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miércoles, 29 de junio de 2011
viernes, 24 de junio de 2011
Un Viaje Inolvidable a Quito, Ecuador
Ahorita acabo de pasar una semana inolvidable en la ciudad de Quito,Ecuador, y parece que todavía no he proseguido mi viaje.
Mi blog trata sobre el Perú y el mundo...así puedo plasmar en él todos los recorridos interesantes que voy haciendo...y ciertamente, Quito puede causar el encanto de cualquier persona que la visita.
Quito, una ciudad de casi dos millones de habitantes, está a 2,800.metros sobre el nivel de mar y en la falda oriental del volcán Pichincha. El primer día, definitivamente uno tiene que tomar un diurético potente para que la presión no se le suba al cielo y el mal de altura no le afecte. En mi caso, lo tuve que tomar como cinco días, porque la presión atmosférica debe de ser especial...claro, si está en la mitad del mundo...allí donde puedes poner cada una de tus piernas en un hemisferio diferente...el magnetismo existente debe de ser impresionante! Dicen que se hacen demostraciones como hacer parar un huevo en su punta o hacer drenar el agua contra o a favor del pase de las manecillas de un reloj.
Las sucesivas expediciones francesas, que se llevaron a cabo desde 1743 con De la Condamine, Godin y Bouger y otros científicos, en los años posteriores han fijado la latitud y la longitud de aquel espacio determinándolo como el centro de la tierra. Es impresionante el museo etnográfico dentro del monumento de fierro, cemento y andesita...dentro de él se presentan las diferentes culturas ecuatorianas.
Quito, cuyo nombre proviene de la cultura Quitu que pobló esa area con fines comerciales durante el primer milenio de nuestra era, fue ocupada por los Caras y sus reyes los Shiris, allá por 980AD...imperio que duró cuatrocientos años. En 1462, el Inca Túpac Yupanqui, con un ejército de más de 250,000 hombres, conquistó y ocupó esta area y la integró al imperio de los Incas. En 1534, los españoles conquistaron y colonizaron la misma. Diego de Almagro la llamó primero Santiago de Quito y luego, San Francisco de Quito. En Diciembre de 1534, Sebastián de Benalcázar, venció la última resistencia de los naturales, ejecutando al rebelde Rumiñahui y fundando la muy noble y leal ciudad de San Francisco de Quito el 15 de Febrero de 1556.
En 1563, Quito se volvió parte de la Real Audiencia y como consecuencia, parte del Virreinato del Perú, con sede en Lima.
La diocesis de Quito se estableció en 1545, y se elevó a la categoría de arzobispado en 1849. Como parte de la política virreinal, se trató por todos los medios de evangelizar a los infieles. Durante la epoca de la colonia se construyeron más de 20 iglesias en el perímetro de la ciudad.
La primera iglesia fue la de Belén, y posteriormente se construyó la de San Francisco en 1535; unas de las 20 iglesias que hoy rodean a la ciudad de Quito.
Una de las iglesias más bellas e impresionantes que he conocido en mi vida, es la Iglesia de la Compañía de Jesús, de estilo barroco, cuya construcción duró 160 años. Cada centímetro de la Iglesia está tallado y dorado con láminas de oro de 23 kilates. En ella se encuentran magníficas obras de arte de diversos artistas quiteños de los siglos xvii y xviii. Llaman la atención dos grandes lienzos que representan al Infierno y del Juicio Final por Hernando Cruz, 16 cuadros de los profetas de Nicolás Javier Goríbar, y las escenas bíblicas de Sansón y Dalila y de José, hijo de Jacob. Destacan el balcón dorado en la nave norte y los maravillosos retablos laterales, así como la cúpula central con decoración de ángeles y evangelistas.
Debajo del altar mayor se encuentran los restos de la primera santa ecuatoriana, Marianita de Jesús,quien escogió este templo, donde oró desde niña, como su morada después de muerta. También se encuentra una réplica de la litografía milagrosa de la Virgen Dolorosa del Colegio Jesuita, a quien durante una semana entera unos niños colegiales vieron llorar.
Como consecuencia de los sismos de 1859 y 1868 la torre del campanario sufrió daños extensos, lo cuales hoy en día han sido reparados. Desde 1987 la iglesia se ha venido restaurando con el fin de lograr preservar esta joya colonial.
