Pages
▼
sábado, 13 de noviembre de 2010
YouTube - VER LA TELEVISION
Este comercial es una linda forma de recordarles a todos esos panzones, cerveceros, amigos de la calle, '"workaholics"... a esas jugadoras de cartas, amigueras, servidas...a esos jóvenes ingratos, malagradecidos, egoístas... a los padres de esos niñós que utilizan a la televisión como nodriza.... de que todavía existe un mundo que les ofrece participación en el cambio social, novedades, lindos paisajes, y sobretodo....el significado de la unión familiar, la participación en la institución y fortificación de la familia... un mundo real....
viernes, 12 de noviembre de 2010
YouTube - Comercial Pepsi Amigos en Entrevista de Trabajo
Un grupo de amigos mostrando el verdadero significado de la amistad... Demasiado gracioso!!!
PICANTE DE MARISCOS, SPICY SEAFOOD STEW
English speaking people, please proceed to the bottom of this page.
Allí va una recetita. Ya me estaba olvidando de mis dones culinarias y no publicaba nada al respecto. Esta receta va a ser dada en inglés y castellano...no por huachafa, sino porque así les doy la oportunidad a los de estos lares de disfrutar de nuestra cocina peruana. Quería sin embargo, incluir un paqueño fragmento de un escrito hecho por el Ing. Jaime Ariansén Cespedes, profesor de Historia de la Gastronomía Peruana en el Instituto de los Andes:
"Picante. Existe también una explicación médica para una especie de “euforia” o nivel afrodisíaco atribuida al picante o ají. Cuando la capsicina, el elemento químico de los picantes, entra en contacto con la lengua, los neurotransmisores del dolor llevan un mensaje de alarma mezclado con el placer de la comida al cerebro, que reacciona inmediatamente liberando las endorfinas, es decir una especie de analgésicos naturales que producen una ligera euforia.
En cada mordisco a una comida picante se produce una doble sensación, primero la del placer de la comida y segundo la de la defensa inconsciente de cerebro “por esa agresión con dolor”. Y cada vez que recibe este mensaje el cerebro ordena soltar una dosis de endorfinas, que en algunos casos pueden incentivar mayor actividad de sensaciones sensuales. Por ejemplo, en la comida peruana es reconocido el valor afrodisíaco de su muy sabroso rocoto.
En Arequipa, hermosa ciudad del Misti, situada en el sur del Perú, preparan un suculento y extraordinario plato, el “Rocoto Relleno”, que debe ser uno de los manjares más contundentes de la gastronomía afrodisíaca mundial.
Mariscos. Son muy populares los efectos revitalizadores que se les atribuye a los pescados y mariscos, se dice que son “levanta muertos”, se les utiliza para “curar” los efectos negativos causados por una noche de juerga y abundante licor. Los mariscos son también famosos, por supuesto, por sus atributos afrodisíacos. La ciencia dice que los mariscos son alimentos muy ricos en proteínas y que por lo tanto tienen una acción dinámica específica que eleva el metabolismo basal. En la gastronomía peruana hemos encontrado hasta 32 platos con marisco a los que se les atribuye sensacionales efectos afrodisíacos."
Así que a disfrutar y les aconsejo cocinar este plato para esas noches o tardes románticas...en especial ahora que se acerca el verano en el hemisferio sur.
Para 4 personas: Las recetas en general pueden disminuirse o mutiplicarse dependiendo del número de comensales. Utilize la mitad de los ingredientes para dos personas.
1 cebolla roja grande
4 dientes de ajo picadísimos (aplaste el diente de ajo con un cuchillo ancho y así se sale más fácil la cáscara).
2 tazas grandes de agua o de caldo de pescado.
4 papas grandes cortadas en dados medianos
2 libras o un kilo de mixtura de mariscos
4 rodajas de pan negro licuados con una lata de leche evaporada.
1 pimiento verde cortado en rajitas largas.
