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sábado, 11 de junio de 2011
jueves, 9 de junio de 2011
Going Green!!!
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http://video.aol.com/aolvideo/aol-real-estate/my-next-move-going-green-to-save-green/975077924001
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Críticas a Mario Vargas LLosa
Están circulando en la red cibernética, e-mails que critican a Mario Vargas Llosa, nuestro laureado escritor, como un individuo mezquino y mentiroso, envidioso y picón, que finalmente "no pudo votar" por Ollanta Humala, a pesar de apoyarlo, ya que el gobierno español se lo impedía.
Para el conocimiento de todos los peruanos, les presento aquí dos documentos: uno español y el otro del gobierno peruano, donde se estipulan las condiciones para obtener las nacionalidades de estos países. Ambos países pemiten la doble nacionalidad. En el caso del Perú, uno es peruano hasta que renuncia a su nacionalidad y España reconoce para los Latinoamericanos, el derecho a conservar su nacionalidad. Mario Vargas Llosa tuvo sus razones para votar o no votar, como las hemos tenido todos los peruanos residentes en el extranjero, con ciudadanía en otros países. Es injusto que se circulen esta clase de correos electrónicos sin fundamento legal. Personalmente, soy una defensora acérrima de la justicia y de la verdad.
Es increible, cómo en momentos en que debemos de tender hacia una concertación entre grupos politicos del país para mantener intachable nuestra democracia y nuestro bien merecido progreso económico que nos ha permitido ocupar un lugar preponderante en el promedio de crecimiento dentro de la comunidad internacional, existan personas que al creerse personalmente ofendidas o fastidiadas con los resultados, comienzan a divulgar información desacertada sobre hechos o tendencias que se producen dentro de nuestro país.
Cada persona tiene derecho a observar y ser consecuente con sus ideas y utilizarlas en forma saludable para contribuir a la crítica constructiva en beneficio de nuestro país. En estas votaciones el "verdadero votante" ha hecho un voto a su conciencia...primer derecho inalienable en cualquier constitución de un país. El que prohiba la expresión libre de sus ideas a un ciudadano, está atentando contra la libertad de expresión. Es una pena que los hombres públicos sean blanco de las críticas de un pueblo que se asemeja a los de la Edad Media, donde se ajusticiaba a las brujas y brujos, matándolos a pedrazos o asistiendo y dando vivas a la horca. Cómo es eso del que no piensa como los grupos de poder minoritarios, es tildado de traicionero? Ya basta! Concertemos! Y les cuento un secreto...no voté porque por más que lo pensé... no podía aventarme como la otra vez hicimos los peruanos: a votar por el menor mal!
peruanos, inscritos en el registro correspondiente durante su minoría de edad.
Son asimismo peruanos los que adquieren la nacionalidad por naturalización o por opción, siempre que tengan residencia en el Perú."
Y en su artículo 53 dice:
"La ley regula las formas en que se adquiere o recupera la nacionalidad.
La nacionalidad peruana no se pierde, salvo por renuncia expresa ante autoridad peruana."
De ahí resulta, que el Perú acepta doble y hasta múltiple nacionalidad, porque "la nacionalidad peruana no se pierde".
Por otro lado, la Ley de Nacionalidad, Ley No. 26574, dada el 21 de diciembre de 1995, "regula los vínculos jurídicos, políticos y sociales concernientes a la nacionalidad peruana, de acuerdo con los preceptos de la Constitución Política y los Tratados celebrados por el Estado y en vigor" (artículo 1 de la Ley de Nacionalidad).
"Artículo 9:
Los peruanos de nacimiento que adoptan la nacionalidad de otro país no pierden su nacionalidad, salvo que hagan renuncia expresa de ella ante autoridad competente.
Artículo 10:
Las personas que gozan de doble nacionalidad, ejercitan los derechos y obligaciones de la nacionalidad del país donde domicilian (y cuya nacionalidad poseen).
Artículo 11:
La doble nacionalidad no confiere a los extranjeros que se naturalicen, derechos privativos de los peruanos por nacimiento.
Los peruanos por nacimiento que gozan de doble nacionalidad, no pierden los derechos privativos que les concede la Constitución."
Finalmente, el Reglamento de la Ley de Nacionalidad (Decreto Supremo No. 004-97-IN) "establece normas y procedimientos relacionados a los vínculos jurídicos, políticos y sociales concernientes a la obtención de la nacionalidad peruana de acuerdo con los preceptos de la Constitución Política y los Tratados celebrados por el Estado Peruano con otras Naciones y en vigor ...." (Artículo 1 del Reglamento de la Ley de Nacionalidad).
Es importante señalar, que – de conformidad con el Artículo 2 de dicho Reglamento – "corresponde a la Dirección General de Migraciones y Naturalización del Ministerio del Interior, ejercer la jurisdicción y competencia en lo relativo a los asuntos de migración, nacionalidad, y de naturalización en el orden administrativo."
En el rubro "Leyes" se pueden encontrar los textos completos de la Ley de Nacionalidad y de su Reglamento.
En Lima el trámite se lleva a cabo en la Dirección General de Migraciones y Naturalización.
En todos los casos se debe devolver el Documento de Identidad (DNI), y presentar el pasaporte así como la Libreta Militar (si el interesado la tiene) para la debida anulación de dichos documentos.
NOTA: Los padres no pueden renunciar a la nacionalidad peruana en nombre de sus hijos menores de edad, pues de acuerdo a dispositivos legales actualmente vigentes, sólo los mayores de edad pueden hacerlo.
Para el conocimiento de todos los peruanos, les presento aquí dos documentos: uno español y el otro del gobierno peruano, donde se estipulan las condiciones para obtener las nacionalidades de estos países. Ambos países pemiten la doble nacionalidad. En el caso del Perú, uno es peruano hasta que renuncia a su nacionalidad y España reconoce para los Latinoamericanos, el derecho a conservar su nacionalidad. Mario Vargas Llosa tuvo sus razones para votar o no votar, como las hemos tenido todos los peruanos residentes en el extranjero, con ciudadanía en otros países. Es injusto que se circulen esta clase de correos electrónicos sin fundamento legal. Personalmente, soy una defensora acérrima de la justicia y de la verdad.
Es increible, cómo en momentos en que debemos de tender hacia una concertación entre grupos politicos del país para mantener intachable nuestra democracia y nuestro bien merecido progreso económico que nos ha permitido ocupar un lugar preponderante en el promedio de crecimiento dentro de la comunidad internacional, existan personas que al creerse personalmente ofendidas o fastidiadas con los resultados, comienzan a divulgar información desacertada sobre hechos o tendencias que se producen dentro de nuestro país.
Cada persona tiene derecho a observar y ser consecuente con sus ideas y utilizarlas en forma saludable para contribuir a la crítica constructiva en beneficio de nuestro país. En estas votaciones el "verdadero votante" ha hecho un voto a su conciencia...primer derecho inalienable en cualquier constitución de un país. El que prohiba la expresión libre de sus ideas a un ciudadano, está atentando contra la libertad de expresión. Es una pena que los hombres públicos sean blanco de las críticas de un pueblo que se asemeja a los de la Edad Media, donde se ajusticiaba a las brujas y brujos, matándolos a pedrazos o asistiendo y dando vivas a la horca. Cómo es eso del que no piensa como los grupos de poder minoritarios, es tildado de traicionero? Ya basta! Concertemos! Y les cuento un secreto...no voté porque por más que lo pensé... no podía aventarme como la otra vez hicimos los peruanos: a votar por el menor mal!
De la Web Social Europea e Iberoamericana
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Son asimismo peruanos los que adquieren la nacionalidad por naturalización o por opción, siempre que tengan residencia en el Perú."
Y en su artículo 53 dice:
"La ley regula las formas en que se adquiere o recupera la nacionalidad.
La nacionalidad peruana no se pierde, salvo por renuncia expresa ante autoridad peruana."
De ahí resulta, que el Perú acepta doble y hasta múltiple nacionalidad, porque "la nacionalidad peruana no se pierde".
Por otro lado, la Ley de Nacionalidad, Ley No. 26574, dada el 21 de diciembre de 1995, "regula los vínculos jurídicos, políticos y sociales concernientes a la nacionalidad peruana, de acuerdo con los preceptos de la Constitución Política y los Tratados celebrados por el Estado y en vigor" (artículo 1 de la Ley de Nacionalidad).
Doble Nacionalidad
Dicha Ley trata en su Capítulo IV de la doble nacionalidad y establece sobre el tema:"Artículo 9:
Los peruanos de nacimiento que adoptan la nacionalidad de otro país no pierden su nacionalidad, salvo que hagan renuncia expresa de ella ante autoridad competente.
Artículo 10:
Las personas que gozan de doble nacionalidad, ejercitan los derechos y obligaciones de la nacionalidad del país donde domicilian (y cuya nacionalidad poseen).
Artículo 11:
La doble nacionalidad no confiere a los extranjeros que se naturalicen, derechos privativos de los peruanos por nacimiento.
Los peruanos por nacimiento que gozan de doble nacionalidad, no pierden los derechos privativos que les concede la Constitución."
Finalmente, el Reglamento de la Ley de Nacionalidad (Decreto Supremo No. 004-97-IN) "establece normas y procedimientos relacionados a los vínculos jurídicos, políticos y sociales concernientes a la obtención de la nacionalidad peruana de acuerdo con los preceptos de la Constitución Política y los Tratados celebrados por el Estado Peruano con otras Naciones y en vigor ...." (Artículo 1 del Reglamento de la Ley de Nacionalidad).
Es importante señalar, que – de conformidad con el Artículo 2 de dicho Reglamento – "corresponde a la Dirección General de Migraciones y Naturalización del Ministerio del Interior, ejercer la jurisdicción y competencia en lo relativo a los asuntos de migración, nacionalidad, y de naturalización en el orden administrativo."
En el rubro "Leyes" se pueden encontrar los textos completos de la Ley de Nacionalidad y de su Reglamento.