Después de 400 años, el Convento de las Clarisas ha abierto sus puertas para exponer valiosas obras de arte.
Hay obras de Miguel de Santiago, Johanes López, Manuel Samaniego, Bernardo Rodríguez, Joaquín Pinto, así como las maravillosas tallas esculpidas por Manuel Chili, Caspicara y Bernardo de Legarda.
Quienes la visiten podrán admirar el arte en el contexto de la evangelización, la presencia de las órdenes religiosas, masculinas y femeninas, los gremios y las cofradías como mecenas de la producción artística, así como las extraordinarias obras de arte de los maestros que alcanzaron fama en la época colonial.
Llama la atención la Basílica del Voto Nacional, cuya construcción gigantesca se inició hace 108 años y ha sido considerado como el templo neogótico más grande de América. Surgió de la idea de construir un monumento como perpetuo recuerdo de la consagración del Ecuador al Corazón de Jesús, planteada por el padre Julio Matovelle, Diputado de la República en 1883. En el convento y en la Basílica se guardan más de 4 mil obras de arte de varias épocas, que aun no han sido inventariadas.
El 10 de Agosto de 1809 se inció un primer movimiento independentista del yugo español, que fue sofocado por las tropas imperiales que fueron enviadas desde Lima. El 24 de mayo de 1822, el Coronel Sucre, bajo el comando de Bolívar, logró la independencia de Quito y de sus areas aledañas.
Quito ha sido denominada la Capital Cultural de América en 2011...un referente mundial de belleza arquitectónica, histórica, cultural y artística.
El Panecillo es un cerro de origen volcánico de 200 mts. de alto situada entre el sur y centro de Quito. Su pico se eleva a una altura de 3,016 mts. sobre el nivel del mar. Sobre esta elevación se erige una estatua de 45mts.de la Virgen de Quito, la cual fue comisionada por los padres oblatos en 1976 al artista español Agustín de la Herrán Matorra,y está hecha con 7,000 piezas de aluminio. La imagen ha tomado como modelo a la Virgen de Quito que se encuentra en la Iglesia de San Francisco, la cual posee alas y muestra movimiento...una variación de las obras de la Escuela de Arte de Quito...una de las más renombradas del siglo XVIII. Es la primera representacion de una virgen aladá; quizás en el mundo. En una placa al pie del monumento dice que la mujer representa la mujer del apocalipsis de la que se habla en el Libro de Revelaciones de la Biblia.
El Centro Histórico y sus callecitas evocan la memoria de tiempos coloniales pasados...calles serranas de pendientes y bajadas,de calzadas encementadas y salpicadas de faroles que se conservan desde tiempos pasados... pasadasos! Cuantas bellas damas mirarían disimuladamente pasar a los cortesanos desde los elaborados balcones de sus casas.
Ya en la Plaza de Armas, se puede admirar el bellísimo monumento dedicado a los próceres de la Independencia del 10 de agosto de 1809, fecha recordada como el Primer Grito de Independencia Hispanoamericana. El entorno de la plaza se encuentra flanqueado por el Palacio de Carondelet o de Gobierno, la Catedral Metropolitana, el Palacio Arzobispal, el Palacio Municipal y el Hotel Plaza Grande. Sin mucho esfuerzo se pueden encontrar grupo de sindicalistas reclamando toda clase de desatenciones hechas por el gobierno.
No se puede dejar de visitar los centros artesanales, dentro de los cuales se encuentra lo mejor de la confección artesana de todo el país...hay que tener cuidado de que el encanto de sus prendas no nos seduzca tanto, como para gastar lo que nos sobraba para ahorrar!
Asimismo, no debe de faltar un paseito por los supermercados...sólo para ver precios y comprar uno que otro dulcecito; y sobretodo para ver de cerca los frutos del Ecuador. En la casa donde nos alojamos nos atendieron tan bien, que todos los días tomábamos un jugo diferente para el desayuno. En el mercado, fotografié y hallé una descripción de cada uno de aquellos y de los usos que se les dan.
Quito, ciudad de campanas, tierra amada del famoso pintor Guayasamin y alojamiento de su sobrecogedora y magnética Capilla del Hombre, parece llamar con sus repiques al visitante...quizás hasta lo anuncia....
