjetas de visita realizadas por Eugenio Courret marcaron un hito importante en la documentación de los cambios de la época. En ellas plasmó pasajes importantes de la historia de nuestro país, como: La utilización del cañón del pueblo, en el Combate del 2 de Mayo de 1866 que puso fin a los intentos coloniales de España; la construcción del Ferrocarril Central en 1875; la destrucción de Chorrillos por los chilenos; los años de ocupación chilena en Lima. La famosa fotografía oficial de Don Miguel Grau, el Caballero de los Mares y héroe de Angamos, fue tomada por Courret, su gran amigo. La moda, las fotos familiares, los monumentos históricos, los progresos de la ciudad, fueron extensamente plasmados en sus fotografías. Lima se vislumbra a través de ellas como una ciudad moderna, cosmopolita y romántica.
Su álbum de fotografías sirvió como medio de comunicación con el resto del mundo y ofreció una visión de las bondades de este país; quizás ayudando a los inmigrantes de esa época en su decisión de establecerse e invertir en nuestro país.
Es interesante el rol que jugo la fotografía, y en especial la de Courret, en la comercialización y propaganda. Se puso de moda el adjuntar con productos como cigarrillos, jabones, perfumes o talcos, series de fotos atractivas de niños, escenas mágicas, y de bellas damas, algunas insinuantes. Éstas llevaban los nombres de los productos en el filo y se volvían en objetos de colección. Había fotos de toreros, del puerto del Callao y de monumentos y de construcciones existentes. A través de ellas podemos conocer edificaciones que hoy ya no existen, como son el Paseo de Aguas destruido por el terremoto de 1865, el antiguo Paseo Colon de 1895, el monorriel del Cerro San Cristóbal, la Casa de la Perricholi, el antiguo Palacio de Gobierno, el Arco Morisco que existía en la primera cuadra de la Avenida Arequipa. Inmortalizó a través de sus fotos a los ambulantes de la época, como la tamalera, la lechera y el repartidor de agua.
En 1887 Courret regresó a Francia y vendió su negocio a su socio Adolfo Aubriel; quien continuó con el oficio hasta 1934. Gracias al editor Juan Mejía Baca, gran parte del Archivo Courret pasó a formar parte del patrimonio de la Biblioteca Nacional. Muchas de sus fotos se encuentran impresas en libros y revistas de la época, y muchos de sus originales se encuentran en manos de colecciones particulares y publicas.
Dubreil tuvo que cerrar el estudio en 1934 debido a la crisis económica del país, y a la gran competencia gremial. Al no poder pagar a sus operarios, los recompensó con parte del equipo del estudio, así como con los negativos de las placas de vidrio. Muchos de los negativos de Courret que la Biblioteca Nacional adquirió, provienen de los herederos de algunos de los trabajadores.
En el campo de la impresión fotográfica periodística, destacan los hermanos Manuel y Trinidad Pérez, quienes en 1871 fundan “El Correo del Perú” y en el que grababan fotos tomadas por fotógrafos locales. En 1898 “El Comercio” publicó por primera vez un grabado nacional con ocasión de la muerte de Luis Carranza, su co-propietario y co-director.
El fotógrafo portugués Manuel Moral y Vega fundador de la revista “Prisma” (1905), Variedades (1908), y del Diario “La Crónica” (1912), fue el pionero del fotoperiodismo en el Perú.
No menos importante que la contribución de los fotógrafos extranjeros, es la de los fotógrafos peruanos como Max T. Vargas, Victoriano Gil, Almenara, Cesáreo Mosquera, Sebastian Rodríguez, y la de uno de sus más famosos exponentes, Martín Chambi.
La obra de Martín Chambi es importante, pues a través de ella, desde la época que se inicia en 1908 hasta 1973, ofrece un testimonio social, histórico y étnico de la sociedad andina. Durante su época se introdujeron el ferrocarril, la motocicleta, el automóvil y el aeroplano, y Chambi los documentó fielmente.
Gracias a una de las invenciones más geniales de los tiempos, tenemos hoy en día un recuento documentado visual de la historia de una Lima que fue, y que seguirá viviendo para las generaciones posteriores. La Lima Moderna del siglo XXI, con sus 9 millones de habitantes, enfrenta constantes cambios y su arquitectura se vuelve cada vez más bizarra y “modernista”: sino fuera por el testimonio fotográfico, no creeríamos que alguna vez fue bella y ordenada