Renuncia a la nacionalidad
Los ciudadanos que viven en el exterior y deseen renunciar a la nacionalidad peruana pueden hacerlo ante el funcionario consular mediante acta de renuncia o escritura pública.En Lima el trámite se lleva a cabo en la Dirección General de Migraciones y Naturalización.
En todos los casos se debe devolver el Documento de Identidad (DNI), y presentar el pasaporte así como la Libreta Militar (si el interesado la tiene) para la debida anulación de dichos documentos.
NOTA: Los padres no pueden renunciar a la nacionalidad peruana en nombre de sus hijos menores de edad, pues de acuerdo a dispositivos legales actualmente vigentes, sólo los mayores de edad pueden hacerlo.
miércoles, 8 de junio de 2011
Guandong Acrobatic Group of China
Before the presentation, I will enclose an article written by Peter Foster about the amazing Chinese group Pas de Deux:
By Peter Foster:
7:00AM BST 25 Jul 2011
It was the moment that launched a million YouTube hits: a ballerina, pretty as a snowflake, dancing a pas de deux from Swan Lake on her partner’s head. There are hundreds of bootleg video clips of this extraordinary feat, performed by two Chinese dancers, Wu Zhengdan and Wei Baohua, but all of them share a collective gasp of astonishment as Wu steadies herself, en pointe, atop her partner’s head and then performs a pirouette, her legs in vertical splits, torso arched backwards in a gravity-defying arabesque. For one fleeting moment the hubbub of the auditorium is silenced. Wu holds the swanlike pose, picked out in a centre-stage spotlight, luminous and still as an ice-sculpture. And then, even before the dismount, comes the thunderous applause.
But that was last night. This morning, stripped of their glitter and the greasepaint, Wu and Wei look just like any other commuters sharing a lift into work under the perpetually grey-washed skies of the southern Chinese city of Guangzhou. They are in the middle of preparations for an international revival of their acrobatic rendering of Tchaikovsky’s Swan Lake, but the early dress performances are not up to standard.
In the auditorium of the rehearsal theatre Li Yaping, the director of the Guangdong Acrobatic Troupe of China, of which Wu and Wei are the lead dancers, is giving the rank and file performers a piece of her mind. Her message is plain: shape up, and fast.
The star pair (they are a couple in life as well as on stage) are exempted from the dressing-down, arriving at the theatre in the Pajero four-wheel drive that is a symbol of their status. Even offstage, they move like cats: at 31, Wu is a Siamese, light-boned and angular; Wei, at 41, is the alpha male, all mane and musculature. Their physical opposition – he weighs 12 stone, she a shade under seven – at least explains the biomechanics of how it is possible for one person to dance on the head of another.
How ‘the move’ that made their names was created is a rather longer story. It began in Shenyang, an industrial city in China’s frigid north-east, where both were born to reasonably well-off families and attended the local sports and gymnastics school. Their stars crossed briefly but it wasn’t until the 1990s that they got to know each other, on the provincial and then national and international gymnastics circuit where they were frequently paired together. ‘I suppose at the start I didn’t look at her that way, she was like a younger sister to me,’ Wei recalls. ‘But over time we fell in love. As we started to work together more and more, we gradually became perfectly physically and mentally attuned to each other.’
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Covent Garden and Salisbury Playhouse: Tense geometry and cubist zebras
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By 1997 it had become apparent that neither was going to make it to the highest levels of gymnastics, where Wu specialised in floor dancing. After a decade of gruelling training and intensive competition, at age 16 she was ready to quit. ‘After my last major competition in Shenzhen in 1997, I had had enough. We were approached by the coach of the acrobats, but I told my parents I didn’t want to perform any more. In the end they begged me to give it a try, not to waste my training, so I agreed out of respect for them.’
It was a further five uncertain years before it was clear that the gamble had paid off. In 2002 Wu and Wei won a gold medal at the Monte Carlo International Circus Festival for what was prosaically titled ‘Oriental Swan-Ballet on Top of Head’, and which would become the centrepiece of an acrobatic rendering of Tchaikovsky’s lyrical ballet (initially directed by the choreographer Zhao Ming). The show, which was the troupe’s first foray into the classical canon, combining its usual repertoire of tricks into an artistic production, has stunned audiences around the world ever since 2005. When the show first toured Britain three years ago the purists did their best to sniff – ‘mind-bogglingly silly’, ‘goofy’, ‘garish’, ‘cheesy’, they said before admitting, with unusual unanimity, that this hybrid performance of ballet and acrobatics was ‘extraordinary, brilliant, breathtaking’ and simply ‘great fun’. Above all, no one could stop talking about the ‘move’.
It is a sultry afternoon when we see where it all began in the Guangdong troupe’s headquarters in Guangzhou. The pictures on the walls show the sweep of history. First comes the avuncular figure of Chairman Mao Tse-tung inspecting the troupe in Beijing on National Day in 1959; then the diminutive figure of Deng Xiaoping visiting Guangzhou in 1984, and our lead couple, dressed in their medal-spattered People’s Liberation Army (PLA) uniforms meeting China’s current president Hu Jintao. Last is a glittering shot of Wu and Wei performing on the international stage.
The fact that one of the top five Chinese state acrobatic troupes is performing Swan Lake is a testament to changing times, Gao Junsheng, the group’s artistic director, says. He joined the troupe at the age of 15 in 1970, and was intimately involved in creating the move that helped turn the Guangdong troupe into a global touring company. He still visibly thrills at the memory of performing for Deng Xiaoping in 1973, when the troupe went to Zhongnanhai, the high-walled enclosure in Beijing that is the nerve-centre of political power in China. ‘It was so exciting because we knew that it was one chance in a lifetime, to perform for the leaders of China. I remember everyone shouting, “Hail to the leaders! Hail to the leaders!”’ In those politically straitened times, the scope of the acrobats’ performance was strictly limited. ‘Originally, Chinese acrobats were just about spinning plates and a guy on a chair up a pole,’ he says. ‘But these days we have to try harder to attract a wider audience. This is why we created this revolution in Chinese acrobatics, combining them with modern and Western music.’
Founded in 1951, two years after Mao’s Communists came to power, the 200-strong troupe is officially a unit of China’s PLA, although there is nothing military about the bearing of the gaggle of teenage dancers and performers who come slouching into an after-lunch rehearsal. During its 60-year history the troupe has been sent by the state to perform in more than 55 countries, but Swan Lake represents a more commercial side to it. The performers are recruited from all over the country – some as young as 12 – coming to the Guangzhou barracks to live and practise, working 12-hour days to perfect their skills. In the evenings the school-age acrobats do two hours of schoolwork, which is dropped while on tour with either Swan Lake or the troupe’s traditional Hundred Plays show that toured America this year and reworks the kind of acrobatic tricks and tableaux that can still be seen being performed across China today.
The reassuringly normal teenage slovenliness evaporates when the group is called to order, forming three neat ranks in a clatter of clamshell phones that disappear into Hello Kitty handbags and Nike Air Jordan sports bags. The dancers line up, listening to the coach issuing orders. If they still wear the faintly bored air of teenagers who have heard it all before, that’s because they have.
In the world of acrobatics, practice does make perfect, and each will have performed thousands upon thousands of repetitions of their particular skills before they are allowed to perform in public at all, let alone at the great opera houses of London, Vienna and New York. The group breaks up into smaller rehearsals-within-rehearsals; the space suddenly filled with vignettes of physical impossibility: here a dancer walks backwards on her hands; there a male performer flings himself backwards off a 30ft-high pole, arcing into space and then catching the pole again with his legs; and over there a girl holds a one-arm handstand on a small balance beam while keeping track of the time on a stopwatch on her other arm. If she looked up, she’d see a man passing by on stilts. Hopping.
The performers who make it on to the books of the Guangdong troupe are the absolute elite of a trade that has been entertaining Chinese for centuries, from the poorest village greens to the gardens and courtyards of the Imperial elite. The discipline is tough – a combination of English boarding school and army barracks. In the rehearsal one 15-year-old girl stands out, performing her routine to music that blares from a tinny cassette recorder. She is so flexible it makes you queasy to watch, throwing a handstand and then curling back on herself to finish with her bottom touching her forehead. (It is possible!) As a finale, she performs a one-armed handstand while spinning silver discs on her two feet and one free hand. You have to look very closely to see her muscles shivering, the physical effort masked by an angelic smile.
This girl, Tang Xiaoyu, is a rising star who one day hopes to emulate the fame and feats of principal dancers such as Wu and Wei, but if there was any temptation to be complacent, her coach is quick to stamp it out. ‘She’s overweight,’ says coach Zhao, a sixtysomething acrobat of old. ‘She put it on while touring in America during last Chinese New Year. I don’t need to weigh her; I can see it in her face. She’s about 600g over.’ The admonition is delivered as a statement of fact, as is the remedy. ‘She must eat less and practise more,’ Zhao says with a smile. Tang herself accepts the rebuke, which will not be her last telling-off of the day. ‘Performing is my job,’ she says. ‘I can’t do my routine if I eat too much.’ Then the music starts again and she performs the routine for a third time and is still upside down spinning discs when her dormitory supervisor comes over. A routine inspection has revealed that Tang has been keeping a mouse in a shoebox under her bunk. This is against regulations. She must get rid of it. Is she sad to lose her pet? ‘It’s OK,’ she says. ‘I can give it to a friend.’
If the young performers are pushed hard, that is because they aspire to a tradition and a standard that has no equal, director Li says. As we cross to her office, a group of teenage girls are taking a break from training, but they are still practising, playing roller skate tag around the base’s car-park. One of the girls has a Ripstik caster-board on which she emerges, shooting out at speed from between a pair of tightly parked PLA saloons. How long did it take her to master the Ripstik so completely? ‘Five minutes,’ she says, without a trace of boastfulness, and is gone.
Li admits in private she is happy to see the kids enjoying themselves. When she joined the troupe in 1986 China was a very different place, she says, lighting up the first of several pungent cigarettes. Her charges, who have more opportunities and also more distractions than she ever dreamt of as a young girl, need to be constantly reminded to focus, she says. If she seems hard, then Li reckons she is a puppy-dog compared with the directors of her youth.