Mi blog trata sobre el Perú y el mundo...así puedo plasmar en él todos los recorridos interesantes que voy haciendo...y ciertamente, Quito puede causar el encanto de cualquier persona que la visita.
Quito, una ciudad de casi dos millones de habitantes, está a 2,800.metros sobre el nivel de mar y en la falda oriental del volcán Pichincha. El primer día, definitivamente uno tiene que tomar un diurético potente para que la presión no se le suba al cielo y el mal de altura no le afecte. En mi caso, lo tuve que tomar como cinco días, porque la presión atmosférica debe de ser especial...claro, si está en la mitad del mundo...allí donde puedes poner cada una de tus piernas en un hemisferio diferente...el magnetismo existente debe de ser impresionante! Dicen que se hacen demostraciones como hacer parar un huevo en su punta o hacer drenar el agua contra o a favor del pase de las manecillas de un reloj.
Las sucesivas expediciones francesas, que se llevaron a cabo desde 1743 con De la Condamine, Godin y Bouger y otros científicos, en los años posteriores han fijado la latitud y la longitud de aquel espacio determinándolo como el centro de la tierra. Es impresionante el museo etnográfico dentro del monumento de fierro, cemento y andesita...dentro de él se presentan las diferentes culturas ecuatorianas.
Quito, cuyo nombre proviene de la cultura Quitu que pobló esa area con fines comerciales durante el primer milenio de nuestra era, fue ocupada por los Caras y sus reyes los Shiris, allá por 980AD...imperio que duró cuatrocientos años. En 1462, el Inca Túpac Yupanqui, con un ejército de más de 250,000 hombres, conquistó y ocupó esta area y la integró al imperio de los Incas. En 1534, los españoles conquistaron y colonizaron la misma. Diego de Almagro la llamó primero Santiago de Quito y luego, San Francisco de Quito. En Diciembre de 1534, Sebastián de Benalcázar, venció la última resistencia de los naturales, ejecutando al rebelde Rumiñahui y fundando la muy noble y leal ciudad de San Francisco de Quito el 15 de Febrero de 1556.
En 1563, Quito se volvió parte de la Real Audiencia y como consecuencia, parte del Virreinato del Perú, con sede en Lima.
La diocesis de Quito se estableció en 1545, y se elevó a la categoría de arzobispado en 1849. Como parte de la política virreinal, se trató por todos los medios de evangelizar a los infieles. Durante la epoca de la colonia se construyeron más de 20 iglesias en el perímetro de la ciudad.
La primera iglesia fue la de Belén, y posteriormente se construyó la de San Francisco en 1535; unas de las 20 iglesias que hoy rodean a la ciudad de Quito.
Una de las iglesias más bellas e impresionantes que he conocido en mi vida, es la Iglesia de la Compañía de Jesús, de estilo barroco, cuya construcción duró 160 años. Cada centímetro de la Iglesia está tallado y dorado con láminas de oro de 23 kilates. En ella se encuentran magníficas obras de arte de diversos artistas quiteños de los siglos xvii y xviii. Llaman la atención dos grandes lienzos que representan al Infierno y del Juicio Final por Hernando Cruz, 16 cuadros de los profetas de Nicolás Javier Goríbar, y las escenas bíblicas de Sansón y Dalila y de José, hijo de Jacob. Destacan el balcón dorado en la nave norte y los maravillosos retablos laterales, así como la cúpula central con decoración de ángeles y evangelistas.
Debajo del altar mayor se encuentran los restos de la primera santa ecuatoriana, Marianita de Jesús,quien escogió este templo, donde oró desde niña, como su morada después de muerta. También se encuentra una réplica de la litografía milagrosa de la Virgen Dolorosa del Colegio Jesuita, a quien durante una semana entera unos niños colegiales vieron llorar.
Como consecuencia de los sismos de 1859 y 1868 la torre del campanario sufrió daños extensos, lo cuales hoy en día han sido reparados. Desde 1987 la iglesia se ha venido restaurando con el fin de lograr preservar esta joya colonial.
Después de 400 años, el Convento de las Clarisas ha abierto sus puertas para exponer valiosas obras de arte.
