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jueves, 24 de agosto de 2017

La Casa del Maestro Kinkuya

Esta entrada tiene un valor muy importante para mí, porque contiene fotografías y comentarios inéditos de mi hermana Mónica Newton (Shiu Kenewaka), fotógrafa profesional "self made", que tiene un amor profundo por la naturaleza y por nuestra filosofía andina. Ella visitó al importante acuarelista peruano, Kinkuya, en su casa en Calca, Cusco, Perú, y a través de su texto y fotografías, nos muestra el enorme valor de la obra de este sencillo pero gran hombre.  Aquí va su artículo de introducción:
Hay lugares "mágicos" que uno conoce y que quiere que todos sepan de ellos,  y que los puedan visitar y vivir una experiencia especial. Eso es lo que sentí al estar durante dos días en la CASA DE AIDA en Calca, Cuzco.
Es la casa del Maestro Kinkuya, uno de los mejores acuarelistas del Peru y de Aida su esposa, una mujer hermosa, fuerte, y conocedora de todas las plantas que crecen en el Valle Sagrado.
Kinkuya te invita a su estudio y se sienta a tu lado y es feliz mostrándote su colección de bellísimas acuarelas de las montañas compañeras, Pitusirai y Sauasirai en Calca; de su entrañable Barranco; de barrios marginales limeños; del espiritu del mar y de escenas de pesca, su afición preferida; y a uno le provoca comprarlos todos.
Aida, a su vez, se alegre y siente orgullosa al llevarte a pasear por la huerta con su infinita variedad de plantas, flores, frutos, comestibles, medicinales y ornamentales, que ella misma ha sembrado y cría. Su jardín es constantemente visitado por abundantes aves y abejas que se mueven con sus cantos y zumbidos entre las bellas y coloridas flores polinizándolas y saboreando sus néctares. También cría gallinas y conejos de corral . En realidad, al dar cada paso por la huerta, uno se siente bañado por el Espiritu de la Naturaleza.
En esa casa se come a la carta, cosechando los sabrosos frutos de este jardín.
Aída complementa sus actividades de la huerta con la fabricación de mermeladas de sabores diversos y de una purísima miel de abeja.
La casa de Kinkuya y Aida es también una obra de arte. Ella fue planificada y hecha por el Arq. Mario Osorio Olazabal hace más de 3 décadas. Es una construcción ecológica y una celebración a la madera, la luz y el verde. Kinkuya y Aída recuerdan con mucho aprecio al testarudo y perfeccionista arquitecto y la historia de cada viga puesta en la casa.
Dado que tanto a Kinkuya y Aída les encanta recibir y atender a la gente, hace unos años construyeron dos cabañas muy acogedoras, en la parte posterior de la casa atravesando la huerta. Una tiene dos ambientes, y un baño, para alojar a tres personas y otra es para dos personas. También tienen en su propia casa espacio para recibir más personas, en los cuartos que antes pertenecían a sus hijas. Por un módico precio podrás gozar de una experiencia mágica y tranquila en el Valle Sagrado. La dirección de la CASA DE AIDA es Prolongación Ucayali s/n, Calca. Teléfono 51 084 202003 - 51 984780810. Web: www.casadeaida.com

No dejes de conocer este precioso lugar y a sus encantadores dueños Aida y Kinkuya!!!!.


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La Quinta de Presa por Ana María Malachowski Rebagliati

En 1690 era el dueño D. José Blanco Rejón y había sido antes de don Martín Arias del Castillo. Años después, en 1708, la adquirió el Coronel don Juan Bautista Palacios, quien, coronel al fin, lo convierte en Molino de la Pólvora. Tiempo después, en 1737, la adquirió doña Isabel Carrillo de la Presa, y fue vinculada al mayorazgo de Montemar y Monteblanco. Fue de don Juan Antonio Carrillo y Albornoz y a éste heredaron doña Mariana de la Puente y Carrillo y doña Josefa Vázquez de Velazco, quienes, a su vez, en épocas republicanas, se la vendieron a don Pedro Heroaurd. Después de muchas compras y ventas, la Quinta pasó, con su molino y sus caballerizas, a la firma Serdio Hermanos y por último al Estado en 1920.
LA QUINTA DE PRESA
La Quinta de Presa data de fines del siglo XVIII. El primer propietario de los terrenos - que comprende la casa, el jardín y el molino de Presa, que ocupan un área de 15 159 metros cuadrados - fue don Martín Arias del Castillo, luego por sucesivas ventas, dichos terrenos fueron a recaer en el mayorazgo de Presa. El traslado de la fábrica de pólvora instalada en ese lugar determinó que don Fernando Carrillo de Albornoz, mandara construir en esos terrenos una casa de campo para los meses de verano. Por ese entonces gobernaba el Virrey Manuel Amat y Juniet, muy buen amigo de don Fernando y, al enterarse del proyecto se ofreció, como buen dibujante que era, de encargarse de hacer los planos de la Quinta y de enviarle, cada cierto tiempo, una persona para que lo ayudara a entender los planos. Así, pasado un tiempo, Amat terminó su participación y la famosa villa de campo, color rosa y blanca, quedó terminada.
"No parece que gentes de tanta prosapia y de orgullo dejaran tal casa para los amorios famosos, aunque, cabría pensarse si pudo o no ser, por poco tiempo, arrendataria la festejada cómica, bajo una dócil cabeza de turco ..... De no hallarse el dato seguro, quedaría vivo y presente el problema de la casa de los amores de la Perricholi, no de aquella donde murió octogenaria, cuando ya no era la de la leyenda romancesca y pícara".
La Quinta Presa se trata de un ejemplo único de arquitectura rococó criolla, es la interpretación criolla de un pequeño "chateau". El acceso a la casa se hace por medio de una escalinata de madera a modo de puentecito, sobre un hermoso pozo de agua con caida. La puerta de entrada - pequeñita y graciosa - es una obra se arte; sus balcones suspendidos son como pomposas cómodas; las jambas y frontones de las mamparas parecen imitar enormes marcos de espejos. Sus tejados son notables, como lo que caracteriza a los tejados franceses cubiertos de metal y pizarra, está allí imitado con planchas de madera colocadas verticalmente. Al interior, los salones tienen un encanto especial, lo hace a uno pensar que está en un palacio Luis XV en Francia pero que luce a la limeña, por los medallones, espejos y cornisas que se encuentran. La arquería o "loggia" que da al jardín interior produce la misma sensación mágica. Glorietas y hasta un teatro al aire libre se encuentran en el parque.
Existió desde el año 1935, el Museo del avirreinato. Los salones de este museo exhibían muebles, vestidos, candelabros, cuadros y retratos del Virrey Amat y de Fernando VII. Algunos objetos se creía pertenecieron a Micaela Villegas, La Perricholi. Se exhibía un carruaje de oro en miniatura e indumentaria femenina.
Fuente:
- José Gálvez: Calles de Lima y Meses del Año de José Gálvez
- Héctor Velarde: Itinerarios de Lima
- Margarita Cubillas Soriano: Lima Monumento Histórico