‘Today’s teenagers are more independent-minded. They don’t want to work hard, they are lazy and I have to remind them that success will come only if they work hard,’ she says. ‘When I was young the director only ever had to tell us to do something once, and we did it. There were no second reminders. These days, everything is more democratic. The children have “human rights”, which is a good thing, because they need to understand about modern society. It is a positive thing, because it makes them more ambitious.’
Ambition is a trait visible even in the youngest members of the Guangdong troupe. Yan Hongru is 13, but already she has the slightly stunted, Hobbit-like physique that comes with doing so many hours of physical strength work at such a young age. Last October Little Yan, a girl with intense, darting eyes, who has been dancing and performing since she can remember, was selected to perform in a routine in Swan Lake that requires performers in ascending order of size to dance on their hands. She is the smallest and youngest of that group, but already the best, performing her movements with the precision of a clockwork doll.
Does she think that one day she can become a star, like Wu Zhengdan? She nods vigorously, replying, ‘Yes, I can,’ before quickly adding with the modesty required of all good Chinese children, ‘At least, I’ll definitely do my best.’ Little Yan accepts the long days and the repetitiveness of training with an unthinking dedication. Some of the older athletes admit it can be hard to retain focus day in, day out, but not Yan, who joined the troupe after being spotted at school in Shenyang in north-eastern China. Her mother accompanied her on the 1,850-mile train trip for the audition. She passed and never looked back. Girls like Yan start off in the troupe’s small dorms, each with two or three bunk beds. She is looked after by older girls, whom she calls jiejie or ‘older sister’. The rooms are spartan, with the girls’ belongings all neatly squared away, but not totally without comfort. The girls have their own duvet covers (Yan’s has big cartoon characters), mobile phones and laptops connected to the internet via a cable that snakes through a gap in the dormitory window. The atmosphere on the base is pleasant, but institutional. In a break, a group of late-teenage and twentysomething girls crowd around a laptop, giggling at themselves striking silly poses while on a recent tour of America.
As you move up the ranks, so the conditions improve. The more senior performers, like the four male dancers in their mid-twenties who perform Swan Lake’s signature female swan quartet as hilarious hand-balancing frogs, live two to a room. Currently ranked as lieutenants, in time they aspire to the well-furnished private apartments enjoyed by the likes of Wu and Wei, who live on base with their 22-month-old son.
One of the four ‘frogs’, 27-year-old Hua Wei, is unabashed about his desire to reach the top. ‘This is the best troupe in China and my ambition is to create a unique programme like Swan Lake that others will copy one day in the future,’ he says. ‘I want very much to become a famous actor in my field.’ As the son of a construction worker whose talent was spotted as a six-year-old by a friend of the family, Hua says he is living out his ambition. The other ‘frogs’, all friends together, nod in agreement. All share Hua’s desire to succeed. ‘I love performing, being near to the audience and being an artist who excites people,’ adds Shang Guanzhi, 24, the son of a television producer from the southern city of Chongqing. ‘In gymnastics the audience [a panel of judges] is too far away, too small.’
The afternoon before the final dress rehearsal, Wu welcomes me and the photographer to her apartment filled with the medals and mementos of her career. ‘We wanted to do something different, to be more than ordinary acrobats or dancers, but we really didn’t know how to do it. It was by trial and error that we developed the move,’ she says. ‘I started by dancing on Wei’s back, but it was too painful. So then we put a thin layer of plywood, which worked for the pain, but the performance was ugly. So that’s when we moved to the shoulders, which took six months of practising 10 hours a day, then on to the head, which took another three months.’
Even now, Wu says, the metamorphosis of the move from ungainly four-legged beast to supreme, Swan-like elegance happened by accident. She explains that she couldn’t perform the arabesque and the pirouette on a fixed point, but only in concert with her partner. Seeking to help her explain, Wei dashes to the kitchen and emerges with a mop balanced vertically on the pad of his index finger, demonstrating the micro-corrections required to keep it from falling. ‘It wouldn’t balance on its own because the point of contact is too narrow,’ he says, ‘but moving together we can make it stay up. It was the first time anyone in China, anyone in the world, had tried this kind of move. We didn’t know what was possible, we were just feeling and striving for something better.’
Four hours later, at that all-important dress rehearsal, Wei is back on stage proving his point, balancing not a mop on his finger, but a woman on his head. The packed house includes a representative of the impresario Lilian Hochhauser, who has negotiated the show’s return to Britain.
Wu and Wei have performed for presidents and prime ministers all over the world, but in the wings before the curtain goes up the tension among the cast is palpable. If there are rough edges and mistakes they are forgotten as Wei is propelled skywards. Even for those who have seen it before many times, the move brings the silencing gasp – a moment of pleasure and tension, wonder and fear – and then, with the dismount, the great waves of relief and applause
martes, 7 de junio de 2011
La Bolsa de Valores de Lima
ElComercio.pe / Economía
Bolsa de Valores de Lima se recupera y acumula ganancias de 6,91%
Hasta esta hora, el Índice General subía hasta los 19.870,07 puntos. Ayer tuvo una caída histórica de 12,51%
Martes 07 de junio de 2011 - 12:13 pm
(Archivo El Comercio)
Tras la caída histórica de ayer de la Bolsa de Valores de Lima, que registró un descenso de 12,51%; hoy esta subió considerablemente. A las 11:24 a.m. el Índice General se disparó a un 6,91%, a 19.870,07 puntos al último cierre, mientras que Índice Selectivo registró un ascenso de 6,16% a 27.284,16 puntos.
De otro lado, el nuevo sol caía 0,10% a las 11:39 a.m. La venta de la moneda peruana se registró en 2,7890 y la compra a 2,7880.
Bolsa de Valores de Lima se recupera y acumula ganancias de 6,91%
Hasta esta hora, el Índice General subía hasta los 19.870,07 puntos. Ayer tuvo una caída histórica de 12,51%
Martes 07 de junio de 2011 - 12:13 pm
(Archivo El Comercio)
Tras la caída histórica de ayer de la Bolsa de Valores de Lima, que registró un descenso de 12,51%; hoy esta subió considerablemente. A las 11:24 a.m. el Índice General se disparó a un 6,91%, a 19.870,07 puntos al último cierre, mientras que Índice Selectivo registró un ascenso de 6,16% a 27.284,16 puntos.
De otro lado, el nuevo sol caía 0,10% a las 11:39 a.m. La venta de la moneda peruana se registró en 2,7890 y la compra a 2,7880.
lunes, 6 de junio de 2011
Buddy Greene
Buddy Greene
From Wikipedia, the free encyclopedia:
Buddy Greene is an American singer, songwriter, guitarist and harmonica player. Most of his recordings consist of gospel music, with a distinctly Southern flavor. Much of his music is influenced by country music and bluegrass music. Greene grew up in Macon, Georgia. He has written the music for many songs and also co-wrote the Christmas song "Mary, Did You Know?" with Mark Lowry; Greene also wrote "Recovering Pharisee" recorded by Del McCoury, and "He Is" recorded by Ashley Cleveland.
http://www.wimp.com/harmonicacarnegie/
Also go to: http://www.buddygreene.com/ for a complete view of Buddy's accomplishments.
From Wikipedia, the free encyclopedia:
Buddy Greene is an American singer, songwriter, guitarist and harmonica player. Most of his recordings consist of gospel music, with a distinctly Southern flavor. Much of his music is influenced by country music and bluegrass music. Greene grew up in Macon, Georgia. He has written the music for many songs and also co-wrote the Christmas song "Mary, Did You Know?" with Mark Lowry; Greene also wrote "Recovering Pharisee" recorded by Del McCoury, and "He Is" recorded by Ashley Cleveland.
http://www.wimp.com/harmonicacarnegie/
Also go to: http://www.buddygreene.com/ for a complete view of Buddy's accomplishments.
domingo, 5 de junio de 2011
Resultados a Boca de Urna de las elecciones presidenciales peruanas en la segunda vuelta
Señoras y Señores: de acuerdo a los Resultados de las elecciones presidenciales de la segunda vuelta en el Perú, el ganador virtual sería Ollanta Humala con el 52.6% de votos. Keiko Fujimori ha obtenido hasta el momento el 47.4% de los votos.
EDUCACIONENRED.COM
Texto copiado de www.educacionenred.com - lea el original en http://www.educacionenred.com/Noticia/?portada=7427#ixzz1ORMBLpMU
FLASH ELECTORAL 2011: Ollanta Humala Tasso (Gana Perú) Virtual presidente del Perú 2011 - 2016 (4 pm 5 junio)
• RESULTADOS A BOCA DE URNA - NIVEL NACIONAL
Resultados a Nivel Nacional - Segunda Vuelta Elecciones Presidenciales 2011:
• Humala 52.6% VIRTUAL PRESIDENTE DEL PERÚ 2011 - 2016
• Keiko 47.4%
• RESULTADOS A BOCA DE URNA - NIVEL NACIONAL
Resultados a Nivel Nacional - Segunda Vuelta Elecciones Presidenciales 2011:
• Humala 52.6% VIRTUAL PRESIDENTE DEL PERÚ 2011 - 2016
• Keiko 47.4%
• RESULTADOS A BOCA DE URNA - NIVEL NACIONAL
EDUCACIONENRED.COM
Texto copiado de www.educacionenred.com - lea el original en http://www.educacionenred.com/Noticia/?portada=7427#ixzz1ORMBLpMU
Julio César Arana y Roger Casement: A Propósito del "Sueño del Celta"
El Artículo que aquí presento es un complemento a la infame historia de la explotación del caucho en el Perú.
Un excelente libro que describe la historia de aquella en el mundo, y también en el Perú, es el "Sueño del Celta"de Mario Vargas LLosa, que se centra en la historia de Robert Casement, el cónsul británico, nacido en Irlanda, quien luchó por lograr la protección de los derechos de los trabajadores del caucho en Africa y Suramérica...mayormente en el Perú. También nos cuenta el destino final de este polémico personaje, quien en su lucha nacionalista e independentista por su tierra de origen, Irlanda, es acusado y ajusticiado por el gobierno Británico por traición a la patria que lo acogió...además de atribuirle en base a unos diarios que se le encontraron, el delito de homosexualidad.