Hay obras de Miguel de Santiago, Johanes López, Manuel Samaniego, Bernardo Rodríguez, Joaquín Pinto, así como las maravillosas tallas esculpidas por Manuel Chili, Caspicara y Bernardo de Legarda.
Quienes la visiten podrán admirar el arte en el contexto de la evangelización, la presencia de las órdenes religiosas, masculinas y femeninas, los gremios y las cofradías como mecenas de la producción artística, así como las extraordinarias obras de arte de los maestros que alcanzaron fama en la época colonial.
Llama la atención la Basílica del Voto Nacional, cuya construcción gigantesca se inició hace 108 años y ha sido considerado como el templo neogótico más grande de América. Surgió de la idea de construir un monumento como perpetuo recuerdo de la consagración del Ecuador al Corazón de Jesús, planteada por el padre Julio Matovelle, Diputado de la República en 1883. En el convento y en la Basílica se guardan más de 4 mil obras de arte de varias épocas, que aun no han sido inventariadas.
El 10 de Agosto de 1809 se inció un primer movimiento independentista del yugo español, que fue sofocado por las tropas imperiales que fueron enviadas desde Lima. El 24 de mayo de 1822, el Coronel Sucre, bajo el comando de Bolívar, logró la independencia de Quito y de sus areas aledañas.
Quito ha sido denominada la Capital Cultural de América en 2011...un referente mundial de belleza arquitectónica, histórica, cultural y artística.
El Panecillo es un cerro de origen volcánico de 200 mts. de alto situada entre el sur y centro de Quito. Su pico se eleva a una altura de 3,016 mts. sobre el nivel del mar. Sobre esta elevación se erige una estatua de 45mts.de la Virgen de Quito, la cual fue comisionada por los padres oblatos en 1976 al artista español Agustín de la Herrán Matorra,y está hecha con 7,000 piezas de aluminio. La imagen ha tomado como modelo a la Virgen de Quito que se encuentra en la Iglesia de San Francisco, la cual posee alas y muestra movimiento...una variación de las obras de la Escuela de Arte de Quito...una de las más renombradas del siglo XVIII. Es la primera representacion de una virgen aladá; quizás en el mundo. En una placa al pie del monumento dice que la mujer representa la mujer del apocalipsis de la que se habla en el Libro de Revelaciones de la Biblia.
Una noche tuvimos la oportunidad de ir a pasear en el famoso telesférico que eleva a los visitantes a 4000 mts.de altura. Desde la cima se observa toda la ciudad de Quito y gran parte de las montañas y volcanes. Está en la parte este del volcán Pichincha. En una de las tienditas había un servicio de fotografía para turistas; así que hicimos las poses pertinentes y nos tomaron las fotos siguientes.
La comida y los tragos en Quito son de primera. Tuvimos la oportunidad de gozar del sabor inigualable de algunos platillos ecuatorianos, de los cuales daré la receta en mi blog de cocina.Son populares los platos de mariscos y pescados, cuya exquisitez se debe a los abundantes microorganismos que flotan sobre el mar ecuatoriano y de los que se alimentan los peces y otras especies marinas. Un "canelazo"bien calientito, trago especial ecuatoriano, sirve para calmar el frío en esas noches gélidas de Quito. A propósito, Quito tiene un clima muy agradable la mayor parte del año...calor de día y noches frías. Una frazadita, un buen licorcito y un cálido abrazo en las noches, solucionan todo!
Restaurants como el el Mirador de Vista Hermosa o el Escondite de Cantuña tienen una vista fabulosa de Quito y ofrecen una comida espectacular. Como era el Día del Padre, Vista Hermosa nos presentó con una comida riquísima, música del recuerdo, y hasta rifaron un cuadro pintado por un artista local en sólo cuarenta minutos. Impresionante vista del Quito Histórico y de todas las luces de la ciudad....aunque ahora, con esto de la pólítica verde de Correa, su resplandor se está apagando.El Centro Histórico y sus callecitas evocan la memoria de tiempos coloniales pasados...calles serranas de pendientes y bajadas,de calzadas encementadas y salpicadas de faroles que se conservan desde tiempos pasados... pasadasos! Cuantas bellas damas mirarían disimuladamente pasar a los cortesanos desde los elaborados balcones de sus casas.
