Algunos las llaman peñas, otros, como el maestro Wendor Salgado de La Catedral del Criollismo, se ofende por la denominación y prefiere centro musical. Distintas denominaciones, menciona Rohner, son centro social, peña casera, peña de amigos, peña comercial. Es difícil dar con una definición acertada. Unos lugares cobran, otros no. Unos funcionan como reunión cultural en la que se comparten canto, música y discos, entre amigos que quieren extender la jarana para elevarla al cielo. Otros ofrecen bebida, comida y espectáculo. Pero a todos estos escenarios los une una cosa: la música.
Se arma la noche en el centro musical Breña.
Nuestra metrópoli conserva aún su fisonomía arquitectónica colonial y republicana. El cronista Daniel Mathews, que desde su blog mesaleespuma.lamula.pe comparte informadas notas en torno a la peruanidad, la Lima vieja y el criollismo, relata que lugares como el Rímac, los Barrios Altos, el cuartel primero o Monserrate guardan consigo algunas casas musicales. “Los espacios que nacen al inicio del siglo XX están rumbo al sur: La Victoria, Lince, Breña”, añade.
Mathews hace un recuento de aquellas sedes de rompe y raja que acogen a cientos de correligionarios en busca de un oasis de poesía y cajón. En el Rímac, cuenta, está la casa de Manuel Acosta Ojeda (Francisco Pizarro 334), fallecido en mayo de este año, uno de los vates del criollismo más conspicuos de la vertiente social de la canción. El centro musical Amistad y Criollismo se ubica en Cajamarca 547, originalmente estuvo en Barrios Altos, y al inicio tuvo a la cantante Jesús Vásquez como principal figura y anfitriona.
“En el cuartel primero, también conocido como Monserrate o Pachacamilla”, relata Mathews, “nació la fiesta religiosa del Señor de los Milagros”. Los devotos no solo cargaban al Cristo Morado, también se entregaban a la verbena y la serenata criolla. “A una cuadra de la hermandad queda el centro musical Pedro Bocanegra”, añade, “este recinto fue creado en homenaje al compositor chiclayano don Pedro Augusto Bocanegra Poémape, nacido el 4 de junio de 1890, y fallecido el 4 de enero de 1927. Sus temas más conocidos como compositor fueron los valses ‘Entre los dos’, ‘La Alondra’, ‘Mi despedida’, ‘Separación’”.
Baile jaranero en Don Porifirio, Barranco.
Historias íntimas
En Barrios Altos, “a una cuadra de la remodelada Plaza de la Buena Muerte, se puede pasar bien la noche del domingo”, alerta Daniel. Ahí funciona el Centro Musical El Tigre (Paruro 277). “Antes de ir al Tigre uno puede pasar por el Centro Musical Domingo Giuffra de La Victoria. Barrio obrero, formado por obreros de construcción civil”, cuenta. “Identificado con la gente de color serio y por eso mismo con el Alianza Lima tenía a principios del siglo XX una panadería administrada por el italiano Giuffra”.
La historia nos revela que, a la muerte de don Domingo, los parroquianos decidieron que debían seguir reuniéndose honrando el nombre de aquel ‘tano’ querido. “Sus socios fundadores son los pinglistas Juan Álvarez Alarcón, Alfredo Leturia Almenara, Óscar Avilés Arcos, Alfredo ‘Chapita’ Weston, entre otros”.
Pepe Villalobos Cavero es un jaranista de La Victoria que habilitó su hogar ubicado en un callejón de jirón Canta para convertirlo en casa criolla –hoy ya se mudaron a Lince–. Era el compositor de casi todas las canciones que cantaba su primo el ‘Zambo’ Cavero, así que este personaje estaba de cabeza en cuanta jarana estallaba.
En el distrito de Breña, a cuatro cuadras del Hospital del Niño, en calle Olmedo 452, nace su centro musical. El fotógrafo y cronista Francisco Rodríguez relata así la historia recogida de uno de los fundadores de aquel recinto para El Comercio: “Cuenta Wendor Salgado, gran guitarrista y cultor de la música criolla, que la historia comenzó en la esquina de los jirones Porvenir y Huaraz, en ‘La escalera del pajarito’. Allí quedaba la casa de Ernesto ‘Pajarito’ Chávez, donde casi a diario se reunían jóvenes valores de aquella época que ya habían ganado concursos en Radio Excelsior y Radio Nacional: Gilberto Cossío Bravo, Alberto Urquizo, Víctor Reyes, Juan de Dios Rojas, Pedro Otiniano, entre otros”. No obstante, como apunta Daniel Mathews, hay que recordar que hoy Wendor regenta en su casa del jirón Pariacoto, también en Breña, La Catedral del Criollismo. Asimismo, es considerado un historiador que resguarda la memoria del criollismo, “tiene importantes tomos con la historia de nuestras canciones y más de 500 discos”, cuenta Mathews en “Entre casas y centros musicales”, publicado en su blog.
Recorrido criollo
Centro musical Breña
Cuadra 6 del jirón Olmedo, Breña.
Fundado por el maestro Wendor Salgado hace más de 40 años, reúne a las figuras ocultas del criollismo que rinden homenaje a talentos como Manuel Acosta Ojeda, Serafina Quinteros y Juan Gonzalo Rose.
Peña amistad y criollismo
Jirón Cajamarca 547, Rímac.
En el corazón del Rímac, Pedro Espinel, el maestro de las polcas, compuso “La campesina”, “Sonrisas”, “Primavera”, “Gracia y Donaire”, “Seducción”, “Inquietud” y el vals “Alejandro Villanueva”, dedicado al ídolo de Alianza Lima.
Centro social musical Domingo Giuffra
Avenida Manco Cápac 1537, La Victoria.
Sede de homenaje al ilustre panadero italiano que reunía a figuras de la música y el balompié en veladas de rompe y raja.
Centro musical El Tigre
Jirón Paruro 277, Barrios Altos.
A una cuadra de la Plaza de la Buena Muerte. Lleva el nombre de bautizo de la calle Paruro, a usanza de la Lima antigua.
La casa de Pepe
Villalobos
Av. Militar 2036, Lince.
Sentimiento de callejón de un solo caño. Todavía puede probar un vaso de chinchiví.
La catedral del criollismo
Jirón Pariacoto 1107, Breña.
Espacio pequeño de conversación e historia del legendario Wendor Salgado. Ingreso libre con una botella para ser bien compartida.
Centro social y musical tipuani
Jirón Carlos Zavala 160, Cercado de Lima.
A una cuadra de la entrada de emergencias del Policlínico Grau.
Peña del carajo
Jr. Catalino Miranda 158, Barranco .
Antica
Calle San Martín 201, Barranco