1 cucharada de ají panca y otra de ají amarillo. Si usted desea, puede disminuir la cantidad de ají amarillo de acuerdo a la resistencia de sus papilas gustativas.
sal, pimienta, comino, 1 cucharadita de palillo y un cubito de caldo de pollo.
Queso parmesano al gusto
En una sartén honda, hacer un aderezo con el ajo y cebolla fritos en un poco de aceite (yo uso el Canola, porque es más saludable).
Agregar el ají panca y el ají amarillo a la fritura. Ya listo el aderezo, agregar el agua y echar dentro las papas. Hervirlas por 5 minutos, tapando la sartén. Agregarle,luego, los mariscos y revolver la mezcla. Dejar hervir, hasta que las papas estén cocinadas. Los mariscos necesitan muy poca cocción y se iran cocinando más a medida que continuamos haciendo el guiso. Disminuir el fuego a mediano. Agregar las especias, y el cubito de pollo. Agregar luego, la leche licuada con el pan y las rajas de pimiento verde. Destapar y mover con una cuchara de palo hasta que espese la mezcla. Retirar de la hornilla...los mariscos no se deben de recocinar!! Se va el amor!!! Este plato se acompaña con un arrocito con choclo, bien graneado.
I had such a hearty meal yesterday, that I decided to share this wonderful recipe wth you and let you enjoy it.
I just want to warn you before about the incredible aphrodisiac properties of the peruvian ají or chili, which are also enhanced by the same properties shared with seafood. In each bite of a spicy food you can feel the pleasure of good flavor and also the unconscious defense of the brain against this sensation mixed with a "painful agression". And each time the brain receives this message, it orders the release of endorphins, which in some cases, can encourage a bigger activity of sexual sensations. For example, the peruvian rocoto is well known for its aphrodisiac properties. The revitalizing effects of seafood are well known, also. It is known that eating them after a night of too much liquor drinking will help heal the body from its negative effects. Seafood is known also for its aphrodisiac qualities which can be explained by the effect of food rich in proteins in the elevation of the metabolic system of the body. This said and with no responsibility for the effects of this dish on you, I proceed to entice you with this recipe!!
For 4 people. You can multiply the recipe, doubling the ingredients or you can also reduce them for less people.
One big red onion diced and mixed with 4 garlic cloves crushed, peeled, and cut very finely.
2 cups of fish broth or plain water(if you don't have the broth)
4 big potatoes diced
2 pounds of seafood mixture.
4 slices of whole wheat bread blended with one can of evaporated milk
1 green pepper julienne sliced
one tablespoon of ají panca and one tablespoon of ají amarillo (you can find them in the spanish stores all over the US, Canada or the rest of the world; especially, if they are peruvian). If you can't get them (sorry because this is a very special flavour), you can use any chili you can find in the market, but make sure you use less quantitities, because I find that usually mexican chili, for example, is super strong!).
Salt, pepper, cumin, 1 teaspoon of turmeric and a chicken stock cube.
3/4 cup of parmesan cheese (optional), but it gives it a distinct taste.
In a large pan, fry in some canola oil, the onion and garlic, until transparent. Add the chili pastes. Mix well and add the 2 cups of water and the diced potatoes. When the potatoes are half cooked, add the seafood and all the spices. Cover and let cook at medium temperature for 10 minutes. In a blender, mix the evaporated milk with the slices of whole wheat bread (it gives the stew a nutty taste). Remove the lid, and add this mixture, the sliced green peppers and the parmesan cheese to the stew, and stir it with a wooden spoon until it thickens (not too much). Serve it with a side dish of rice cooked with corn kernels.
Enjoy your eating experience and don't blame me for too much love!!
jueves, 11 de noviembre de 2010
LA PESADILLA DE ESE VIAJE
LA PESADILLA DE ESE VIAJE
Hace algunos días, el 1 de noviembre de este año, mi esposo y yo iniciamos nuestro viaje de regreso desde Lima, Perú, vía Bogotá Colombia, hacia la ciudad de Nueva York, donde vivimos hace años.