Ficha bibliográfica
Titulo: Julio César Arana y Sir Roger Casement.
Edición original: 2005-05-16
Edición en la biblioteca virtual: 2005-05-16
Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República
Creador: PINEDA CAMACHO Roberto
EDICION 160
ABRIL DE 2003
JULIO CESAR ARANA Y SIR ROGER CASEMENT.
DESTINOS CRUZADOS. El caucho, un comercio infame. Por: ROBERTO PINEDA CAMACHO
Tomado de: Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia). Edición 160
Abril de 2003
El 2 de agosto 1916, en la prisión de Pentonville, un día antes de morir ahorcado —acusado de alta traición por el Gobierno de Su Majestad— el antiguo y admirado Sir Roger Casement abrió un telegrama, presumiblemente enviado desde Francia.
N o debió sorprenderle, pero sí debió crearle algún sentimiento de rabia y quizás de serena melancolía, a él, el gran investigador de los derechos de los pueblos oprimidos, sometido inexorablemente al conteo regresivo de las horas y minutos antes de abandonar la vida de forma involuntaria. El telegrama firmado por J.C. Arana lacónicamente le pedía, como si fuese también la última oportunidad también para Arana, que se retractase de los cargos, para lavar su nombre de las atrocidades del Putumayo.
Julio Cesar Arana.
Tres años antes, Casement había llegado al Parlamento británico, en Londres, lleno de documentos, papeles y mercancías provenientes del Putumayo: estas últimas las había arrojado al estrado de los jueces, como verdaderos objetos dignos del Museo del Comercio, como muestra del " comercio infame". El mismo año, Arana había también pisado Londres, entre la expectativa general de la opinión londinense, para enfrentarse ante el temible jurado del Comité de la Cámara de los Comunes encargado de estudiar la responsabilidad de la Peruvian Amazon Company y de su honorable cuerpo directivo. Ambos, el implacable Casement y el también implacable gerente, enfilaron sus baterías. Aunque Arana aceptaba los cargos, no se amilanó; e incluso la opinión pública y la prensa local comenzaron a mostrar un extraño respeto por este empresario de la selva que no encajaba del todo en sus estereotipos sobre los "salvajes" o bárbaros modales de los suramericanos, y que les semejaba más bien un "presidente suramericano".
Sir Roger Casement.
Pero Arana y sus cuñados saben que el negocio se encuentra en la plaza de Iquitos, sede de los principales casas comerciales y caucheras del alto Amazonas. Hasta allí ascienden los grandes vapores ingleses que engullen el caucho hasta Europa y los Estados Unidos. La operación no es fácil: significa abrirse paso entre los patrones poderosos que dominan el alto Amazonas: representa luchar contra los "Fitzcarraldo" que en parte controlaban ya las selvas del Perú y Bolivia. Pero el momento es el oportuno; el caucho sigue ascendiendo de precio. Los otros grandes imperios del alto Amazonas —por ejemplo, la Casa de los Hermanos Suárez— estaban en proceso de consolidarse.
Arana toma una crucial decisión, porque necesita incrementar su capital comercial. Literalmente desaparece de Iquitos, y se traslada para el Yavarí, río lleno de caucho, de peligros, de enfermedades y también de "indios" que resisten la penetración cauchera. Es el destino del cauchero, vivir o vencer los raudales, las enfermedades, la soledad de la selva y, según su parecer, dominar o ser muerto por los indios. El Yavarí es la marca de fuego. Muchos caen víctimas de la malaria y de la fiebre amarilla. Otros sucumben con sus cargamentos de mercancías o de caucho.
Al cabo de tres año de intenso trabajo, Arana regresa triunfante, pero también marcado por el beriberi que dejará en él su huella ineluctable. Entones otea el horizonte, se hace a ciertas embarcaciones y lanchas y comienza de nuevo a navegar por el Amazonas. En 1899 asciende por primera vez el río Putumayo, donde halla numerosas barracas colombianas y miles de indios que viven en malocas a lo largo de sus principales afluentes. Allí vislumbra lo que será su futuro como barón del caucho: crear un verdadero "imperio" en el Putumayo que rivalice con la Casa Suárez, con Fitzcarraldo, con Vaca Díez, entre otros siringalistas. A diferencia de otras zonas, aquí abunda sobre todo la mano de obra.
Vegetación CaucheraW. Hardenburg. "El Putumayo, paraíso del diablo"
Londres,1912.
A principios de siglo ya es un hombre relativamente rico: tiene numerosas lanchas, controla el comercio, transporta el caucho, y ha creado ya —en 1903— la Casa Arana Hermanos en el Putumayo. Tiene una buena posición en la ciudad y es un hombre respetado. Se le llama incluso el "Abel del Amazonas", para caracterizarlo.
En 1902, al otro lado del mundo, Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga, escribe un inusual memorándum al Foreign Office, denunciando las atrocidades cometidas en la extracción del caucho bajo el control del rey Leopoldo de Bélgica, a quien la conferencia de Berlín de 1883-84 le había concedido este territorio casi como su propio dominio personal. Los informes del cónsul eran graves y ponían en un dilema a la política exterior británica. El mundo se había repartido entre las potencias en Berlín y cualquier otra jugada en el ajedrez significaba un nuevo desequilibro en las colonias. Es más: los alemanes podían aprovecharse de la situación e incrementar su presencia en Africa. La tosudez en la denuncia de los hechos por parte del cónsul en el Congo parecía inexorable, hasta el punto de que el propio embajador británico en Bruselas señalaba que el "clima tropical había afectado el juicio" de su colega en Africa tropical.
¿Quién era este hombre que se alzaba de forma tan decidida contra el colonialismo belga y cuya actitud desafiante prefiguraba ya su lucha contra el colonialismo?. Había nacido en Kingstown, Irlanda, en 1864, y desde 1895 se había enrolado en el servicio consular británico en Africa, donde estaría hasta 1904. Luego, también prestaría sus servicios al Foreign Office en Sur América, particularmente en el Brasil y en una misión al Putumayo (1906-1913). Hijo de una admirador de Mazzini, el gran ideólogo y defensor del nacionalismo italiano y europeo —precursor de la idea de una Comunidad Europea—, Roger Casement participó como combatiente del contigente irlandés en la guerra de los Boer, lo que le había merecido una medalla de honor. Sin embargo, en esta guerra se despertarían sus sentimientos antiimperialistas, que lo conducirían más tarde a la horca. "Yo empecé —dirá más tarde con el sentimiento de hacer lo correcto, pero después sentí vergüenza de ir contra esta gente. Tengo una medalla de la guerra de los Boer, pero nunca la he exhibido".
Las razones de Estado no convencían del todo a Casement, para quien la justicia y la libertad primaban sobre los supuestos intereses de los imperios. Terminada su misión consular, Casement regresó a Inglaterra y, a través E.D. Morel y otros publicistas, colocó la cuestión del Congo en primer plano. Esto, sin duda, le generó problemas y resistencias, dificultades económicas y grandes enemigos.
En 1910, Casement se encuentra rumbo al Amazonas. Como cónsul británico en Río de Janeiro se le ha encomendado la misión de estudiar los escándalos del Putumayo; se acusa a la Peruvian Amazon Company, o Casa Arana, de haber creado otra especie de Congo, pero esta vez británico, en la Amazonia. En el curso del ascenso por Amazonas, Casement, de incógnito, dialoga con algunos de los pasajeros de su barco, entre ellos un prestante comerciante y cauchero de Iquitos. La conversación —registrada en su diario— es iluminadora y en cierta forma le revela la lógica de todo el sistema. Antes de pisar el Putumayo, Casement capta la verdad de los hechos, los resortes esclavistas de la extracción cauchera en el Putumayo y otras regiones del Amazonas.
En menos de cinco años, Arana logró convertir su Casa Cauchera Peruana en una gran compañía internacional, radicada en Londres. Había logrado el sueño de los grandes barones del caucho y era un hombre respetable en el Perú y en el Amazonas. En 1904 envió a su familia a estudiar y vivir en Europa. Su inmensa casa de Iquitos de diez cuartos quedó prácticamente desahabitada, y él mismo tenía como residencia una modesta casa en Manaos. Sus cuñados manejaban el negocio en Iquitos y había colocado gente de su entera confianza en el Putumayo. Ocasionalmente visitaba la región, pero su preocupación mayor era la negociación con Londres y el funcionamiento de su por entonces ya extensa flotilla de barcos de vapor que hacía las rutas entre La Chorrera, El Encanto y la ciudad de Iquitos. Tiene nexos con los senadores en Lima y acceso, incluso, al presidente. En síntesis, era cauchero, comerciante, transportador y banquero. Guardaba una relativa austeridad y cultivaba con acierto a las autoridades. Al Putumayo nadie podía entrar a no ser en sus lanchas y pagaba incluso hasta los militares y los jueces de paz. Allí, realmente, podía decir: "El Estado soy yo".
Una mujer indígena condenada a muerte por hambreFotografia en W. Hardenburg,1912
Para ese año de 1913, los años de "gloria" para la Compañía habían sin duda pasado. El caucho perdía valor y la competencia del caucho de plantación asiático auguraba un futuro aún más incierto. Arana intentó vender el Predio Putumayo, pero sus intentos fracasaron. Los grandes barcos dejaron de visitar a Iquitos y las casas comerciales europeas migraron a otros lugares. La primera Guerra Mundial absorvió la atención de los ciudadanos ingleses y de otras partes del mundo, y el Putumayo quedó tan solo como antes, bajo la férula de Arana, que no modificó sus métodos.