lunes, 19 de abril de 2010

Martin Chambi: El Gigante de la Fotografia- Segunda Parte



CHAMBI: EL GIGANTE DE LA FOTOGRAFÍA
Segunda Parte
“Los rostros de Martín Chambi nos recuerdan para siempre que compartimos el mismo origen, y que el terno o chambergo son brochazos de esmalte.” (Claudio Ferrufino-Coqueugniot, ganador del Premio Novela Casa de las Américas de Cuba, 2008).
Chambi fue más allá de los patrones europeos insertos en la fotografía de aquellos tiempos y retrató con su cámara la realidad de su pueblo y cultura.
Un estudio de su fotografía nos deja con la impresión que a través de ella nos quiso dejar un testimonio de una época pasada que él amaba, para que los hijos de futuras generaciones nunca olvidasen el valor de su cultura; y que pudiesen rescatar épocas pasadas, como descargando un oleaje hacia la eternidad. Al decir de Jorge Manrique, parecieran decir: “Cualquier tiempo pasado fue mejor.” En su fotografía, la naturaleza y sus pobladores, como en la cosmovisión indígena, se integran en uno solo.
Unas de sus fotografías más conocidas son las dos tomas del Gigante de Paruro, Juan de la Cruz Sihuana, gigante de 2.10 mts. de altura y con 290 libras de peso que fueran publicadas en el diario La Crónica, en 1925, bajo el nombre de “Gigante de Llusco”.


Se podría decir que a través de ella, el artista ha querido plasmar la grandiosidad de la raza indígena, a pesar de su pobreza; “donde los límites entre el mestizo y el indio son muchas veces circunstanciales” (Claudio Ferrufino). Donde el mestizo mira la grandeza de su origen y se resigna a la pequeñez de su nuevo habito. “Es la política la que juega con el destino de estos grupos cuando inclina a unos a “emblanquecer” sus desdichas y relega a los demás al profundo agujero de la abyección perenne.” (Ferrufino).
En su retrato de El Niño Mendigo, tomada en 1934, aparece la figura de un “niño-adulto” que “viste elegantemente” sus perfectamente remendados harapos y que a pesar de su pose desafiante, sus ojos reflejan la tristeza del desposeído. Pareciera decirnos: ¿Y que?

En Chicha y Sapo, fotografía tomada en 1931, el autor quiere eternizar el ambiente de la chichería, llamada por su amigo José Uriel García, “la caverna de la nacionalidad”, “donde la vida regulada por la civilidad y el trato urbano, llena de genuflexiones y cortesías, enmascarada y servil, muchas veces, se trueca en aquella otra en que el hombre es señor absoluto de su voluntad y conducta.” (J.Uriel García, “El Nuevo Indio”). Es allí donde el indio y el mestizo se identifican y recuerdan su mismo origen.

Es famosa entre otras, por su excelente manejo de la luz, la extraordinaria fotografía de la boda de Don Julio Gadea, que data de 1930, en la que representa un matrimonio típico de una pareja perteneciente a la oligarquía de aquellos tiempos.

Otra obra que impresiona por una representación de “la muerte en vida” es “Matrimonio por Conveniencia” (costumbre muy en boga por aquella época) que muestra a una niña vestida de novia con una mirada de espanto, parada detrás de un hombre mayor, de rostro duro y con pinta de corregidor.

Nos dice Chambi: “En Cusco hice muchos amigos entre los que destacó Uriel García, gran estudioso del arte peruano, Gamaniel Churala, José Sabogal y Camilo Blas, grandes artistas. A todos los retraté”.
Su casa se volvió en lugar de tertulia y de música y fue frecuentada por la elite social y política de aquel entonces. “Había logrado ser un cusqueño más en el Cusco; querido y respetado por gentes grandes y pequeñas, ricas y pobres. Mis fotografías eran la causa y mi identidad ancestral mi inspiración.”
Cuenta Uriel García Cáceres que su padre, José Uriel, padrino de 4 de los hijos de Chambi, lo mandaba al taller fotográfico en sus vacaciones útiles y que le llamaban la atención las modernas instalaciones fotográficas de su local, que estaba techado con vidrio y en el cual había colocado un sistema de cortinajes accionado mediante botones eléctricos, por medio de los cuales manejaba el uso de la luz natural.
Las cuatro hijas de Chambi en 1990