El viaje se iniciaba en el aeropuerto Jorge Chávez de la ciudad de Lima, a las 5:30pm. En esa oportunidad llegamos unos de los primeros al aeropuerto para tener tiempo de chequear nuestras maletas y poder almorzar en uno de los muchos restaurantes tienen concesiones allí.
Después de habernos presentado al mostrador de Avianca, línea aérea en la que viajaríamos, y de haber presentado nuestros pasaportes y recibido nuestro pase de abordaje y los tickets correspondientes de las maletas, nos preparamos para esperar la hora del abordaje.
Como yo soy una persona muy cuidadosa con mis maletas, no me retiré hasta que los del personal de servicio de la aerolínea, les pusieron un zuncho de plástico rojo entre los dos extremos del cierre, a guisa de candado. Recién me he venido a enterar que ahora la IATA acepta unos candados especiales que pueden ser abiertos por las autoridades competentes, si así lo consideran necesario.
El viaje se inició puntualmente y nos transportamos en un avión que tenía televisores individuales, buenas películas, y una atención bastante buena. Llegamos a Bogotá aproximadamente a las 8 de la noche, y nos preparamos para el molestoso chequeo del que hace objeto Colombia a todos los pasajeros que llegan a ese país…razón? Dicen que Perú y Colombia son los países desde donde se transporta más droga al extranjero. El caso es que lo reciben a uno con perros, chequean los maletines antes de entrar a sala de espera, y los pasajeros en tránsito vuelven a ser chequeados por personal de la compañía de vuelos, tanto en sus personas, como todos los maletines, carteras y bolsitas que se ingresen…toda una malanoche. Por supuesto que estábamos cansados y se suponía que el vuelo sería a las 11pm. El chequeo seguía y ya daban casi las 12. En ese momento, salió un grupo grande de empleados y nos anunciaron que el avión que debía de transportarnos estaba malogrado. Así como así! En la sala se formó una especie de sindicato que persistiría a lo largo de todo el viaje. Unos tenían hambre, otros tenían sueno, otros se quejaban de que no llegarían a tiempo al trabajo, otros gritaban porque sí…porque les daba la gana.
Nos anunciaron que nos llevarían a un hotel y nos darían comida. Un gordo con hambre se sintió de lo más alegre. Una señora que cumplía años ese día estaba preocupada porque no llegaría a tiempo para los preparativos para la comida de la noche con su familia. Una señora en silla de ruedas, de esas que dicen que tienen la pierna mal para que las empujen cómodamente hasta el avión, tuvo que pararse y caminar, porque ya le dolía mucho estar tanto tiempo sentada. Tuvimos todos que pasar por inmigración para que nos dieran un permiso temporal para que pudiésemos ingresar al país y ser transportados al hotel.
Después de cómo 40 minutos de viaje en el ómnibus fletado por la aerolínea, en el que no apreciamos mucho de la ciudad de Bogotá, porque estaba muy oscuro, llegamos al Hotel Tequendama de la cadena Crowne Plaza. Allí tuvimos que chequearnos para recibir las llaves de nuestros cuartos. También nos dieron un voucher para comer en los comedores. Valió la pena la caminata, a pesar de estar tan cansados, porque adentro nos esperaba una comilona con ensaladas, carnes, puré de papa, frutas y jugos. El gordo comió hasta tres platos llenecitos!!