Arana había nacido en 1884 en Rioja, un pueblo escondido en la selva cerca de Moyobamba. Era uno de los hijos de Martín Arana, un hombre de clase media que honestamente solventaba la vida de su familia. A los 14 años, Arana se encuentra ya negociando sombreros de Panamá entre Chachapoyas y Cajamarca, y pocos años después, en 1881, empieza su verdadero aprendizaje de negocios en el Amazonas, en cuyos ríos pululaban cientos de barracas y hombres que explotaban el caucho. Como muchos jóvenes de su generación, vendían al "regatón" sombreros y otras mercaderías entre los caucheros, penetrando por las selvas del oriente peruano; ascendió los temibles ríos Yurúa, Purus y Yavarí, y recorrió el territorio del Acre, abasteciendo a los siringalistas y aprovechando ciertos instersticios para hacerse al preciado caucho.
Quiere ser cauchero, como todos los hombres de su tiempo en el Amazonas; y sabe que para ello es necesario contar con su propia barraca, con su propio capital. En el año 1888 Arana se casa con Eleonora Zumaeta y ese mismo año funda un "puesto" (barraca) con su cuñado Pablo Zumaeta en el río Yurimaguas. Como otros caucheros y futuros barones del caucho, estableció su empresa sobre los lazos familiares, de los cuales esperaba lealtad y compromiso, en la vida y en la muerte, en las ganancias y en las crisis. Es un hombre distante, medido, calculador, austero, amigo de la lectura, amante de su mujer; es culto, de buenos modales; se cierra ante los que abusan de su confianza, pero también es astuto como un tigre, no le teme al río ni a los raudales y está dispuesto, por sobre todo, a ser un empresario cauchero. Esa es su pasión; así concibe, por entonces, su destino.
En los años siguientes lo vemos descendiendo el Amazonas hasta el nordeste brasilero, para enganchar trabajadores de Ceará que explotasen las estradas de caucho que había adquirido en el río Yurimaguas. Es un viaje "normal", de miles de kilómetros en barcos de vapor, que incluso volverá a repetir, para traer familias campesinas que, acosadas por la sequía, acogen cualquier destino que se les ofrezca.
Barraca Ultimo Retiro de la Casa Arana
sobre el alto río Ingaraparaná.
El 8 de abril de 1913 cuando Arana se enfrentó al Comité de la Cámara de los Comunes, obtiene la concesión de declarar en castellano y la promesa de que podría revisar la versión inglesa del testimonio, acotando las frases respectivas del documento en castellano. En medio de un auditorio cuya lengua desconocía, trata de explicar lo que de todos modos era un mundo ajeno y desconocido para sus acusadores. En vano trató de presentarse como un "civilizador", algo que presumiblemente él mismo creía, y sostuvo para justificarse que los indios del Putumayo eran —como había resaltado de forma pública también en el homenaje que se le hiciera el año anterior en Iquitos— "tribus salvajes" y "antropófagos". El resultado ante el Comité le fue adverso y se procedió a la liquidación de la Compañía. Los miembros del Parlamento no pudieron dejar de verlo como un nuevo Cortés o Pizarro, como un nuevo Conquistador del Amazonas, con sus métodos e imaginarios.
Indios caucheros encadenados. Fotografia en W. Hardenburg,1912
Por eso, esta oportunidad de zaherir profundamente al Casement aprisionado, mas no acorralado, no podía pasarla, aún a costa de evocar nuevamente los hechos del Putumayo. Casement había sido capturado en una playa, cuando desembarcaba de un submarino alemán. Había al parecer pactado con los alemanes la conformación de un contingente irlandés formado por prisioneros de guerra de los alemanes, que desembarcaría en Irlanda para apoyar la lucha nacional contra los británicos o, en su defecto, para apoyar la lucha de los nacionalistas egipcios. El veterano investigador de las atrocidades coloniales, elevado por sus servicios a la categoría de Sir en 1912, moría ahorcado el día 6 de agosto de 1912, a pesar de las peticiones de sus amigos y de prestantes intelectuales. En los años subsiguientes, los servicios británicos falsificarían sus diarios del Putumayo, destacando su condición homosexual. Traidor y homosexual eran, sin duda, dos calificativos suficientemente fuertes para sepultar, aparentemente, su honra y estima.
Entre tanto, Arana recompuso su empresa y, a finales del veinte, fue investido en dos ocasiones con el cargo de senador por el departamento de Loreto en el Congreso en Lima, y uniría su firma a las de algunos de sus principales acusadores y contraventores para protestar contra el Tratado SalomónLozano (1924) que confería la banda norte del Putumayo a la República de Colombia, y para acusar de alta traición al presidente Leguía.
Arana sobrevivió por largos años a Casement. Nunca cambió su actitud frente al Putumayo, y a última hora, cuando la ratificación del Tratado era inminente, jugó su última carta: el traslado masivo de la población indígena al costado peruano. Hasta el final de sus días quizás siguió creyéndose a sí mismo su propia historia, percibiéndose como un "civilizador de tribus salvajes y antropófagas".
Quizás sea atrevido decir que Arana era un hombre malo; malo era sin duda el sistema que atrapó a unos y otros en una verdadera Vorágine y que dividió el campo entre victimarios y víctimas, incluso en un momento más allá de las intenciones de los hombres.
PRODUCCIÓN DE CAUCHO
ÁREA PUTUMAYO
ARANA, HERMANOS Y CÍA.
AÑOS
KILOS
1900
15.883
1901
54.180
1902
123.210
1903
201.858
1904
343.488
1905
470.692
1906
844.897
TOTAL
1.853.897
POBLACIONES INDÍGENAS
DEL ÁREA UITOTO (1900)
Etnia
Población, Estimada
Uitoto
30.000
Miraña
15.000
Ocaina
2.000
Andoque
10.000
Nonuya Uitoto
1.000
Muinane de Sabana
10.000
Bora
3.000
Resigero
1.000
Un excelente libro que describe la historia de aquella en el mundo, y también en el Perú, es el "Sueño del Celta"de Mario Vargas LLosa, que se centra en la historia de Robert Casement, el cónsul británico, nacido en Irlanda, quien luchó por lograr la protección de los derechos de los trabajadores del caucho en Africa y Suramérica...mayormente en el Perú. También nos cuenta el destino final de este polémico personaje, quien en su lucha nacionalista e independentista por su tierra de origen, Irlanda, es acusado y ajusticiado por el gobierno Británico por traición a la patria que lo acogió...además de atribuirle en base a unos diarios que se le encontraron, el delito de homosexualidad.
Ficha bibliográfica
Titulo: Julio César Arana y Sir Roger Casement.
Edición original: 2005-05-16
Edición en la biblioteca virtual: 2005-05-16
Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República
Creador: PINEDA CAMACHO Roberto
EDICION 160
ABRIL DE 2003
JULIO CESAR ARANA Y SIR ROGER CASEMENT.
DESTINOS CRUZADOS. El caucho, un comercio infame. Por: ROBERTO PINEDA CAMACHO
Tomado de: Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia). Edición 160
Abril de 2003
El 2 de agosto 1916, en la prisión de Pentonville, un día antes de morir ahorcado —acusado de alta traición por el Gobierno de Su Majestad— el antiguo y admirado Sir Roger Casement abrió un telegrama, presumiblemente enviado desde Francia.
N o debió sorprenderle, pero sí debió crearle algún sentimiento de rabia y quizás de serena melancolía, a él, el gran investigador de los derechos de los pueblos oprimidos, sometido inexorablemente al conteo regresivo de las horas y minutos antes de abandonar la vida de forma involuntaria. El telegrama firmado por J.C. Arana lacónicamente le pedía, como si fuese también la última oportunidad también para Arana, que se retractase de los cargos, para lavar su nombre de las atrocidades del Putumayo.
Julio Cesar Arana.
Tres años antes, Casement había llegado al Parlamento británico, en Londres, lleno de documentos, papeles y mercancías provenientes del Putumayo: estas últimas las había arrojado al estrado de los jueces, como verdaderos objetos dignos del Museo del Comercio, como muestra del " comercio infame". El mismo año, Arana había también pisado Londres, entre la expectativa general de la opinión londinense, para enfrentarse ante el temible jurado del Comité de la Cámara de los Comunes encargado de estudiar la responsabilidad de la Peruvian Amazon Company y de su honorable cuerpo directivo. Ambos, el implacable Casement y el también implacable gerente, enfilaron sus baterías. Aunque Arana aceptaba los cargos, no se amilanó; e incluso la opinión pública y la prensa local comenzaron a mostrar un extraño respeto por este empresario de la selva que no encajaba del todo en sus estereotipos sobre los "salvajes" o bárbaros modales de los suramericanos, y que les semejaba más bien un "presidente suramericano".
Sir Roger Casement.
Pero Arana y sus cuñados saben que el negocio se encuentra en la plaza de Iquitos, sede de los principales casas comerciales y caucheras del alto Amazonas. Hasta allí ascienden los grandes vapores ingleses que engullen el caucho hasta Europa y los Estados Unidos. La operación no es fácil: significa abrirse paso entre los patrones poderosos que dominan el alto Amazonas: representa luchar contra los "Fitzcarraldo" que en parte controlaban ya las selvas del Perú y Bolivia. Pero el momento es el oportuno; el caucho sigue ascendiendo de precio. Los otros grandes imperios del alto Amazonas —por ejemplo, la Casa de los Hermanos Suárez— estaban en proceso de consolidarse.
Arana toma una crucial decisión, porque necesita incrementar su capital comercial. Literalmente desaparece de Iquitos, y se traslada para el Yavarí, río lleno de caucho, de peligros, de enfermedades y también de "indios" que resisten la penetración cauchera. Es el destino del cauchero, vivir o vencer los raudales, las enfermedades, la soledad de la selva y, según su parecer, dominar o ser muerto por los indios. El Yavarí es la marca de fuego. Muchos caen víctimas de la malaria y de la fiebre amarilla. Otros sucumben con sus cargamentos de mercancías o de caucho.