En vida, sus fotografías fueron objeto de variadas exposiciones entre las que destacan dos exposiciones en Lima y otras importantes en Chile, Santiago y Viña del Mar.
Chambi colaboró con algunas publicaciones periodísticas de la época, entre las que estaban la revista Variedades y el diario La Crónica. A raíz de la inauguración del ferrocarril Cusco-Buenos Aires, contribuyó también con los diarios La Nación y La Prensa en Argentina.
Tuvo lazos importantes con la Escuela Cusqueña y con el movimiento indigenista, de los cuales recibió apoyo significativo y con los cuales se identificó a través de sus fotografías. Fue miembro fundador de la Academia de Artes Plásticas del Cusco, y junto con José Uriel García, del Instituto Americano de Arte.
En Mayo de 1950, un violento terremoto echó abajo la mayor parte del centro histórico del Cusco, destruyendo también el ambiente cultural de la ciudad y los estudios fotográficos. Así, se disolvió la Escuela Cusqueña. Fue éste también el fin de su carrera productiva y de su interés primordial por la fotografia. Su salud, además, se encontraba bastante afectada. Se conocen pocas fotografías de él después de esa época. Sus hijos, Víctor, Manuel y Julia, quienes continuaron la obra de su padre, organizaron importantes exhibiciones de tiempo en tiempo.
En 1973, Martín Chambi murió como consecuencia de un cáncer prostático. Por ese entonces, según Edward Ramney, su trabajo sólo era recordado por cusqueños viejos; y su archivo, a pesar de estar intacto, se encontraba muy desorganizado.
En 1977 Edward Ramney, con la colaboración de la Earthwatch Foundation de Massachussets, EEUU, se dedicó, junto con Víctor y Julia Chambi, a la tarea de organizar más de 15,000 placas de vidrio no impresas y negativos de celuloide, y de imprimir más de 7000 fotografías. Así, desde 1978 se hicieron exhibiciones de mucho éxito en el Instituto Cultural del Cusco, Lima, Nueva México, México, Alburquerque, Nueva York, Canadá, Zurich, Berlín, Madrid, Rotterdam, Buenos Aires y París.
En 1991 se realizaron una serie de eventos conmemorando el centenario del nacimiento de Chambi. Con tal motivo se realizaron exposiciones en Lima, Cusco, Arequipa, Puno y Sicuani. En el 2006 se llevó a cabo una exposición muy importante en la Fundación Telefónica de Madrid.
Hasta la actualidad, la revisión de los archivos de Chambi no ha sido terminada por falta de fondos y por diversas trabas que impiden un avance adecuado.
En el Perú de hoy, su obra y la importancia de aquella como fotografía testimonial de una época importante de nuestro país y como denunciadora de la situación social del indio y mestizo de ayer y ahora, no ha sido totalmente entendida.
Chambi, al decir de Alfredo Herrera Flores (2006), “ha capturado sentimientos, sensaciones, actitudes humanas, que no son sólamente de cierto sector social cusqueño, o del paisaje serrano del Perú, sino de cualquier rincón del planeta”.“Cuando se pase de entender a Chambi como un productor de fotografías, a un productor de cultura, se habrá empezado a entender la tremenda importancia de su obra…” (Jorge Heredia