Después de la comida, nos retiramos a nuestros cuartos y después de un reconfortante baño nos acostamos en unas camas de lo más mullidas. Qué pena que el descanso nos duró sólo dos horas, porque a las 4:15am, ya nos estaban despertando para bajar a tomar un desayuno ligero y transportarnos al aeropuerto, donde nos volvieron a revisar exhaustivamente. También nos pusimos en cola para recibir una compensación de 60 US dólares por pasajero, para ser usado en nuestro próximo viaje en Avianca. Mucha gente gana más de 60 dólares al día y no todos tienen días sobrantes de vacaciones o por enfermedad…
El viaje salió a las 8: am del día 2 de noviembre. Nos dieron el avión con los televisores individuales y la atención fue, como siempre, excelente. Llegamos aproximadamente a la 1:30am a la ciudad de Nueva York. Las líneas para pasar inmigración estaban larguísimas. Los miembros del supuesto sindicato no se imaginaban lo que les esperaba.
Después de pasar los controles de inmigración, nos dirigimos a recoger nuestras maletas. El carrusel daba vueltas y vueltas, y comenzamos a preocuparnos porque las nuestras no salían. Paró el carrusel, y nada… Por allí un trabajador con un walkie-talkie nos dijo en inglés: “That’s it” (ya fue). El gordo saltó, la anciana gritó, unos muchachos tenían que hacer transbordo a Carolina del Norte, un viejito diabético gritaba que allí estaban sus medicamentos y que se podía morir, la dueña del santo no podía creer, que esto le pasase en su día especial, y nosotros..no nos quedábamos atrás. El personal de Avianca casi era agredido con palabras. Una señorita colectaba tickets de maletas y ponía los nombres de los viajeros detrás. Finalmente se organizó un mostrador en el que se comenzaron a llenar formularios de reclamos con los números de las maletas que faltaban. Eran 107 piezas de equipaje, las faltantes. Ya nos habían dado las 4 de la tarde en este plan.
Mi esposo vendió su derecho de carretilla a otro que la necesitaba, y nos fuimos arriba, a esperar un taxi. Tuvimos que enchufar nuestros celulares descargados en uno de los enchufes que había por allí, para poder hacer la llamada a la estación. Entre broma y broma, llegamos a la casa a las seis de la tarde…justo a tiempo para atender a unos señores que venían a instalar el cable de televisión!!!
A este punto, nos faltaban nuestras medicinas, cremas, embarres y ropa. Qué cólera! Nos la agenciamos como pudimos.
Un chofer de la compañía nos trajo nuestro equipaje a los dos días. Decían que se había quedado porque como el avión que nos pusieron era más chico, no podían transportar todo el equipaje de los pasajeros porque había peligro de desbalance del avión en caso de tormentas eléctricas o de vientos fuertes. Allí comenzó mi Vía Crucis…
Faltaba una maleta! Horror! Era la mía, donde estaba toda mi ropa de invierno, mis cremas, mis películas, mis libros y algunos regalitos…y peor….mis turrones de Doña Pepa, por los que tanta pata había tirado para conseguirlos allá por el centro de Lima…lo mismo mis libros,,,y qué decir de mis películas…las ultimitas.
La señorita Bertha Cecilia Scott, jefa de la división de reclamos de maletas de Avianca, me acompañó los 8 angustiosos días que buscamos esta maleta, con una paciencia infinita…llamándome, consolándome, buscando en los aeropuertos de tres países. Muchas veces nos frustramos, hicimos de Sherlock Holmes, pero allí le dimos a la búsqueda. Hasta fui personalmente al aeropuerto y pedí entrar al cuarto de objetos perdidos del aeropuerto JFK (que no es el de Avianca)…hasta un contrabajo enorme había. Sobre una carretilla habían dos carteras de mujer (porqué no revisaban los documentos?), habían muchos maletines de esos que les confiscan a las personas antes de entrar al avión para llevarlos a carga porque no entran en la cabina, algunas maletas con identificación que no sé qué hacen allí, etc. Qué espanto! Salí frustrada y con seis dólares gastados por gusto en el parqueo.