Al cabo de tres año de intenso trabajo, Arana regresa triunfante, pero también marcado por el beriberi que dejará en él su huella ineluctable. Entones otea el horizonte, se hace a ciertas embarcaciones y lanchas y comienza de nuevo a navegar por el Amazonas. En 1899 asciende por primera vez el río Putumayo, donde halla numerosas barracas colombianas y miles de indios que viven en malocas a lo largo de sus principales afluentes. Allí vislumbra lo que será su futuro como barón del caucho: crear un verdadero "imperio" en el Putumayo que rivalice con la Casa Suárez, con Fitzcarraldo, con Vaca Díez, entre otros siringalistas. A diferencia de otras zonas, aquí abunda sobre todo la mano de obra.
Vegetación CaucheraW. Hardenburg. "El Putumayo, paraíso del diablo"
Londres,1912.
A principios de siglo ya es un hombre relativamente rico: tiene numerosas lanchas, controla el comercio, transporta el caucho, y ha creado ya —en 1903— la Casa Arana Hermanos en el Putumayo. Tiene una buena posición en la ciudad y es un hombre respetado. Se le llama incluso el "Abel del Amazonas", para caracterizarlo.
En 1902, al otro lado del mundo, Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga, escribe un inusual memorándum al Foreign Office, denunciando las atrocidades cometidas en la extracción del caucho bajo el control del rey Leopoldo de Bélgica, a quien la conferencia de Berlín de 1883-84 le había concedido este territorio casi como su propio dominio personal. Los informes del cónsul eran graves y ponían en un dilema a la política exterior británica. El mundo se había repartido entre las potencias en Berlín y cualquier otra jugada en el ajedrez significaba un nuevo desequilibro en las colonias. Es más: los alemanes podían aprovecharse de la situación e incrementar su presencia en Africa. La tosudez en la denuncia de los hechos por parte del cónsul en el Congo parecía inexorable, hasta el punto de que el propio embajador británico en Bruselas señalaba que el "clima tropical había afectado el juicio" de su colega en Africa tropical.
¿Quién era este hombre que se alzaba de forma tan decidida contra el colonialismo belga y cuya actitud desafiante prefiguraba ya su lucha contra el colonialismo?. Había nacido en Kingstown, Irlanda, en 1864, y desde 1895 se había enrolado en el servicio consular británico en Africa, donde estaría hasta 1904. Luego, también prestaría sus servicios al Foreign Office en Sur América, particularmente en el Brasil y en una misión al Putumayo (1906-1913). Hijo de una admirador de Mazzini, el gran ideólogo y defensor del nacionalismo italiano y europeo —precursor de la idea de una Comunidad Europea—, Roger Casement participó como combatiente del contigente irlandés en la guerra de los Boer, lo que le había merecido una medalla de honor. Sin embargo, en esta guerra se despertarían sus sentimientos antiimperialistas, que lo conducirían más tarde a la horca. "Yo empecé —dirá más tarde con el sentimiento de hacer lo correcto, pero después sentí vergüenza de ir contra esta gente. Tengo una medalla de la guerra de los Boer, pero nunca la he exhibido".
Las razones de Estado no convencían del todo a Casement, para quien la justicia y la libertad primaban sobre los supuestos intereses de los imperios. Terminada su misión consular, Casement regresó a Inglaterra y, a través E.D. Morel y otros publicistas, colocó la cuestión del Congo en primer plano. Esto, sin duda, le generó problemas y resistencias, dificultades económicas y grandes enemigos.
En 1910, Casement se encuentra rumbo al Amazonas. Como cónsul británico en Río de Janeiro se le ha encomendado la misión de estudiar los escándalos del Putumayo; se acusa a la Peruvian Amazon Company, o Casa Arana, de haber creado otra especie de Congo, pero esta vez británico, en la Amazonia. En el curso del ascenso por Amazonas, Casement, de incógnito, dialoga con algunos de los pasajeros de su barco, entre ellos un prestante comerciante y cauchero de Iquitos. La conversación —registrada en su diario— es iluminadora y en cierta forma le revela la lógica de todo el sistema. Antes de pisar el Putumayo, Casement capta la verdad de los hechos, los resortes esclavistas de la extracción cauchera en el Putumayo y otras regiones del Amazonas.
En menos de cinco años, Arana logró convertir su Casa Cauchera Peruana en una gran compañía internacional, radicada en Londres. Había logrado el sueño de los grandes barones del caucho y era un hombre respetable en el Perú y en el Amazonas. En 1904 envió a su familia a estudiar y vivir en Europa. Su inmensa casa de Iquitos de diez cuartos quedó prácticamente desahabitada, y él mismo tenía como residencia una modesta casa en Manaos. Sus cuñados manejaban el negocio en Iquitos y había colocado gente de su entera confianza en el Putumayo. Ocasionalmente visitaba la región, pero su preocupación mayor era la negociación con Londres y el funcionamiento de su por entonces ya extensa flotilla de barcos de vapor que hacía las rutas entre La Chorrera, El Encanto y la ciudad de Iquitos. Tiene nexos con los senadores en Lima y acceso, incluso, al presidente. En síntesis, era cauchero, comerciante, transportador y banquero. Guardaba una relativa austeridad y cultivaba con acierto a las autoridades. Al Putumayo nadie podía entrar a no ser en sus lanchas y pagaba incluso hasta los militares y los jueces de paz. Allí, realmente, podía decir: "El Estado soy yo".
Una mujer indígena condenada a muerte por hambreFotografia en W. Hardenburg,1912
Para ese año de 1913, los años de "gloria" para la Compañía habían sin duda pasado. El caucho perdía valor y la competencia del caucho de plantación asiático auguraba un futuro aún más incierto. Arana intentó vender el Predio Putumayo, pero sus intentos fracasaron. Los grandes barcos dejaron de visitar a Iquitos y las casas comerciales europeas migraron a otros lugares. La primera Guerra Mundial absorvió la atención de los ciudadanos ingleses y de otras partes del mundo, y el Putumayo quedó tan solo como antes, bajo la férula de Arana, que no modificó sus métodos.
Arana había nacido en 1884 en Rioja, un pueblo escondido en la selva cerca de Moyobamba. Era uno de los hijos de Martín Arana, un hombre de clase media que honestamente solventaba la vida de su familia. A los 14 años, Arana se encuentra ya negociando sombreros de Panamá entre Chachapoyas y Cajamarca, y pocos años después, en 1881, empieza su verdadero aprendizaje de negocios en el Amazonas, en cuyos ríos pululaban cientos de barracas y hombres que explotaban el caucho. Como muchos jóvenes de su generación, vendían al "regatón" sombreros y otras mercaderías entre los caucheros, penetrando por las selvas del oriente peruano; ascendió los temibles ríos Yurúa, Purus y Yavarí, y recorrió el territorio del Acre, abasteciendo a los siringalistas y aprovechando ciertos instersticios para hacerse al preciado caucho.
Quiere ser cauchero, como todos los hombres de su tiempo en el Amazonas; y sabe que para ello es necesario contar con su propia barraca, con su propio capital. En el año 1888 Arana se casa con Eleonora Zumaeta y ese mismo año funda un "puesto" (barraca) con su cuñado Pablo Zumaeta en el río Yurimaguas. Como otros caucheros y futuros barones del caucho, estableció su empresa sobre los lazos familiares, de los cuales esperaba lealtad y compromiso, en la vida y en la muerte, en las ganancias y en las crisis. Es un hombre distante, medido, calculador, austero, amigo de la lectura, amante de su mujer; es culto, de buenos modales; se cierra ante los que abusan de su confianza, pero también es astuto como un tigre, no le teme al río ni a los raudales y está dispuesto, por sobre todo, a ser un empresario cauchero. Esa es su pasión; así concibe, por entonces, su destino.
En los años siguientes lo vemos descendiendo el Amazonas hasta el nordeste brasilero, para enganchar trabajadores de Ceará que explotasen las estradas de caucho que había adquirido en el río Yurimaguas. Es un viaje "normal", de miles de kilómetros en barcos de vapor, que incluso volverá a repetir, para traer familias campesinas que, acosadas por la sequía, acogen cualquier destino que se les ofrezca.
Barraca Ultimo Retiro de la Casa Arana
sobre el alto río Ingaraparaná.
El 8 de abril de 1913 cuando Arana se enfrentó al Comité de la Cámara de los Comunes, obtiene la concesión de declarar en castellano y la promesa de que podría revisar la versión inglesa del testimonio, acotando las frases respectivas del documento en castellano. En medio de un auditorio cuya lengua desconocía, trata de explicar lo que de todos modos era un mundo ajeno y desconocido para sus acusadores. En vano trató de presentarse como un "civilizador", algo que presumiblemente él mismo creía, y sostuvo para justificarse que los indios del Putumayo eran —como había resaltado de forma pública también en el homenaje que se le hiciera el año anterior en Iquitos— "tribus salvajes" y "antropófagos". El resultado ante el Comité le fue adverso y se procedió a la liquidación de la Compañía. Los miembros del Parlamento no pudieron dejar de verlo como un nuevo Cortés o Pizarro, como un nuevo Conquistador del Amazonas, con sus métodos e imaginarios.
Indios caucheros encadenados. Fotografia en W. Hardenburg,1912
Por eso, esta oportunidad de zaherir profundamente al Casement aprisionado, mas no acorralado, no podía pasarla, aún a costa de evocar nuevamente los hechos del Putumayo. Casement había sido capturado en una playa, cuando desembarcaba de un submarino alemán. Había al parecer pactado con los alemanes la conformación de un contingente irlandés formado por prisioneros de guerra de los alemanes, que desembarcaría en Irlanda para apoyar la lucha nacional contra los británicos o, en su defecto, para apoyar la lucha de los nacionalistas egipcios. El veterano investigador de las atrocidades coloniales, elevado por sus servicios a la categoría de Sir en 1912, moría ahorcado el día 6 de agosto de 1912, a pesar de las peticiones de sus amigos y de prestantes intelectuales. En los años subsiguientes, los servicios británicos falsificarían sus diarios del Putumayo, destacando su condición homosexual. Traidor y homosexual eran, sin duda, dos calificativos suficientemente fuertes para sepultar, aparentemente, su honra y estima.