Martin Chambi: Primera Parte




CHAMBI: EL ARTESANO DE LA LUZ

El arte es la posibilidad de recrear la naturaleza u objetos que nos rodean, y de representarlos dentro de moldes estéticos aceptables a la sensibilidad humana.
La fotografía es una forma de arte. No importa que sólo documente el mundo que nos rodea o que recoja también la sensibilidad de su ejecutor en la composición y manejo de la luz a través del obturador de su cámara, la fotografía sigue siendo creación; y como tal, una contribución artística.
La fotografía es valiosa en cuanto que actúa como una máquina del tiempo que nos remonta al pasado y lo rejuvenece en el presente, para por siempre eternizarlo. Es testimonio vivo y preciso de todos los tiempos.
Desde el descubrimiento del cuarto oscuro, allá por los anos 300 AC., hasta la toma de la primera fotografía por el físico Nicephore Niépce en 1816, y su posterior perfeccionamiento por Daguerre y Talbot en 1819, y por Kodak a fines del siglo XIX, la fotografía se vuelve más popular que la pintura por su rapidez y fidelidad al modelo importado.
Al Perú, al igual que en diversas partes del mundo, llegan muchos europeos a establecer estudios fotográficos. En Lima surgen varios talleres, como los de Danti, Davielle, Lattré, Garreaud, Manoury y Courret. Rápidamente, los periódicos como El Comercio, incorporan dentro de sus páginas al nuevo invento. En ciudades del interior como Arequipa, Cusco y Puno, los extranjeros crean así mismo estudios, que poco a poco van siendo suplantados por fotógrafos nativos. En 1856, Juan Fuentes estableció el primer estudio fotográfico nacional.
Años más tarde, nombres como Aznar, Julio Acevedo, Crisanto Cabrera, los hermanos Vargas y Abraham Guillén, surgen entre otros. Martín Chambi, el llamado “artesano de la luz” sobresale como uno de sus más distinguidos exponentes.
Martín Chambi nace en 1891, en el humilde pueblo de Coaza, en las sierras quechuas de Puno, en la provincia de Carabaya. Sus padres fueron campesinos y tenían una chacra dedicada al cultivo de papas y ollucos. Algunos biógrafos dicen que su padre trabajaba, con el fin de incrementar sus ingresos, en las minas de oro de la compañía inglesa Santo Domingo Mining Company. El niño estudió, sólo hasta el tercer año de primaria y quedó huérfano cuando era muy pequeño. A los 14 años, se fue de su casa y se puso a trabajar en las minas vendiendo alcohol en latas; por lo que recibía pepitas de oro como pago.
Cuenta en su autobiografía, que entre los extranjeros había tres que manejaban unos aparatos que le llamaban la atención; y más aún, las imágenes que producían sobre cristales y papeles. Ellos le enseñaron a tomar sus primeras fotografías. A pesar de que le ofrecieron llevárselo a Inglaterra, nunca acepto: “Deseaba conocer un pueblo más grande que el mío, dentro de mi país; tal vez necesitaba sentir el atractivo de otros pueblos para poder entender mi patria y aprender más cosas. Ahora se me abría un mundo nuevo…el de la fotografía.” Así, este hombre de carácter fuerte y decidido, partió a Arequipa en 1908. “Y con unas pepitas de oro en los bolsillos, hice mi ingreso a esa ciudad.”
En Arequipa las técnicas fotográficas estaban muy avanzadas, ya que la reciente electrificación de la ciudad, permitía el mejor manejo de la luz en los talleres.
Allí se inició como aprendiz en el taller de Max Vargas, y junto con otros principiantes como los hermanos Carlos y Miguel Vargas o Enrique Masías, aprende las nuevas técnicas fotográficas importadas de Europa, en boga en esa época, como el pictorialismo o acercamiento de la fotografía a la pintura, el uso de la contraluz, el efecto de siluetas y el retoque fotográfico. Al decir de Eguren: “Sabiéndose artistas de la luz, descubren cómo iluminar la noche para que su oscuridad sea fotografiada”. (Jorge Villacorta Chávez, Andrés Garay Albújar). Su “Indio con Llama” es un ejemplo de aplicación de estas técnicas.
Chambi se quedo 10 años en Arequipa, en cuyo lapso se casó con Manuela López, y de cuya unión tuvieron 6 hijos. Allí también hizo sus primeros contactos con intelectuales y artistas y efectuó sus primeras exhibiciones.
En 1918 se dirigió a Sicuani: “Realicé por fin algo que me había propuesto; es decir, tomar fotografías de la gente y de su medio. Para vivir hacía retratos de gente pudiente, pero siempre con entrega y amistad”
Ya en 1920 se instaló definitivamente en el Cusco, en un estudio de la Calle Marqués. Manuela lo ayudó poniendo un negocio de picantería, tipo arequipeña.
Es importante situar a Chambi en el contexto histórico peruano de aquel entonces, con el fin de comprender la trayectoria de su obra.