Finalmente, después de ocho días, apareció PANCHITA. La pobre estaba abandonada en un rincón del aeropuerto de Bogotá, porque algún irresponsable le había arrancado su identificación, y los datos que yo había dado sobre la forma de la maleta habían sido malentendidos. Felizmente, la señorita Scott tuvo la magnífica idea de mandarme una foto de los tipos de maletas, para que a través de ellas identifique la mía. Un ejemplo perfecto de colaboración con el cliente! Hoy me la mandaron en una limousine del aeropuerto. Estaba perfecta y adentro…. Y oh emoción! no faltaba nada! Ahora sí que tengo que cumplir la promesa que le hice al santito Tadeo de que rezaría 5 Padres Nuestros, 5 Ave Marías y 5 Glorias por 5 días seguidos…además de que haría una donación a una causa desesperada.
Promesas son Promesas!!!
Lucia Newton de Valdivieso 11 de noviembre de 2010
Hace algunos días, el 1 de noviembre de este año, mi esposo y yo iniciamos nuestro viaje de regreso desde Lima, Perú, vía Bogotá Colombia, hacia la ciudad de Nueva York, donde vivimos hace años.
El viaje se iniciaba en el aeropuerto Jorge Chávez de la ciudad de Lima, a las 5:30pm. En esa oportunidad llegamos unos de los primeros al aeropuerto para tener tiempo de chequear nuestras maletas y poder almorzar en uno de los muchos restaurantes tienen concesiones allí.
Después de habernos presentado al mostrador de Avianca, línea aérea en la que viajaríamos, y de haber presentado nuestros pasaportes y recibido nuestro pase de abordaje y los tickets correspondientes de las maletas, nos preparamos para esperar la hora del abordaje.
Como yo soy una persona muy cuidadosa con mis maletas, no me retiré hasta que los del personal de servicio de la aerolínea, les pusieron un zuncho de plástico rojo entre los dos extremos del cierre, a guisa de candado. Recién me he venido a enterar que ahora la IATA acepta unos candados especiales que pueden ser abiertos por las autoridades competentes, si así lo consideran necesario.
El viaje se inició puntualmente y nos transportamos en un avión que tenía televisores individuales, buenas películas, y una atención bastante buena. Llegamos a Bogotá aproximadamente a las 8 de la noche, y nos preparamos para el molestoso chequeo del que hace objeto Colombia a todos los pasajeros que llegan a ese país…razón? Dicen que Perú y Colombia son los países desde donde se transporta más droga al extranjero. El caso es que lo reciben a uno con perros, chequean los maletines antes de entrar a sala de espera, y los pasajeros en tránsito vuelven a ser chequeados por personal de la compañía de vuelos, tanto en sus personas, como todos los maletines, carteras y bolsitas que se ingresen…toda una malanoche. Por supuesto que estábamos cansados y se suponía que el vuelo sería a las 11pm. El chequeo seguía y ya daban casi las 12. En ese momento, salió un grupo grande de empleados y nos anunciaron que el avión que debía de transportarnos estaba malogrado. Así como así! En la sala se formó una especie de sindicato que persistiría a lo largo de todo el viaje. Unos tenían hambre, otros tenían sueno, otros se quejaban de que no llegarían a tiempo al trabajo, otros gritaban porque sí…porque les daba la gana.
Nos anunciaron que nos llevarían a un hotel y nos darían comida. Un gordo con hambre se sintió de lo más alegre. Una señora que cumplía años ese día estaba preocupada porque no llegaría a tiempo para los preparativos para la comida de la noche con su familia. Una señora en silla de ruedas, de esas que dicen que tienen la pierna mal para que las empujen cómodamente hasta el avión, tuvo que pararse y caminar, porque ya le dolía mucho estar tanto tiempo sentada. Tuvimos todos que pasar por inmigración para que nos dieran un permiso temporal para que pudiésemos ingresar al país y ser transportados al hotel.
