LAS MIL CARAS DE LIMA
ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN
Lima se
viste de fiesta celebrando uno más de sus aniversarios. Hace 478 años desde que Pizarro, el que ahora
tiene su monumento a las orillas del río hablador, aquel que se encrespó por gracia y obra de San
Cristóbal para impedir que las huestes incas pudiesen reclamar lo suyo, se vistió
de lujo ante su triunfo y proclamó fundada a la Tres Veces Coronada Villa, un
18 de Enero de 1535. Entre miles de
papeles de colores que caían de los balcones señoriales recién estrenados y medallas conmemorativas que volaban por
doquier, Pizarro y su compañeros, el clero y el pueblo, los conquistados y
conquistadores, se unieron para fundar la ciudad del cielo plomo y de flores
eternas, de jardines reverdecientes y de arenales interminables, de
controversiales realidades desde que se dispuso a recorrer su vida.
Lima, una
ciudad de paradojas, que como nuestro ilustre poeta y cronista José Gálvez la
calificó en un aniversario por los 400 años de su fundación, y de la que dijo: “…el
sol hispano con el nuestro en guerra y a la par en curioso maridaje, como
chispas que saltan de una fragua-hierro de España y fuego de la tierra-en un
maravilloso mestizaje fue creando la quimba (contoneo al andar) y la guaragua (líneas
sinuosas a modo de arabescos) como en un cañamazo (tela de trama abierta que
sirve para bordar) de estandarte que irá bordando con el tiempo y el arte…”
Lima, adonde Pizarro se estableció, caballero osado
y aventurero quien con su espada trazó en aquella lejana Isla del Gallo, la división entre la anterior pobreza de sus
esperanzas, frente a la riqueza de
nuestras tierras; y donde usó de nuevo su arma para dividir y repartir las
tierras que no eran suyas.
Lima, que
citando de nuevo al poeta José Gálvez es:
“Una ciudad de encantamiento que en su esencia, supo unir la vehemencia
y el despego, y fue en contraste, la insolencia, el ruego, la oración, la
pendencia….ciudad de la sonrisa en el dolor, ciudad de taumaturgia y
sortilegio, de paloma y azor, que vio a su fundador ante la Ñusta de linaje
regio rendir su espada de conquistador (Pizarro casó con la hermana de Atahualpa,
Inés Huaylas).
Lima, la
que se escogió por las bondades de su clima, por su cercanía al mar, por sus
dotes de torre vigía de los ataques piratas, por su facilidad para el
comercio, por la riqueza de sus valles,
hoy sigue alzándose certera y se sigue extendiendo hacia sus arenales para
alojar a los desatendidos y menos afortunados del interior del país.
Lima la que
desde tiempos ah, guareció por igual, a
canónigos y a hijos del Sol, unidos por la imposición pero rezando en secreto, estos últimos, quizás al
mismo Dios.
Lima la ciudad
de los santos y la de los milagros; la de un patrón que salía en procesión como
Dios de dos mundos; que fue pintado negro bajo las pinceladas de un siervo que
quiso ver a Dios como parte de su raza, y fue adorado a pesar de la impotencia de
algunos para reconocer que en el cielo todos somos iguales.
Lima,
ciudad de tradiciones, donde en cada rincón, en cada zaguán, en cada balcón que
la adorna, en cada una de sus construcciones modernas que se enfrentan como
incongruencias de una misma madre a la ciudad que fue y ahora es, se siguen escondiendo secretos, recuerdos y
anhelos que se han arrastrado por los siglos y que le han dado las esperanzas
del progreso de hoy.
Lima la del
paseo en calesas sobre calzadas empedradas de antaño, hoy, la de las pistas y
carreteras de hormigón y de asfalto que se calienta y derrite al paso del
transporte público y privado que ya necesitan túneles de alivio para aligerar
su sonámbulo avance.
Lima, la
del criollismo nacido de la fusión de dos razas que se unieron en una para
mostrar su espíritu luchador de herencia
española e inca y rebelarse ante las cadenas de opresión para forjar su propio
destino.
Lima, la
ciudad en la que no duraron los minués y florecieron marineras, valses, y
tonderos… una fusión de identidades.
Lima, una
ciudad que emana historia y que la sigue haciendo en su caminar. Hoy evoca su tradición heredada, su pueblo
rebelde y su fragua de una cultura diferente, con anhelo de libertad.
Lima, cuna de héroes, literatos y músicos del ayer y hoy y de aquellos héroes
desconocidos…que trabajan noche y día por llevar el pan a sus hogares, por su
familia, por su dignidad y por esforzarse a llevar vidas alturadas a pesar de
la desatención estatal de sus problemas, nos llena de orgullo y promesas de un futuro
cada vez mejor.
Lima, la
ciudad gastronómica, fusión de ingredientes; de los que cruzaron los mares atlánticos
y los que salieron de las raíces de su tierra, para acomodarse unos con otros y
crear los nuevos aromas propios que ahora recorren el mundo transformados, para
deleite de sus comensales.
Lima
encierra mil caras: la del progreso de
hoy, la del crecimiento desmesurado de algunos sectores de la población, aunado
a la inconsecuencia de quienes no ven la miseria de algunos, la delincuencia y
la opresión de otros. Hoy, igual que en
la época de los virreyes, calza sus calles de plata para el paso de algunos,
mientras que en las esquinas observan los valientes que se atreven a levantar los pulidos e inútiles adoquines para venderlos y empujar la
escalada.
Hoy, esa Lima celebra el aniversario de su fundación y
de su liberación de un sojuzgamiento,
porque desde ya se forjó su emancipación y su deseo de libertad.
Lucy Valdivieso New York, 18 de Enero del 2012
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