Después de la Guerra con Chile (1879-1883), la cual tuvo consecuencias funestas en la economía peruana, el Perú entró en una etapa de reconstrucción económica. El poder estaba en manos de los civilistas conservadores, que controlaban el poder político y económico del país, y eran propietarios de los medios de producción del agro y del comercio. A través de los años abundaron los levantamientos de obreros y campesinos como consecuencia del abuso e injusticias sociales de parte de las clases dirigentes. El incremento de la deuda externa obligó al gobierno a hipotecar al país, y la administración de los recursos naturales y de los servicios pasó a manos de las empresas internacionales. Los problemas fronterizos salieron a colación, y hubo muchas revueltas de obreros e indígenas. Durante la época del Oncenio de Leguía (1919-1930) y su gobierno populista, época en la que Chambi tuvo su mayor producción fotográfica, se acentuaron los cambios manejados desde la época del civilismo. Surgió una clase media, que se encargaría de modernizar al país. Los primeros años del Leguiismo fueron de bonanza económica; situación que se aprovechó para la modernización de Lima; aunque gran parte del Perú seguía aislado del mundo. Se dio un incremento del capitalismo americano a través de los empréstitos. Se dio el apogeo y crisis del modelo exportador de materias primas. Se consolidaron las nuevas clases sociales: la clase media y el proletariado, y surgieron el APRA y el Partido Socialista, como representantes del proletariado. Se reconocieron una serie de beneficios sociales para obreros y campesinos, como la jornada de las ocho horas. Hubo una fuerte migración del campo a la ciudad, provocando el centralismo en la capital. Se firmaron tratados limítrofes para solucionar los problemas fronterizos y vergonzosamente, se cedieron propiedades a empresas extranjeras, como en el caso de La Brea y Pariñas a la empresa norteamericana Peruvian Corporation.
En 1929, cuando se dio la crisis económica de Wall Street, como nuestro país era dependiente del capital extranjero, sobretodo Norteamérica, se produjo la quiebra de bancos y de empresas agrícolas con inversiones en nuestro país. La crisis económica produjo el levantamiento de masas y hubo una alianza de los militares con la oligarquía y un enfrentamiento de los militares contra el partido del pueblo que era el APRA.
En el Cusco y Arequipa, las relaciones entre terratenientes y trabajadores eran serviles y dispares, y la expansión de las haciendas se hizo en detrimento de las comunidades, produciéndose levantamientos indígenas.
En las universidades, ultra conservadoras, se produjeron movilizaciones estudiantiles que finalmente llevaron en 1909 a la primera huelga estudiantil, a la reforma universitaria y a la libertad de cátedra. En ésta participaron personajes que serían más adelante, importantes en nuestra vida nacional como Luis Valcárcel y José Uriel García. Como consecuencia de esto, se formó la Escuela Cusqueña, que tenía como ideal la defensa de los indígenas contra los abusos de los terratenientes dentro de una corriente que se denominó Indigenismo, y cuyos representantes más importantes fueron también, Valcárcel y García.
En el Cusco, el aumento del comercio de lanas y de productos agrícolas, las mejoras en las vías de comunicación y de servicios, y el reciente interés turístico por el descubrimiento de Machu-Picchu, permitieron el acercamiento de la ciudad a la modernidad. Chambi fue testigo de la entrada del ferrocarril, la motocicleta, el automóvil y el aeroplano, así como de las modernas técnicas fotográficas.
Fue allí donde produjo lo mejor de su obra y se volvió en el pionero de las tarjetas postales, a través de las cuales intento la difusión de la cultura nacional.
Adquirió un prestigio sin igual tomando fotografías artísticas de la élite social del Cusco, así como de paisajes y escenas costumbristas que incluían a los pobladores de las zonas rurales. Su fotografía, que se podría calificar de antropológica, refleja toda la nostalgia del terruño donde nació, revaloriza al indio y rescata su cultura y su entorno, denunciando además, toda la miseria e injusticia de sus vivencias. Viaja con su mula y equipo fotográfico retratando la belleza del paisaje andino y las aldeas y pueblos pobres. Chambi dice de si mismo: “Siento que soy un representativo de mi raza; mi gente habla a través de mis fotografías.”
Otro aspecto de su fotografía registra a la sociedad dominante de su tiempo, retratándola en todos sus aspectos vivenciales: allí están las celebraciones religiosas, las reuniones sociales, sus elaboradas vestimentas, sus haciendas, y sus “pininos” hacia la modernidad.
Chambi, el niño decidido a lograr un porvenir promisorio, a integrarse a esa sociedad mestiza, y a demostrar el valor y potencial de su raza, ya adulto, sale adelante, y se vuelve famoso.
José Carlos Huayhuaca, en su libro “Martín Chambi Fotógrafo” describe a nuestro personaje como “un hombre de carne y hueso, emplazado dentro de un conflicto cultural, y que maneja hábilmente los códigos aborígenes tanto como los occidentales. Que sufre, duda, se equivoca, y que también acierta en la mejor parte de su obra como una contribución a la cuestión cultural en su contexto histórico”.
Mario Vargas Llosa dice: “Es arriesgado insistir demasiado en el valor testimonial de sus fotos. Ellas la tienen también, pero ellas lo expresan a él, tanto como al medio en que vivió, y atestiguan, más aún….que cuando se ponía detrás de la cámara se volvía un gigante; una verdadera fuerza inventora, recreadora de la vida.”