Después de cómo 40 minutos de viaje en el ómnibus fletado por la aerolínea, en el que no apreciamos mucho de la ciudad de Bogotá, porque estaba muy oscuro, llegamos al Hotel Tequendama de la cadena Crowne Plaza. Allí tuvimos que chequearnos para recibir las llaves de nuestros cuartos. También nos dieron un voucher para comer en los comedores. Valió la pena la caminata, a pesar de estar tan cansados, porque adentro nos esperaba una comilona con ensaladas, carnes, puré de papa, frutas y jugos. El gordo comió hasta tres platos llenecitos!!
Después de la comida, nos retiramos a nuestros cuartos y después de un reconfortante baño nos acostamos en unas camas de lo más mullidas. Qué pena que el descanso nos duró sólo dos horas, porque a las 4:15am, ya nos estaban despertando para bajar a tomar un desayuno ligero y transportarnos al aeropuerto, donde nos volvieron a revisar exhaustivamente. También nos pusimos en cola para recibir una compensación de 60 US dólares por pasajero, para ser usado en nuestro próximo viaje en Avianca. Mucha gente gana más de 60 dólares al día y no todos tienen días sobrantes de vacaciones o por enfermedad…
El viaje salió a las 8: am del día 2 de noviembre. Nos dieron el avión con los televisores individuales y la atención fue, como siempre, excelente. Llegamos aproximadamente a la 1:30am a la ciudad de Nueva York. Las líneas para pasar inmigración estaban larguísimas. Los miembros del supuesto sindicato no se imaginaban lo que les esperaba.
Después de pasar los controles de inmigración, nos dirigimos a recoger nuestras maletas. El carrusel daba vueltas y vueltas, y comenzamos a preocuparnos porque las nuestras no salían. Paró el carrusel, y nada… Por allí un trabajador con un walkie-talkie nos dijo en inglés: “That’s it” (ya fue). El gordo saltó, la anciana gritó, unos muchachos tenían que hacer transbordo a Carolina del Norte, un viejito diabético gritaba que allí estaban sus medicamentos y que se podía morir, la dueña del santo no podía creer, que esto le pasase en su día especial, y nosotros..no nos quedábamos atrás. El personal de Avianca casi era agredido con palabras. Una señorita colectaba tickets de maletas y ponía los nombres de los viajeros detrás. Finalmente se organizó un mostrador en el que se comenzaron a llenar formularios de reclamos con los números de las maletas que faltaban. Eran 107 piezas de equipaje, las faltantes. Ya nos habían dado las 4 de la tarde en este plan.
Mi esposo vendió su derecho de carretilla a otro que la necesitaba, y nos fuimos arriba, a esperar un taxi. Tuvimos que enchufar nuestros celulares descargados en uno de los enchufes que había por allí, para poder hacer la llamada a la estación. Entre broma y broma, llegamos a la casa a las seis de la tarde…justo a tiempo para atender a unos señores que venían a instalar el cable de televisión!!!
A este punto, nos faltaban nuestras medicinas, cremas, embarres y ropa. Qué cólera! Nos la agenciamos como pudimos.
Un chofer de la compañía nos trajo nuestro equipaje a los dos días. Decían que se había quedado porque como el avión que nos pusieron era más chico, no podían transportar todo el equipaje de los pasajeros porque había peligro de desbalance del avión en caso de tormentas eléctricas o de vientos fuertes. Allí comenzó mi Vía Crucis…
Faltaba una maleta! Horror! Era la mía, donde estaba toda mi ropa de invierno, mis cremas, mis películas, mis libros y algunos regalitos…y peor….mis turrones de Doña Pepa, por los que tanta pata había tirado para conseguirlos allá por el centro de Lima…lo mismo mis libros,,,y qué decir de mis películas…las ultimitas.