Ya en la Plaza de Armas, se puede admirar el bellísimo monumento dedicado a los próceres de la Independencia del 10 de agosto de 1809, fecha recordada como el Primer Grito de Independencia Hispanoamericana. El entorno de la plaza se encuentra flanqueado por el Palacio de Carondelet o de Gobierno, la Catedral Metropolitana, el Palacio Arzobispal, el Palacio Municipal y el Hotel Plaza Grande. Sin mucho esfuerzo se pueden encontrar grupo de sindicalistas reclamando toda clase de desatenciones hechas por el gobierno.
No se puede dejar de visitar los centros artesanales, dentro de los cuales se encuentra lo mejor de la confección artesana de todo el país...hay que tener cuidado de que el encanto de sus prendas no nos seduzca tanto, como para gastar lo que nos sobraba para ahorrar!
Asimismo, no debe de faltar un paseito por los supermercados...sólo para ver precios y comprar uno que otro dulcecito; y sobretodo para ver de cerca los frutos del Ecuador. En la casa donde nos alojamos nos atendieron tan bien, que todos los días tomábamos un jugo diferente para el desayuno. En el mercado, fotografié y hallé una descripción de cada uno de aquellos y de los usos que se les dan.
Quito, ciudad de campanas, tierra amada del famoso pintor Guayasamin y alojamiento de su sobrecogedora y magnética Capilla del Hombre, parece llamar con sus repiques al visitante...quizás hasta lo anuncia....
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Ecuador: Un Viaje Inolvidable a Quito
miércoles, 22 de junio de 2011
Panoramas Perú
Un fantástico recorrido virtual de algunos de nuestros tesoros virreinales publicado por Panoramas Perú
http://panoramas.pe/machupicchu100.html
Por favor copiar y pegar la dirección de la web para acceder al recorrido.
http://panoramas.pe/machupicchu100.html
Por favor copiar y pegar la dirección de la web para acceder al recorrido.
Is War an Option?
This is a plea to stop wars which in the end serve the personal interests of governments or business lords.
This is a very courageous, articulate and a powerful expression of what wars are all about. What a pity it is to hear this very righteous expression of what really wars are about....especially if a member of your family has been a part of it...do most of our children have the same open-mindness of this soldier?
This is a very courageous, articulate and a powerful expression of what wars are all about. What a pity it is to hear this very righteous expression of what really wars are about....especially if a member of your family has been a part of it...do most of our children have the same open-mindness of this soldier?
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American History: Is War an Option?
sábado, 18 de junio de 2011
Derek
Please copy and paste to watch this beautiful story about a wonderful musician: Derek...the nephew of Camila Parker Bowles. I cannot embed this video because you tube is not allowing it. Don't lose the opportunity to see it.
http://www.youtube.com/watch?v=Ak2jxmhCH1M&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?v=Ak2jxmhCH1M&feature=player_detailpage
martes, 14 de junio de 2011
domingo, 12 de junio de 2011
El Café Limeño: El famoso champús
EL CAFÉ LIMENO
“La comida es el otro hogar de los peruanos (“hogar en dos sentidos”). Nuestra comida es una casa gigantesca y viejísima, construida sobre cimientos de pueblos, habitada por ingredientes nativos y exóticos, y abrigada por el fogón de la memoria. Tocados desde niños por la magia sutil y poderosa del saborear como los reyes que no somos, vamos por el mundo haciendo de profetas de un arte antiguo, cuantioso y casi inverosímil, que nos devuelva algo de orgullo, no de vanidad. La nostalgia del Perú es una enfermedad que se cura con recetas de cocina.” (Víctor Hurtado en Pago de Letras, 2004)
Aquí va un video del Instituto de los Andes sobre cómo confeccionar el champús a su manera:
El champús es una especie de mazamorra suelta hecha con harina de maíz y mote, y endulzado con frutas nativas peruanas.
Aunque se hizo muy popular durante la época del Virreinato, y su expendio continuó hasta bien adentrada la Republica, su orígenes se pueden trazar hasta las épocas prehispánicas. No en vano se conoce a los peruanos como mazamorreros, pues ya en esas épocas se conocieron aquellas hechas con maíz espolvoreado con cal; o aquellas llamadas api, y que eran endulzadas con frutas o miel de algarrobo o de abejas. A pesar de que erróneamente se ha dicho que los antiguos peruanos no conocían los dulces, los cronistas nos cuentan que aquellos confeccionaban edulcorantes con vegetales y frutas, a los que asoleaban para aumentar sus niveles de azúcar. Así, se utilizaban las ocas y camotes maduros y asoleados. Hacían moldes de chancaca, hirviendo la cáscara tierna del magüey, hacían un almíbar del fruto del molle, y sacaban la miel del árbol del algarrobo.