UN REGALO PERUANO AL MUNDO: EL VIAJE DE LA PAPA


UN REGALO PERUANO AL MUNDO: EL VIAJE DE LA PAPA

Cuando los españoles desembarcaron por primera vez en las costas sudamericanas en busca de las riquezas que habían oído que existían en esta parte del globo terráqueo, nunca se imaginaron que el descubrimiento de ellas no tendría un impacto tan grande en el desarrollo de la historia del mundo, como fue el hallazgo de aquel insípido tubérculo, que luego se convertiría en la fuente alimenticia más importante de todos los tiempos y en el verdadero tesoro capturado: su majestad, la papa.
Las primeras crónicas que datan del año 1537, se refieren al descubrimiento de la papa por los soldados de la conquista en el Valle de Grita, en la provincia de Vélez, Colombia. De ella cuentan que es “una planta a manera de turmas de tierra, que llaman yomas”.
Un miembro de la expedición, don Juan de Castellanos, describe que todas las casas tenían cultivos de frijoles, maíz y “turmas”; y que estas últimas eran muy sabrosas y de diferentes colores, y que fueron bien aceptadas por los españoles.
En 1552, Francisco López de Gómara publicó la primera información sobre el cultivo de la papa en las regiones altas del Collao.
El cronista Cieza de León, en su Crónica del Perú, cita a la papa como alimento principal entre los indios de Popayán, Quito y los de alrededor del Lago Titicaca, y habla sobre las bondades del chuño como alimento derivado de la papa que se puede almacenar para tiempos de hambruna; así como de la comercialización de este producto para los trabajadores de las minas de plata de Potosí.
Asimismo, Agustín de Zarate, José de Acosta, Bernabé Cobo, y el Inca Garcilazo, se refieren al cultivo de la papa, sus usos y su forma de conservación.
En La Nueva Crónica y Buen Gobierno, Felipe Guamán Poma describe las actividades agrícolas referentes a la papa, y las ilustra admirablemente.
En America, el descubrimiento de las riquísimas minas de plata de Potosí, Bolivia, en 1545, apoyó la expansión del poder imperial español en América y Europa. Y fue el chuño el que sirvió de alimento principal para los trabajadores de las minas, hasta el agotamiento de las vetas principales en 1650.
Muy probablemente los conquistadores aprendieron a comer la papa y acerca de sus bondades, y la llevaron a España como alimento para su travesía. La primera evidencia de cultivo de aquella en territorio español data de 1565 en las Islas Canarias.
Los vientos Atlánticos que soplan sobre los países Vascos en la costa Noroeste de España traen suficiente humedad a esa zona; y fue así como se iniciaron favorablemente los cultivos de papa en España. Los pescadores vascos se aprovisionaban de papa en sus incursiones por las costas de New Foundland, y fueron ellos los que introdujeron la papa en Irlanda, al desembarcar en su costa occidental, adonde descansaban y se recuperaban para el viaje de retorno.
Sin embargo, la papa fue rechazada por dos siglos en Europa. En Escocia se prohibió su consumo, pues creían que como no estaba mencionada en la Biblia, no era digna de consumo humano. La consideraban “inmoral” porque crecía bajo la tierra, lugar donde estaban los demonios. Además se le asoció como causa de la tuberculosis, malaria, el raquitismo, la sífilis, la lepra, la obesidad, y la concupiscencia. Hasta se creía que con ella se podían fabricar ungüentos que le daban poder a las brujas para volar. Se le consideraba “comida de gente baja” y de cerdos. En Irlanda se creía que si una mujer embarazada comía papas, podía dar a luz a un hijo macrocefálico.
Fuera de esto, el europeo, acostumbrado a comer alimentos muy condimentados, las tenían como insípidas. Y como estaban acostumbrados a comer pan, no le dieron tanta importancia a este cultivo como al trigo (E, Parmalee Prentice, “El Hambre en la Historia”, 1936).
En 1650, la papa rescató de la muerte a los irlandeses después de su derrota por los soldados de Cromwell. Los irlandeses eran pobres, y apreciaban la papa. Además, no podían darse el lujo de aderezarlas con las costosas especies. Los ingleses, acostumbrados a comer pan y queso, no encontraron allí un clima propicio para el buen rendimiento de sus cultivos de trigo; mientras que el cultivo de papas por los nativos irlandeses en la zona adonde habían sido circunscritos por los invasores, les dio un excelente rendimiento, y les proporcionó, junto con la leche de sus vacas, un alimento por demás nutritivo. Las tierras fueron revendiéndose poco a poco a sus propietarios en las zonas donde los ingleses no tuvieron éxito. Sólo en la zona de Ulster, triunfaron los protestantes escoceses, que habían vencido a los ingleses en 1607, cultivando avena que se adaptó fácilmente a las tierras irlandesas. Estos últimos no conocieron la papa hasta los inicios del siglo XVIII.
En el siglo XIX, en 1845, los sembríos de papa irlandeses fueron atacados por un hongo, el tizón tardío, traído en los barcos que venían de Sudamérica. Éste destruyo sus cosechas y causó una gran hambruna de la población por la gran dependencia que ellos tenían de este alimento. Este suceso tuvo grandes repercusiones en el norte de Europa, y como consecuencia de aquel, más de un millón de habitantes irlandeses murieron de hambre e infecciones, y millones mas emigraron a EEUU, Gran Bretaña, Canadá, Australia y otros lugares.