La señorita Bertha Cecilia Scott, jefa de la división de reclamos de maletas de Avianca, me acompañó los 8 angustiosos días que buscamos esta maleta, con una paciencia infinita…llamándome, consolándome, buscando en los aeropuertos de tres países. Muchas veces nos frustramos, hicimos de Sherlock Holmes, pero allí le dimos a la búsqueda. Hasta fui personalmente al aeropuerto y pedí entrar al cuarto de objetos perdidos del aeropuerto JFK (que no es el de Avianca)…hasta un contrabajo enorme había. Sobre una carretilla habían dos carteras de mujer (porqué no revisaban los documentos?), habían muchos maletines de esos que les confiscan a las personas antes de entrar al avión para llevarlos a carga porque no entran en la cabina, algunas maletas con identificación que no sé qué hacen allí, etc. Qué espanto! Salí frustrada y con seis dólares gastados por gusto en el parqueo.
Finalmente, después de ocho días, apareció PANCHITA. La pobre estaba abandonada en un rincón del aeropuerto de Bogotá, porque algún irresponsable le había arrancado su identificación, y los datos que yo había dado sobre la forma de la maleta habían sido malentendidos. Felizmente, la señorita Scott tuvo la magnífica idea de mandarme una foto de los tipos de maletas, para que a través de ellas identifique la mía. Un ejemplo perfecto de colaboración con el cliente! Hoy me la mandaron en una limousine del aeropuerto. Estaba perfecta y adentro…. Y oh emoción! no faltaba nada! Ahora sí que tengo que cumplir la promesa que le hice al santito Tadeo de que rezaría 5 Padres Nuestros, 5 Ave Marías y 5 Glorias por 5 días seguidos…además de que haría una donación a una causa desesperada.
Promesas son Promesas!!!
Lucia Newton de Valdivieso 11 de noviembre de 2010
domingo, 7 de noviembre de 2010
Calor Peruano
De la muestra Arte Al Paso de Mariella Cevallos.
Hace algunos días que llegué de un viaje maravilloso a Lima, adonde tuve la oportunidad de ver a mi familia, amigos, y a mi gente peruana. Tánta amabilidad, calidez y ayuda. Me sorprendía subirme al micro y preguntar al boletero donde debía de bajarme para llegar, por ejemplo, a la Plaza de Armas..."todavía falta", me decía. Por allí, una zambita de ojos brillosos y alertas me miraba así de reojo, y dirigía luego su mirada hacia el camino. Derrepente, así de la nada, volteaba hacia mí y sin yo preguntarle nada, parece que se había encargado mentalmente de avisarme que estaba cerca de mi destino... "allí señorita, allí se tiene que bajar usted." Dónde más paisano que vives en Estados Unidos o en el resto del mundo, me saludas o te ocupas de mí así? Parece que cuando llegaste, creíste que tendrías más altura si te portabas más indiferente...porque te volviste "grindio"...sí, una mezcla de nativo peruano y gringo...Al decir de Nicomedes, te diría: Cómo has cambiado pelona...! Renuncias a tus valores, a tu tradición hospitalaria y poco a poco te vas sumergiendo en el mundo de la indiferencia que caracteriza al poblador de la gran ciudad que se adapta tan bien a ese psicoanalisis que hace Freud de la sociedad contemporánea.
Nada vale más que pasar los últimos días de los viejitos...mirándolos, hablándoles de vez en cuando. Y lamentando la pérdida de oportunidades de sacarles lo máximo de información acerca de nuestras raíces, las anécdotas familiares, su vida antes que la tuya, los muchos porqués que uno tiene y que ahora jamás serán contestados, porque perdiste el tiempo y no les preguntaste todito lo que querías saber. Ahora me miran fíjamente, y mi mamá ya no recuerda que es mi madre...ni siquiera que es mi hija, como antes creía. Ahora me mira y yo quiero penetrar más allá del fondo de sus ojos, con la esperanza de que allí adentro, todavía recuerde las veces que me porté bien y reavivé su mirada de madre. Mi papá. el que antes me contaba las mejores anécdotas familiares, me responde: "No sé, no me acuerdo.." Y se pone frente a la puerta, mirando por el vidrio pavonado, a ver si viene un amor pasado...o a vigilar a ver si no se llevan nada...