Tenían también, la miel de unas abejas sin aguijón (huancairruy tocto) de las que nos habla el historiador y estudioso de la nutrición en el Antiguo Perú, Santiago Antúnez de Mayolo Rynning. La mazamorra morada y las mazamorras de piña, guindones, guindas y capulís, espesadas con harina de camote y el champú de mote, endulzado con frutas, ya eran consumidas en esa época.
A través de la comida, el indígena se relacionaba con la Pachamama o madre tierra, y con el resto de su mundo espiritual. El hombre consideraba a la comida como un regalo de sus dioses, y como una forma de relacionarse con su entorno.
Cuando vinieron los españoles se produjo un choque cultural con la introducción de un mundo religioso ajeno a ellos, y con costumbres y modos de alimentación diferentes. Sintieron la irreverencia del invasor, con respecto a su relación con las dádivas de la naturaleza y su respeto por la gran comunidad humana. Aun así, ante la imposición de aquellos, fingieron someterse y fusionaron su cultura, su religión y su alimentación con la del conquistador. Con el intercambio de productos, varió el tipo de alimentación de ambos grupos. Los españoles trajeron las especias y el azúcar, productos que adquirieron de su mestizaje con los árabes, e introdujeron frutas y carnes ajenas al Nuevo Mundo. A su vez, hicieron conocer al resto del mundo sus descubrimientos botánicos y zoológicos.
En los siguientes siglos, el virreinato del Perú y su capital, Lima, reflejaban una mezcla de culturas y razas resultantes del mestizaje con los españoles y con los esclavos negros (más adelante se produciría la inmigración China en el siglo XIX); y la comida se constituyó, por diversas razones, en parte importante de la vida colonial.
Una apreciación de la Plaza de Armas, por viajeros visitantes al Perú, por escritores y cronistas costumbristas y por pintores de la época, coinciden en describir a la Lima desde los siglos XVI, hasta bien entrada la República, como una ciudad desordenada; a la que un viajero llamó: “cielo de mujeres”, purgatorio de hombres, e infierno de borricos”.
En 1840, Max Radiguet, un marino francés visitante, escribía sus impresiones sobre la Plaza Mayor, y decía que “Lima era un caos de colores chocantes, chillones e indecisos, atiborrada de una muchedumbre deslumbrante de las mas diversas razas y culturas”.
Era una ciudad bulliciosa en la que los mercachifles (llamados “cajoneros de ribera”, porque la mayor parte vendía sus mercancías en quioscos), pregoneros y demás vendedores, anunciaban la venta de su mercadería. Abundaban los puestos en los que se vendían toda clase de alimentos y baratijas, algunos de ellos soportados por toldos armados con telas de colores amarradas a cuatro palos; bajo los cuales había mesas y bancos de madera alargados…quizás émulos de los comedores populares. Entre braseros, ollas y sartenes, se oía chillar a la manteca y crepitar las frituras y tostadas. Allí se estacionaban las picanteras, las anticucheras, o las buñoleras, esperando a sus comensales; como en una gran feria. Los vendedores de cirios, las tamaleras, las fresqueras, los heladeros, y el aguador, paseaban ofreciendo sus mercancías entre un mar de jumentos que no perdían la oportunidad de “descargar sus necesidades” mientras se desplazaban por los alrededores. No faltaban los que recogían los excrementos para venderlos como estiércol. ¡Imagínese el lector la mezcla de olores: a deposiciones de los animales, el de acequias descubiertas, a alimentos y a grasa humeante! Las tapadas, aprovechando su disfraz matutino, iban pidiendo requiebros, misturas y regalos de los galantes caballeros.
Pero la agitación se hacía mayor a la salida de la misa de la Catedral (casi toda la población limeña vivía alrededor del centro de la capital, y allá por 1859, Lima ya tenía 100.341 habitantes), que era cuando los negritos se esmeraban en tocar sus tambores y bailar al ritmo de su música africana, con el fin de colectar “donaciones”.