Regresando a la travesía de la papa de los primeros tiempos, existen documentos que atestiguan que la papa fue llevada a Italia; desde donde se extendió rápidamente por los Alpes, hasta Francia, y los Países Bajos.
La marcha conquistadora del ejército español por Europa, forzó a los pobladores del “Camino Español” a cultivar papas, pues éstas podían permanecer bajo tierra hasta que se comiesen, y no estaban a disposición inmediata de los ejércitos usurpadores que les quitaban sus granos.
Existen documentos en los que se citan regalos exóticos de estos tubérculos por los reyes de España a personajes importantes como el papa romano; desde Roma al Nuncio Apostólico de Mons en Bélgica; de Bélgica a un botánico Carolus Classius en Viena. En 1596, el botánico suizo Bahuin publicó un libro adonde describía a la papa, y se refería a ella como SOLANUM TUBEROSUS.
Por muchos años la papa sólo se cultivó en parcelas destinadas al autoconsumo, y se exhibió en los jardines botánicos. En 1744, el rey de Prusia (Reino Alemán entre 1701-1918; fue cabeza del Imperio Alemán desde 1871), Federico el Grande, introdujo en su reino el cultivo de la papa, como forma de prevenir el hambre en tiempos de guerra, distribuyendo entre los campesinos, semilla gratis e instrucciones para su cultivo. Durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763), los campesinos prusianos pudieron resistir repetidas invasiones de los ejércitos austriacos, rusos y franceses, sin sufrir grandes hambrunas. Al terminar la guerra, los gobiernos de los países invasores, tomando en cuenta la brillante idea del rey prusiano, propagaron el cultivo de la papa entre sus propios campesinos.
En Francia, Antoine de Parmentier, un doctor del ejército, que mientras estuvo encarcelado tres años por las tropas prusianas había sobrevivido alimentándose sólo con papas, al ser liberado luchó mucho porque se fomentara la siembra en su país. Inclusive, recurrió a trucos como el de hacer que la gente creyese que tenía un cultivo muy valioso, al hacerlo patrullar de día por soldados, durante la época de la cosecha, y dejarlo descuidado de noche. La gente, entonces, robaba las papas creyendo burlar la vigilancia, que era lo que Parmentier quería. También organizó un baile en la Corte, adonde se sirvieron platillos exquisitos confeccionados con papa e hizo que la Reina María Antonieta luciera un tocado con flores de papa. Así llegó el pueblo a conocer y a apreciar la papa.
Después de 1750, en Europa el alto rendimiento de este alimento en áreas de cultivo reducidas, y en menor tiempo que los demás, influenció en el crecimiento demográfico y en mayores retornos económicos para los gobiernos, convirtiéndose en la principal comida de los pobres. Con la introducción de los insecticidas y del arado de tracción animal en los años 1800, muchos de los trabajadores rurales se desplazaron a trabajar en las fábricas y talleres. El cultivo de la papa, se dice, favoreció la Revolución Industrial y la expansión de las ciudades.
La papa fue reserva alimentaria de Europa durante las Guerras Napoleónicas; y ya en 1815, era un alimento básico en el norte de Europa. También fue posible la emigración europea a la Siberia, puesto que encontraron allí tierras vacías que alimentarían a las poblaciones migrantes.
Por todo el mundo, marinos, misioneros, y exploradores llevaron la papa y difundieron su cultivo. Se dice que es posible que los colonos holandeses hayan llevado la papa a Taiwán alrededor de 1603. En el siglo XVII, marinos portugueses la llevaron a la India, y en el siglo XVIII a Bután, Nepal y Filipinas. En China, donde no tardó en propagarse, lo llamaban “fréjol de suelo”. Hoy en día China es el primer productor mundial de papa.
En África recién fue introducida por misioneros alemanes e ingleses a partir de 1880. En la segunda mitad del siglo XX, se ha introducido en el Medio Oriente, adonde se le cultiva, en algunos casos, en instalaciones climatizadas. A América del Norte llegó a principios del siglo XVIII.
Es interesante la propuesta del poeta chileno Pablo Neruda de que cada mujer y niño del mundo deberían sembrar una papa para terminar de una vez con el hambre.
Podemos decir con orgullo, entonces, que el descubrimiento de la papa cambió el curso de la historia del mundo, salvó de la muerte segura a poblaciones que hubiesen sucumbido a la hambruna de no ser por ella, y presenta una alternativa importantísima para solucionar el problema de la pobreza y desnutrición en el mundo.
Los esfuerzos de los científicos peruanos para introducir variedades resistentes a las plagas, y de educar al campesino en la diversificación de los cultivos de papas dentro de sus parcelas como método preventivo, están produciendo resultados favorables en el rendimiento de las cosechas.
Es interesante recalcar que el Perú cuenta con otras 30 especies de alimentos de alto contenido nutritivo que podrían convertirse en grandes contribuyentes a la despensa del mundo. Son encomiables los esfuerzos científicos y de cultores de la cocina peruana como Gastón Acurio, que están haciendo grandes esfuerzos para rescatar los productos alimenticios andinos tradicionales como la quinua, karwa, oca, cañihua y otros, que ayudaron a expandir y engrandecer el Imperio de los Incas por Sudamérica.