Entre tanto, Arana recompuso su empresa y, a finales del veinte, fue investido en dos ocasiones con el cargo de senador por el departamento de Loreto en el Congreso en Lima, y uniría su firma a las de algunos de sus principales acusadores y contraventores para protestar contra el Tratado SalomónLozano (1924) que confería la banda norte del Putumayo a la República de Colombia, y para acusar de alta traición al presidente Leguía.
Arana sobrevivió por largos años a Casement. Nunca cambió su actitud frente al Putumayo, y a última hora, cuando la ratificación del Tratado era inminente, jugó su última carta: el traslado masivo de la población indígena al costado peruano. Hasta el final de sus días quizás siguió creyéndose a sí mismo su propia historia, percibiéndose como un "civilizador de tribus salvajes y antropófagas".
Quizás sea atrevido decir que Arana era un hombre malo; malo era sin duda el sistema que atrapó a unos y otros en una verdadera Vorágine y que dividió el campo entre victimarios y víctimas, incluso en un momento más allá de las intenciones de los hombres.
PRODUCCIÓN DE CAUCHO
ÁREA PUTUMAYO
ARANA, HERMANOS Y CÍA.
AÑOS
KILOS
1900
15.883
1901
54.180
1902
123.210
1903
201.858
1904
343.488
1905
470.692
1906
844.897
TOTAL
1.853.897
POBLACIONES INDÍGENAS
DEL ÁREA UITOTO (1900)
Etnia
Población, Estimada
Uitoto
30.000
Miraña
15.000
Ocaina
2.000
Andoque
10.000
Nonuya Uitoto
1.000
Muinane de Sabana
10.000
Bora
3.000
Resigero
1.000
ORO NEGRO: Segunda Parte de la Historia del Caucho en el Perú
"ORO NEGRO"
Segunda Parte que le sigue a Cahuchu, el Arbol que Llora
En este artículo se continúa la historia de la vida de los barones del caucho y de sus subordinados en la amazonía Sudamericana. Como ya había indicado, el peruano Julio César Arana fue uno de los más grandes caucheros de la época.
En 1889, con su cuñado Pablo Zumaeta, se dedicó a la explotación de la goma. Así fue que compró unas tierras cerca a Yurimaguas y decidió traerse trabajadores de Ceará, región pobrísima de la hoya amazónica. Estos hombres eran llamados los “flagelados” y vivían en condiciones infames en tierras abatidas por la sequía y completamente improductivas. Arana, en sus viajes por los ríos los había visto pidiendo trabajo de puerta en puerta y que eran frecuentemente empleados por los barones del caucho. Cuando llegaban a Yurimaguas, ya estos hombres le debían 30 libras esterlinas a Arana por su pasaje desde Ceará. Arana les “proporcionaba” una Winchester, municiones, víveres y ropas que les debían durar tres meses. A cambio de ello, los trabajadores se comprometían a pagarle con el látex que recolectaran. Quizás el costo de lo adquirido le significaba a Arana solo 4 libras esterlinas; sin embargo, él estipulaba un precio de 70 libras esterlinas. Muy pocos hombres podían colectar suficiente caucho para el pago de sus deudas, y al terminar los tres meses e iniciar el siguiente trimestre, contaban con una deuda cada vez más alta. No podían escapar porque los barones del caucho contaban con hombres que los cazaban y podían darles la pena de muerte. El trabajo era constante y sus condiciones de vida eran miserables. En las plantaciones, los árboles se encontraban a cien metros de distancia con respecto a los demás y mezclados con muchísimas otras variedades de árboles. Los shiringueros (recogedores del jebe o “shiringa”) salían temprano en la madrugada a recoger el caucho. Hacían incisiones en espiral en la corteza de los árboles y colgaban una latita debajo de ellas para que vertiera el líquido. A veces, este proceso duraba hasta bien avanzada la noche y casi no se alimentaban. Al mediodía salían a recoger el producto en baldes galvanizados. Luego, se le “curaba”, ahumándolo en chozas de palmeras y moviéndolo constantemente con una especie de remo de madera para formar inmensas bolas de jebe de 200 libras que se llevarían en canoas a la tienda de Arana. Los mosquitos, y la malaria que transmitían, los atacaban constantemente. Los cortes en sus cuerpos les producían infecciones. El peligro constante de víboras y animales salvajes, los atormentaba. Arana les pagaba una décima parte del precio real del jebe. “El más trabajador de los recolectores no podía producir más de 25 libras de goma ahumada en un día de 12 horas. Un árbol de goma, en su mejor estado, podía producir máximo un poco mas de 3 libras de goma al año, y en la época de lluvias, entre Diciembre y Junio, la goma se ponía dura y no se podía recolectar” (Collier Richard, “El Rio que Dios Olvidó”, 1968). Las deudas crecían....Posteriormente, Arana vendió su plantación inicial y pronto había comprado una inmensa cantidad de tierras para plantaciones de caucho y cobraba derechos en seis ríos diferentes. Pasado un tiempo, Arana se traslado a Iquitos con toda la familia. En 1904 la Casa Arana llego a ser propietaria de 5,872 kilómetros cuadrados, y en 1909 formó, en sociedad con los ingleses, la Peruvian Amazon Company, pero bajo el control gerencial de la familia Arana. En 1909, dos jóvenes americanos que viajaban explorando por la selva peruana y colombiana, Hardenburg y Perkins dieron cuenta a la Sociedad Esclavista y Protectora de Aborígenes Inglesa de las atrocidades cometidas contra la población nativa (se dice que los abusos contra ellos fueron tan grandes que al final de su empresa habían muerto más de 30,000 indios) y los trabajadores del caucho. La denuncia se publicó en un periódico local: The Truth (11 Noviembre de 1909) y se obtuvo el apoyo del Papa y del Presidente Taft para poner fin a estas brutalidades. Arana se defendió, pero como al final no se le podía inculpar en Gran Bretaña y la Primera Guerra Mundial estaba de por medio, no se tomó otra acción contra él más que disolver la Sociedad. Arana ya era rico y siguió con su negocio hasta que el mercado sudamericano se desplazó a Malasia y Sumatra. En 1918 el abogado colombiano José Eustacio Rivera, como miembro de la Comisión Demarcadora de Límites con Venezuela, remitió un informe sobre los atropellos que se le hacían a la población nativa. En 1925 publicó su celebre libro “la Vorágine, en el que denuncia las violaciones y abusos contra los indios.
En 1925, Henry Ford compro dos millones de hectáreas en Santarem, Brasil, con el fin de formar una industria que supliera de llantas a su imperio automotriz. Su hacienda se llamo Fordilandia. Las condiciones erosionadas de un terreno cansado por la explotacion desmedida e irresponsable de los anteriores dueños, llevaron al fracaso de esta empresa y poco después, tuvo que vender su terreno a precio de pérdida (250,000 dolares) al Estado de Pará.
En 1939, el gobierno colombiano indemnizó a Arana con 200,000 dólares americanos por las tierras que poseía en Colombia.
Otro personaje importante en la historia del caucho fue el peruano Carlos Fermín Fitzcarrald (1862-1897). El emprendió la búsqueda de un varadero (camino terrestre que comunica dos ríos) con el fin de comunicar los departamentos de Loreto y Madre de Dios. En ese entonces no se conocía la forma de pasar desde algún afluente del río Urubamba a algunos del Purús o del Madre de Dios, y la carretera era inviable. A pesar de haber tenido una corta vida, Fitzcarrald fue un hombre muy rico y mandó construir una mansión en la confluencia del Ucayali con el Mishagua. En 1893 descubrio el varadero conocido como el Istmo de Fitzcarrald. En 1893 viajó a Iquitos a buscar ayuda para la construcción de una carretera, y más adelante, un ferrocarril, los cuales comunicarían las cuencas del Purús y el Ucayali. En 1894, Fitzcarrald se asoció al cauchero boliviano Nicolás Suárez y juntos mejoraron el tránsito fluvial de barcos. Murió ahogado en un rápido a los 35 años de edad.
La fuerte competencia con los precios que ofrecían las colonias inglesas y holandesas llevaron a una disminución de la producción del caucho en Sudamérica. Ante la imposibilidad del gobierno peruano de controlar la situación de inestabilidad que se había creado en la amazonia entre caucheros, nativos y las constantes invasiones extranjeras en territorio peruano, el gobierno peruano se vio forzado a ceder poco a poco, mediante diversos tratados, grandes extensiones de terrenos a Brasil, Bolivia y Colombia.
Entre 1942 y 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, Brasil trató de aumentar la producción anual de látex (de 18,000 a 45,000 toneladas) que se necesitaba para abastecer a las fuerzas aliadas. Millares de trabajadores atendieron al llamado patriota y el gobierno los aprovisionó inicialmente para su viaje; sólo desde el noreste del Brasil viajaron 54,000 trabajadores. Se les ofreció un pequeño salario durante el viaje a la Amazonía y después de su llegada recibirían una remuneración del 60% de toda la ganancia que fuese obtenida con la recolección del caucho. Durante esta época se fortaleció de nuevo la economía del Brasil y Manaos, Belem y otros poblados de los alrededores volvieron a resurgir. Al terminar la guerra, la promesa que les había hecho el gobierno a los trabajadores de regresarlos a sus lugares de origen, no fue cumplida. Sólo regresaron 6,000 trabajadores de los 100,000 que habían ido. Los demás murieron víctimas de la malaria, ataques de animales salvajes y de reptiles e insectos venenosos.
El fin de la época del caucho causó altos índices de desempleo y cuantiosas pérdidas en el ingreso nacional, así como profundas huellas culturales y económicas en las poblaciones de los ríos. Muchos de los trabajadores, al ser desprovistos de su trabajo, se establecieron en la periferia de ciudades que pudiesen ofrecerles mejor situación de vida. Por falta de un lugar para vivir, en Iquitos los trabajadores del caucho comenzaron a construir la ciudad flotante de Belén.; hoy barrio tugurizado y enfermo de Iquitos.