En ese ambiente se ubicaba la champucera, personaje al que se dedica este artículo.
Como bien describe Adán Felipe Mejía, “El Corregidor”, (chapa que le quedó por corregir la gramática de todos sus conocidos y no conocidos), allá por las ultimas décadas del 1800, cuando junto con Ricardo Palma y Pancho Fierro, se convirtió en uno de los principales costumbristas de la época post-colonial: “El champús es nocherniego e invernoso, y ante todo, peruano”.
En aquellas noches neblinosas y húmedas de invierno, cuando las ultimas beatas habían salido de las iglesias, y los perros buscaban entre la basura restos de comida, y cuando el Sereno llegaba a golpe de siete de la noche preparándose para soplar su pito de barro en forma de pajarito y anunciar las horas a partir de lasa 12 de la noche, cuando se prendían los candiles, las negritas champuceras salían de sus callejones cargando trabajosamente sus aparejos, ollas y braceros. Se sentaban en las puertas de las tiendas, de los solares y de los callejones, o en el Portal de Escribanos de la Plaza Mayor, y plantaban su farolito de hojalata con vela de sebo, para alumbrarse en su trabajo diario. A su costado se paraba un niño que cantaba un pregón:
“Champús caliente, vamos con el café limeño, muchacha; el que se come medio, se come un real, para el colegial: Venid, venid que ya está: el cuartillo por delante y la taza por detrás (pague primero).”
Como recompensa, el muchacho recibía una tasa de champús al terminar la venta; si éste se había agotado, la champucera le regalaba medio real.
La formula del champús era secreta y se heredaba de madres a hijas. Además del champús ofrecían chicha de piña, chicha de guindas y agua de granates, además de una gran variedad de frutas; muchas, “ya chancaditas”. Vendían también, ramitos de flores y plantas en macetas o almácigos puestos sobre hojas de plátano.
Frente a la tenducha ponían largas bancas y mesas, sobre las que alineaban una serie de pocillos baratos, algunos despostillados, y platillos y cucharas de lata.
Antes de acostarse, era costumbre de los parroquianos, degustar esta bebida mazamorrosa
con el fin de calentarse. Desde los balcones de las casas que rodeaban la plaza, y que se alineaban a los largo de los jirones y calles, las mujeres divisaban la luz de las champuceras y mandaban a sus sirvientas a comprar la bebida calientita: era el cafecito limeño de aquella época. Dice El Corregidor, que dicho sea de paso era un gran aficionado a la cocina, que habían dos clases de champús: Los de leche, que se ofrecían en el invierno, y el champús de agrio, que se vendía desde la primavera, época en que la guanábana aparecía. Este último era más refrescante.
Allá por el año 1947, Adán Mejía, en un artículo de los que escribía regularmente para “La Prensa” y que hoy están condensados en el libro “Ayer y Hoy”, describió la forma de hacer el champús de agrio, el cual él decía que era más barato. De acuerdo a su receta, éste se confeccionaba con mote, harina de maíz, guanábana con pepas y todo, hasta que se cueza. El champús no era tan espeso como la mazamorra.
El de leche se hace con maíz blanco entero, algunas hojas de naranja y harina de maíz. Recomienda comer el champús en taza. Para los interesados, adjunto unas recetas del champús, como anexo a este artículo
Hoy en día, el champús que ya se había olvidado en muchas dulcerías y hogares, está volviendo a resucitar.
Por iniciativa del municipio limeño, se está tratando de rescatar la arquitectura, costumbres y cocina de las épocas antiguas. Así, en la Alameda Chabuca Granda, nuestra gran cantautora; allí al costado de una muralla que en algún tiempo protegió a invasores de otros invasores, se ha restablecido la costumbre de pregonar. Y entre humaredas y olores ricos y penetrantes, cantan las picaroneras, gritan las tamaleras, ofrecen sus ricos anticuchos las gráciles negritas; y el zanguito y el champús continúan endulzando los paladares de aquellos limeños, que con ellos recuerdan una Lima que se fue, pero que no se ha ido.
Lucia Newton de Valdivieso Nueva York, 12 de Marzo del 2010
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Historia de la cocina peruana: El champús
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