Así que si nos preguntaban de qué nos queríamos disfrazar en carnaval...pues era de española agrandada.
Habían unas academias que enseñaban a bailar el flamenco y claro, cómo perder la oportunidad de sentirnos 'divas'...y sobretodo, de aprender a tocar las castañuelas. La profesora las hacía repicar con un ritmo contagioso. Sonaban: tracatrá...tracatrá...tracatrá.ta.ta. Y dale! Olé!!!
Las castañuelas eran de madera y parecían unas conchas partidas por la mitad y había que ser muy diestro para hacerlas repiquetear. Yo tenía unas preciosas con dibujos, y hasta ya había aprendido a tocarlas.
Cuando iba a la Zarzuela con mi abuela, cuando tenía doce años, allá en el Perú, a ver las obras que presentaba la Compañía de Don Faustino García, salían las españolas, muy bien ataviadas con sus vestidos con cola y volantes o bobos, todos de telas de lunares blancos con rojo o rojo con blanco y llevaban en sus manos las castañuelas. Y a la vez que las tocaban, con las manos así traviesas, enamoraban al galán. El que más me gustaba era Juan Antonio Dompablo...lo miraba así fíjamente, buscando su mirada, y me imaginaba que estaba cantando las canciones para mí. Luisa Fernanda, Los Gavilanes, Los Molinos de Viento...cómo me gustaban. Esperaba el mes de Julio con ansias para irme bien colgada del brazo de mi abuela y de mi tía Lola a la Zarzuela.
Así que me puse a averiguar un poco sobre la historia de este instrumento, y quise compartir los resultados con mis lectores.
Las castañuelas son instrumentos de percusión, cuyo sonido se origina al ser agitadas. Los primeros tipos de éstas vienen desde la época en que los hombres se dieron cuenta que podían chasquear una piedra contra otra y acompañar sus primeros intentos de baile. Usaron también varillas hechas de ramas de árboles y conchas marinas. En excavaciones arqueológicas, se han encontrado vestigios de aquellas que datan desde la época del paleolítico (argollas de marfil que hacían un sonido armonioso al chocar entre ellas), y de los fenicios y egipcios, allá por los años 3,000 AC. En Egipto, por ejemplo, se han encontrado ánforas con escenas de danzantes cuyas mujeres llevan en sus manos unos palos levemente torcidos.
Pero son los españoles los que se identifican plenamente con las castañuelas, y éstas forman parte del patrimonio cultural de España. Las hay de diferentes formas y tamaños, según las regiones; todas tratan de mejorar y competir por un sonido óptimo. Hay castañuelas valencianas, castellanas, manchegas, andaluzas, etc.
La forma más comunmente usada tiene forma de dos pedazos de madera en forma de concha talladas en su parte interna en forma cóncava, y que están unidos por unas cuerdas de colores que pasan a través de unas perforaciones en la parte superior o de las orejas, y que se sujetan en el dedo pulgar. Vienen en pares y generalmente las hacen de madera de castaño, aunque también se hacen utilizado otras como el encino; y hasta de marfil y metal las han hecho. Las castañuelas se hacen a mano y al gusto del cliente. El tamaño, la profundidad de la concavidad, la forma como se amarra el cordón, influyen en el tipo de sonido que el instrumento emitirá.
Les incluyo unas clases de castañuelas. Presionar sobre el link y luego presionar sobre la bandera del idioma que prefieran.
www.castanuelasfiligrana.com/
Dicen algunos autores que la castañuela es el único instrumento que tiene sexualidad, ya que ambos pares tienen diferente tonalidad que depende de la apertura entre las dos hojas (su concavidad), siendo la que se usa en el lado derecho, la del sonido más alto...la hembra. A la de la izquierda se le llama macho.
Estas se introducen como acompañantes de bailes como la seguidilla, el bolero, el fandango y el flamenco, en España. Ema Maleras (Barcelona), Lucero Tena (gran bailaora de flamenco concertista de castañuelas de origen mexicano), Antonia Merce (la Argentina) y José de Udaeta (bailador y concertista ya fallecido), han sido y son grandes "tocaores"de las castañuelas y han recorrido el mundo participando en conciertos importantes.
En el Perú, hemos heredado este instrumento desde la época de la Colonia, y se le ha incorporado a la música criolla, en especial, el vals y la polca.
Al repique de las castañuelas y al compás de guitarras, cajones y violines, celebra el peruano su música criolla.