Actualmente se producen 16 millones de toneladas de goma en el mundo para su uso industrial e irónicamente, hoy en día, solo 3% de aquella es natural; el resto es sintético....
El dinero y el poder corrompen las almas; las vuelven duras e insensibles. Esta historia es un ejemplo más de cómo la vorágine, esta especie de borrachera arremolinada y descontrolada que crea el poder, permite el abuso desmedido de los desposeídos, de aquellos a los que no se les permite protestar porque en ello va la estabilidad y la vida de su familia y no se pueden defender porque no saben y no cuentan con los recursos para hacerlo. Esta fue la historia de una destrucción ecológica y cultural; donde el hombre apresa al hombre como animal y lo somete a una servidumbre salvaje sólo para satisfacer sus caprichos más nimios.
William Hardenburg fotos
Primera Parte de la Historia del Caucho en el Perú: Cahuchu: El Arbol que Llora:
La historia de la “fiebre del caucho” que tuvo su mayor auge en sudamérica entre los años 1879-1912 tuvo importantes implicaciones socio-económicas y culturales sobre las poblaciones de la amazonía
del Perú, Bolivia , Colombia, Ecuador y principalmente Brasil, de donde era oriunda la Hevea Brasilensis o árbol del caucho. Fue una historia teñida de sangre, de riqueza ilícita, de la destrucción del medio ambiente por la ambición de los “shiringueros” (explotadores del caucho o shiringa), pero que también marcó una época de progreso económico muy importante para los países implicados.
En mi caso particular y teniendo familiares que han nacido en la selva peruana, tengo una inquietud y fascinación muy grande por averiguar lo que pasó en aquel entonces; quizás porque en esta historia se cuenta la vida de los pobladores emigrantes de las regiones amazónicas y cuáles fueron las razones por las que fueron impulsados a dejar sus lugares de origen. Me inquietaba saber cómo habían sido sus primeros contactos con los nativos de la zona y cómo la intrusión de estos recién llegados afectó a las poblaciones aborígenes social y culturalmente.
Los cronistas de la conquista cuentan que ya desde las épocas del descubrimiento de América por Colón, en 1495, los expedicionarios contaban que habían visto a los nativos jugar con pelotas de goma y que se asombraban tanto de los grandes saltos que daban éstas, que pensaban que estaban poseídas de espíritus malignos. Los mayas hasta mezclaron el látex con los jugos de las savias de otras plantas, para prolongar la vida de los objetos confeccionados con caucho. Ellos hacían una especie de zapatos de goma sumergiendo sus pies en látex. Los aztecas tenían un juego con una pelota hecha de caucho en el cual los perdedores eran sentenciados a muerte. Se han encontrado pelotas de goma pre-colombinas que datan de 1600 AC.
La fascinación de los europeos por la amazonía los llevó a emprender diversas expediciones botánicas. En 1745, el científico francés Charles Marie de la Condamine fue asignado a Sudamérica por el rey Luís XV con el fin de medir un grado del meridiano, y a su regreso reportó a la Academia de Ciencias de París sobre los usos extraños que le daban los indios Omaguas ecuatorianos a la savia del árbol llamado Cahuchu (en lengua nativa: significa el árbol que llora). Ya para ese entonces, los viajeros que regresaban de esos parajes comenzaron a llevar muestras del producto a Europa. En el siglo XVIII Portugal importaba de Brasil sombreros, capas y bolsas de goma. En Inglaterra se le usaba para hacer planchas de “gomas para borrar”. En 1823, Charles Mc Intosh mezcló el caucho con un solvente, la nafta, y volcó la goma líquida sobre un corte de tela para crear un forro impermeable. Muchos lo acusaron de brujería. La goma en su estado natural comenzó a transportarse de Sudamérica a los Estados Unidos y Europa y se le dieron diversos usos como en la confección de mangueras para incendios, catéteres, o en bombas para máquinas productoras de cerveza. Sin embargo, la duración del material era limitado ya que con el frió se volvía duro y se cuarteaba y con el calor, se volvía pegajoso y maloliente.
Fue recién en 1839, cuando el inventor Charles Goodyear, accidentalmente vertió azufre sobre una sartén con látex derretido, y se descubrió el proceso de vulcanización, por el cual se modifican las propiedades físicas del caucho y lo hacen resistente a las variaciones climáticas, haciéndolo más elástico y resistente. Este suceso despertó un inusitado interés por el producto en el mundo. Por ese entonces, el mundo atravesaba por un desarrollo tecnológico creciente como consecuencia del surgimiento de la Revolución Industrial en Inglaterra. En 1888, John Dunlop perfeccionó la llanta neumática de goma (inflada con aire).
Todos estos acontecimientos propiciaron el desmedido interés de los europeos por esta sustancia y se volcaron a la amazonía sudamericana en búsqueda del “oro negro” para su explotación. En 1872 Inglaterra sóla importaba casi 3,000 toneladas de caucho a un costo de casi £720,000 libras esterlinas. La mitad de la importación anual del caucho provenía del Brasil donde existían la mayor parte de estas plantaciones.
Uno de los primeros colonos de la amazonía fue Henry Alexander Wickham, quien se estableció con su familia en Santarem, Brasil y se dedico a la explotación de este producto. En 1879 los británicos llegaron a la conclusión de que se debería chequear el talado irresponsable de los árboles de jebe tropicales y de que deberían crearse plantaciones de estos para prevenir su destrucción y asegurar una reserva permanente. Para ello, debería quitársele al Brasil el monopolio del caucho. Clemens Markham, un funcionario de la Oficina de Colonización de las Indias, quien en 1854, sin permiso del gobierno peruano, había trasladado a tierras coloniales inglesas plantones de quinina (disminuyó el precio de la quinina a nivel mundial en 1/16 de su precio original) urdió un plan que iniciaría la decadencia del monopolio económico del caucho. Con la colaboración del Doctor Joseph Hooker, Director de los Reales Jardines Botánicos de Kew, Markham trazó un plan para ofrecer a Wickham, amigo de Hooker, quien se encontraba en la amazonía brasilera, la compra de 70,000 semillas de la especie Hevea a 10 libras esterlinas por cada mil semillas. Por ese entonces, existía una ley por la cual la exportación de semillas de caucho se castigaría con la pena de muerte. Pero Wickham se corrió el riesgo, y haciéndose pasar por un investigador científico logró contrabandearlas y llevarlas a Inglaterra. Así, las semillas se comenzaron a cultivar en tierras coloniales inglesas y se dieron con magníficos resultados en Ceilán.
Mientras tanto, Brasil se había convertido en el mayor exportador de caucho del mundo y Manaos, a orillas del rió Amazonas era su centro comercial más importante. Su apogeo fue tan grande que se dice que en Manaos se tomaba más champagne que en París. Era impresionante el despilfarro del que hacían alarde los barones del caucho y sus familias. Construyeron residencias y sitios públicos fastuosísimos y extravagantes. Contaban, a diferencia de las otras poblaciones amazónicas, con alumbrado público, agua potable, buenas pistas, el primer sistema telefónico y toda clase de tiendas comerciales que importaban productos europeos. Sólo se utilizaba la libra esterlina como moneda. Y cuentan los pocos testigos que sobreviven esa época, que como las monedas eran de oro se acostumbraba a mascarlas para saber si eran reales. No se fomentó para nada la producción local.
Los nuevos ricos de Manaos convirtieron a esta ciudad en la capital mundial del comercio de diamantes. Era común ver a mujeres con incrustaciones de diamantes en los dientes, o el dar en los restaurantes una buena propina en libras esterlinas y un diamante de “yapa”. La influencia europea se hizo sentir por todos lados tanto en la vestimenta como en la importación de alimentos. En 1907 Manaos contaba con 37,000 habitantes y era una de las ciudades más caras de Sudamérica.
En el Perú, la bonanza del caucho alcanzo a ciudades como Iquitos, Moyobamba, Tarapoto, Lamas y Nauta. En Iquitos, son testimonios de esta época la Casa de Fierro diseñada por Eiffel, el malecón a orillas del rió Amazonas y otras edificaciones de tipo morisco. En 1864, Iquitos fue el centro cauchero de la selva peruana y el primer puerto fluvial sobre el rió Amazonas peruano y desde allí se mandaba el caucho a Manaos.
Las principales casa exportadoras fueron las de Julio César Arana, Luís Felipe Morey y la de Cecilio Hernández, aunque hubo muchos otros caucheros menores. En 1875, Rafael Reyes y hermanos comenzaron con el negocio de un caucho de menor calidad que el brasilero entre los ríos Caquetá y Putumayo en Colombia. En el lado sur del Putumayo, el peruano Cappa y el argentino Reátegui, iniciaron la extracción en la banda derecha del río Putumayo. Pero fue en 1899 que llegó el peruano Julio César Arana, nativo de Rioja, al sitio de “la Chorrera”, principal centro de explotación sobre el río Putumayo, y en 1909 despojó a todos los colombianos establecidos en aquella zona, forzándolos a vender sus concesiones y apoderándose del control de la mano de obra indígena.
En aquella época Arana tenía el monopolio del suministro de municiones en la región y contaba con el apoyo de la policía peruana en una zona de límites territoriales discutibles. Arana era un joven ambicioso y emprendedor que había viajado por los ríos de la selva peruana vendiendo mercadería y había observado cómo se explotaba el caucho, alimentando ilusiones propias. Su más grande impulso por triunfar se lo debió al profundo amor que sintió por su futura esposa, Elena Zumaeta, original de Lamas. Con el tiempo, abrió una tienda comercial en Tarapoto, en ese entonces una pequeña comunidad de 6,000 habitantes, y vendía víveres y provisiones a los recolectores de goma a cambio del pago con la cosecha que obtenían; estipulando que el precio obtenido fuera el precio del mercado en el día del acuerdo. Sus ganancias se extendieron hasta un 400% en las épocas del boom del caucho. Así fue introduciéndose poco a poco en el negocio...
Por la extensión e interés de este tema, este artículo se continuara en la próxima entrada llamada "Oro Negro".