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lunes, 8 de julio de 2013

De Ollas y Sueños: documental sobre cocina peruana

domingo, 7 de julio de 2013

Castillo de Huarmey: London BBC shares Important Discovery of Ancient Royal Tomb

From London BBC:

Ancient Wari royal tomb unearthed in Peru

The archaeologists spent months secretly digging through the burial chambers

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Archaeologists in Peru have unearthed a royal tomb with treasures and mummified women from about 1,200 years ago.
The discovery north of Lima could shed new light on the Wari empire, which ruled in the Andes before the rise of the better-known Inca civilisation.
More than 60 skeletons were inside the tomb, including three Wari queens buried with gold and silver jewellery and brilliantly-painted ceramics.
Many mummified bodies were found sitting upright - indicating royalty.
The archaeologists say the tomb was found in El Castillo de Huarmey, about 280km (175 miles) north of Lima.
"We have found for the first time in Peruvian archaeological history, an imperial tomb of the Wari culture," co-director of the project Milosz Giersz was quoted as saying by Reuters news agency.
"The contents of the chamber consisted of 63 human bodies, most of them women, wrapped in funerary bundles buried in the typical seated position, a native Wari pattern."
Site at El Castillo de Huarmey, PeruFindings at El Castillo de Huarmey have changed archaeologists' views of women in Wari culture
Forensic archaeologist Wieslaw Wieckowski says the way other bodies were positioned indicated human sacrifice.
"Six of the skeletons we found in the grave were not in the textiles. They were placed on the top of the other burials in very strange positions, so we believe that they were sacrifices," he said.
"The fact that most of the skeletons were of women and the very rich grave goods, leads us to the interpretation that this was a tomb of the royal elite and that also changes our point of view on the position of the women in the Wari culture."
The archaeologists spent months secretly digging through the burial chambers amid fears that grave robbers would find out and loot the site.
The Wari civilization thrived from the 7th to 10th centuries AD, conquering all of what is now Peru before a mysterious and dramatic decline.
The Wari people had their capital near the modern-day Ayacucho, in the Andes.





A Room With A View 1985




viernes, 5 de julio de 2013

América-Indonesia Mítica






Si uno quiere ver maravillosos videos acerca del Perú Mítico, ir al link:

Dirigido por: Juan José Revenga
Desde las alturas de la cordillera andina hasta las profundas aguas de los ríos Amazonas y Beni, la serie documental ''América mítica'' viaja por el Cono Sur y América Central, explorando países como Colombia, Panamá o Bolivia y encontrándose con indígenas y marines.