Cancer Update

This is some important information that was sent to me and wanted to share it with my readers.

Johns Hopkins Update -FINALLY!AFTER YEARS OF TELLING PEOPLE CHEMOTHERAPYIS THE ONLY WAY TO TRY ('TRY', BEING THE KEY WORD) TO ELIMINATE CANCER, JOHNS HOPKINS IS FINALLY STARTING TO TELL YOU THERE IS AN ALTERNATIVE WAY . Cancer Update from Johns Hopkins : 1. Every person has cancer cells in the body. These cancer cells do not show up in the standard tests until they have multiplied to a few billion. When doctors tell cancer patients that there are no more cancer cells in their bodies after treatment, it just means the tests are unable to detect the cancer cells because they have not reached the detectable size. 2. Cancer cells occur between 6 to more than 10 times in a person's lifetime. 3. When the person's immune system is strong the cancer cells will be destroyed and prevented from multiplying and forming tumors. 4. When a person has cancer it indicates the person has nutritional deficiencies. These could be due to genetic, but also to environmental, food and lifestyle factors. 5. To overcome the multiple nutritional deficiencies, changing diet to eat more adequately and healthy, 4-5 times/day and by including supplements will strengthen the immune system. 6. Chemotherapy involves poisoning the rapidly-growing cancer cells and also destroys rapidly-growing healthy cells in the bone marrow, gastrointestinal tract etc, and can cause organ damage, like liver, kidneys, heart, lungs etc. 7.. Radiation while destroying cancer cells also burns, scars and damages healthy cells, tissues and organs. 8. Initial treatment with chemotherapy and radiation will often reduce tumor size. However prolonged use of chemotherapy and radiation do not result in more tumor destruction. 9. When the body has too much toxic burden from chemotherapy and radiation the immune system is either compromised or destroyed, hence the person can succumb to various kinds of infections and complications. 10. Chemotherapy and radiation can cause cancer cells to mutate and become resistant and difficult to destroy. Surgery can also cause cancer cells to spread to other sites.11. An effective way to battle cancer is to starve the cancer cells by not feeding it with the foods it needs to multiply. *CANCER CELLS FEED ON: a. Sugar substitutes like NutraSweet, Equal, Spoonful, etc are made with Aspartame and it is harmful. A better natural substitute would be Manuka honey or molasses, but only in very small amounts. Table salt has a chemical added to make it white in color Better alternative is Bragg's aminos or sea salt. b. Milk causes the body to produce mucus, especially in the gastro-intestinal tract. Cancer feeds on mucus. By cutting off milk and substituting with unsweetened soy milk cancer cells are being starved. c. Cancer cells thrive in an acid environment. A meat-based diet is acidic and it is best to eat fish, and a little other meat, like chicken. Meat also contains livestock antibiotics, growth hormones and parasites, which are all harmful, especially to people with cancer. d. A diet made of 80% fresh vegetables and juice, whole grains, seeds, nuts and a little fruits help put the body into an alkaline environment. About 20% can be from cooked food including beans. Fresh vegetable juices provide live enzymes that are easily absorbed and reach down to cellular levels within 15 minutes to nourish and enhance growth of healthy cells. To obtain live enzymes for building healthy cells try and drink fresh vegetable juice (most vegetables including be an sprouts) and eat some raw vegetables 2 or 3 times a day. Enzymes are destroyed at temperatures of 104 degrees F (40 degrees C).. e. Avoid coffee, tea, and chocolate, which have high caffeine Green tea is a better alternative e and has cancer fighting properties. Water-best to drink purified water, or filtered, to avoid known toxins and heavy metals in tap water. Distilled water is acidic, avoid it. 12. Meat protein is difficult to digest and requires a lot of digestive enzymes. Undigested meat remaining in the intestines becomes putrefied and leads to more toxic buildup. 13. Cancer cell walls have a tough protein covering. By refraining from or eating less meat it frees more enzymes to attack the protein walls of cancer cells and allows the body's killer cells to destroy the cancer cells. 14. Some supplements build up the immune system (IP6, Flor-ssence, Essiac, anti-oxidants, vitamins, minerals, EFAs etc.) to enable the bodies own killer cells to destroy cancer cells.. Other supplements like vitamin E are known to cause apoptosis, or programmed cell death, the body's normal method of disposing of damaged, unwanted, or unneeded cells. 15. Cancer is a disease of the mind, body, and spirit. A proactive and positive spirit will help the cancer warrior be a survivor. Anger, un-forgiveness and bitterness put the body into a stressful and acidic environment. Learn to have a loving and forgiving spirit. Learn to relax and enjoy life. 16. Cancer cells cannot thrive in an oxygenated environment. Exercising daily, and deep breathing help to get more oxygen down to the cellular level. Oxygen therapy is another means employed to destroy cancer cells. 1. No plastic containers in micro. 2. No water bottles in freezer. 3. No plastic wrap in microwave.. Johns Hopkins has recently sent this out in its newsletters. This information is being circulated at Walter Reed Army Medical Center as well. Dioxin chemicals cause cancer, especially breast cancer. Dioxins are highly poisonous to the cells of our bodies. Don't freeze your plastic bottles with water in them as this releases dioxins from the plastic. Recently, Dr Edward Fujimoto, Wellness Program Manager at Castle Hospital , was on a TV program to explain this health hazard. He talked about dioxins and how bad they are for us. He said that we should not be heating our food in the microwave using plastic containers. This especially applies to foods that contain fat. He said that the combination of fat, high heat, and plastics releases dioxin into the food and ultimately into the cells of the body. Instead, he recommends using glass, such as Corning Ware, Pyrex or ceramic containers for heating food. You get the same results, only without the dioxin. So such things as TV dinners, instant ramen and soups, etc., should be removed from the container and heated in something else. Paper isn't bad but you don't know what is in the paper. It's just safer to use tempered glass, Corning Ware, etc. He reminded us that a while ago some of the fast food restaurants moved away from the foam containers to paper The dioxin problem is one of the reasons. Please share this with your whole email list......................... Also, he pointed out that plastic wrap, such as Saran, is just as dangerous when placed over foods to be cooked in the microwave. As the food is nuked, the high heat causes poisonous toxins to actually melt out of the plastic wrap and drip into the food. Cover food with a paper towel instead. This is an article that should be sent to anyone important in your life.