Nada más lindo que sentir el calor de familia...de los hermanos que de vez en cuando se dan una vuelta para siempre terminar tomando cafecito...capuchino..en la Pastelería San Antonio...a la que tanto he ido, que ya siento como se siente aquí cada vez que va uno seguido a Dunkin Donut's y todos los pasteles saben igual y el café ya no tiene sabor original.. O quizás al Delicasse o al Farmax...esta última, botica nocturna que tiene uno y mil "cucuruchos" lindos para mirar, pero caros para comprar. Hay que admitir, sin embargo, que así uno sale y puede tener esa conversación nocturna privada de hermandad; porque en el día, vienen los compromisos más serios con los amigos de toda la vida, o los paseítos por esta Lima..grande, grande...que nunca termina uno de visitar o recordar. Pero si uno tiene por allí una hermanita vegetariana, terminas en restaurantes como el Madre Natura, que para mi gusto...no son de mi tanto gusto....
Y por allí nunca falta una amiga que me lleva en uno de sus viajes, allí al Perú profundo, profundísimo, donde me sumerjo en ese mundo al que ya había olvidado, desde mis épocas cuando trabajaba haciendo mis viajes de investigación para un organismo estatal; allí por la selva fronteriza, por los áridos pueblos costeros del norte o por las punas más altas. Y me voy y observo a nuestros compatriotas tratando de luchar para sobrevivir en un mundo ajeno en su mayor parte a la capital. Y me vuelvo a sorprender y maravillar de la gran acogida que le hacen a gente que nunca han conocido. Me sorprende su ingenuidad, su confianza y su deseo de compartir lo poco que tienen , en mi pobre concepción de lo que verdaderamente es la "riqueza". Al decir de mi amigo Mario Osorio, al que me atrevo a llamar así porque sé que me considera bien, el hombre andino tiene abundancia a través de su reciprocidad. La crianza de la vida en la chacra es el compromiso del hombre con la naturaleza, con su comunidad humana, con la comunidad de sus deidades y con la comunidad de las constelaciones de la pacha.
Miles de aventuras que pasamos allá por esas punas en las que sobrevivo al soroche gracias a unas pastillas que me recomienda ese sabio investigador y gran amigo Uriel García.
Tengo la oportunidad de observar de cerca la vida de tejedor andino y su interacción con el mundo exportador, que hace conocer al resto del mundo su arte milenario. Y trepamos cerros, y caminamos sobre riachuelos y alambres de puas que separan las tierras comunales. Y después, viajo en ómnibus panorámico, gozando cada centímetro de esa naturaleza bendita que nos ofrece nuestro Perú.
Gozo del fervor del mes de Octubre, de una misa solemne en la casa del zambito Señor de los Milagros, al que le pido que me ayude a comprender mejor a mis hijos y que me ayude a hacer reinar la paz en mi hogar..que todo sea como cuando ellos eran chiquitos y creían que su mamá y papá eran los "best, best". A ver si eso pasa. Ojalá que sí! Por supuesto que después de la misa,recorro las tienditas para buscar algunos recuerditos para los amigos de aca. Un poco de rebaja no hace daño...los turrones están en competencia y todas ofrecen muestritas. Vaya a ver usted cómo se molestan si pruebas "por gusto". Si pruebas, tienes que comprarles. Yo me comí todas las muestras y salí escapada.
Y qué del cariño del agasajo de la familia y amigos, que siempre se traduce en una invitación a la comida?
Perú con sus cientos de restaurantes y miles de platillos salados y dulces, nunca cierra la oportunidad de ofrecimiento. Es como un culto obligado...el ofrecer lo mejor del sabor peruano; más ahora, con toda esta novedad de fusión, que según Teresa Izquierdo, nuestra gran cocinera peruana, ya se torna en confusión.
No se puede suplantar el calor familiar y el de la amistad.