 http://www.rtve.es/alacarta/videos/america-indonesia-mitica/

miércoles, 3 de julio de 2013

EL 4 DE JULIO DE 1776




El 4 DE JULIO DE 1776



Todos los 4 de Julio de cada año, celebramos el aniversario de la Independencia de los Estados Unidos de América.  Los extranjeros que vivimos en este gran país agradecemos la oportunidad que éste nos ha dado, para poder disfrutar de los beneficios que trae el vivir en una sociedad fundada sobre principios democráticos e igualitarios; y que nos proporciona un nivel de vida adecuado para suplir nuestras necesidades indispensables y las de nuestras familias.
La Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, el 4 de Julio de 1776, surgió de un acuerdo conjunto de las 13 colonias existentes, que estaban gobernadas por la monarquía británica bajo el rey Jorge III.  Éstas estaban pobladas por inmigrantes ingleses, franceses y holandeses, mayormente.  Las colonias eran autónomas, estaban regidas por asambleas locales, y estaban representadas por un gobernador reconocido por la corona; pero no tenían representación en el Parlamento Ingles y tenían que pagar impuestos.
Como las colonias habían desarrollado un comercio ilegal con las colonias españolas, y como Inglaterra se encontraba en problemas económicos después de la Guerra de los 7 Años con Francia (1756-1763), la Corona estableció un impuesto a este comercio.
Así, en el año 1774, se reunieron las 13 colonias para luchar por sus derechos, en  el Primer Congreso en Filadelfia.  Eran las épocas de la primacía de la filosofía de la Ilustración, por la cual se insistía en los derechos naturales del hombre de ser tratado con dignidad y respeto.  Así, se planteó exigir a Inglaterra el derecho de las colonias a ser respetadas; mas no se planeó todavía, la separación de aquella.
En 1775 se realizó un segundo Congreso, en el que se encargó a George Washington organizar un ejército; pero se trató de arreglar las diferencias con Inglaterra.
Sin embargo, al no lograr una solución a sus pedidos, en 1776, los colonos decidieron redactar la Declaración de Independencia y se encargó la transcripción de dicho documento a Thomas Jefferson, presidente del Comité de Redacción; también integrado por John Adams, Benjamin Franklin, Philip Livingston y Roger Sherman.  El Presidente del Congreso Continental, John Hancock, firmó el manuscrito, así como los representantes de los 13 nuevos estados.  Fueron 56 firmantes, en total.
Estos hombres fueron conscientes, al firmar esta declaratoria, de las consecuencias que tendría su participación en esta rebelión; y sin embargo, tuvieron la valentía para seguir adelante con sus planes.  Muchos de ellos murieron en la guerra revolucionaria; 5 fueron capturados y declarados traicioneros y fueron ejecutados; otros sufrieron agravios a sus propiedades y a sus familias.
Es importante transcribir el texto de la famosa Declaración de la Independencia, cuyo documento original se puede encontrar en los Archivos Nacionales en Washington D.C.
   “Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han conectado con otro, y asumir entre los poderes de la tierra, los poderes que le han sido dados por las leyes de la naturaleza y de su Dios; es necesario, debido al respeto que demandan las opiniones de la humanidad, que declaremos las causas que llevan a esta separación.”
    “Establecemos como verdades evidentes, que todos los hombres han sido creados iguales y que están investidos por el Creador, con ciertos derechos inalienables; entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la libertad, y a la búsqueda de la felicidad.  Que para asegurar tales derechos se establecen gobiernos entre los hombres, que derivan sus justos poderes de consentimiento de los gobernados.  Que cuando cualquier forma de gobierno se vuelve destructiva en una de sus extremos, es el derecho de los pueblos, el alterarlo o abolirlo, e instituir un nuevo gobierno; estableciendo sus bases en tales principios, y organizando sus poderes en tal forma que se logre la obtención de su seguridad y felicidad.  La prudencia guiará a que los gobiernos de larga duración no se cambien por causas sin importancia o transitorias.  Y en efecto, la experiencia nos enseña que la humanidad esta dispuesta a sufrir, mientras que los males sean tolerables, antes que abolir las formas a los que están acostumbrados.  Pero cuando una larga trayectoria de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, muestra el deseo de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, su deber, el derrocar a ese gobierno, y proveerlo de nuevos guardianes, para garantizar su absoluta seguridad.  Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora la necesidad que las obliga a alterar sus anteriores sistemas de gobierno.  La historia del presente Rey de Gran Bretaña es una historia de repetidos daños y usurpaciones, con el objeto directo de establecer una absoluta tiranía sobre los estados.  Para probarlo, someteremos los hechos, para juicio de un mundo imparcial.”
La separación del régimen colonial, según se establecía, surgió debido a la falta de reconocimiento de lo corona sobre los derechos que las colonias tenían para establecer sus propias leyes de gobierno y de administración de justicia; por la tiranía de las leyes inglesas en las colonias; por la arbitrariedad de su gobierno; por los constantes abusos de los invasores; por el impedimento para comerciar libremente con otras partes del mundo; y por la imposición de impuestos sin consulta ni  consentimiento de las colonias.
Lógicamente, Inglaterra no podía darse por vencida y perder a estas importantes colonias, por lo que mandó tropas para atacar a los rebeldes.  Así fue que se organiza un ejército revolucionario, con George Washington a la cabeza, quien hace frente a los ingleses; y en 1777 los colonos derrotan a los ingleses en la batalla de Saratoga.  Es importante citar a Washington, quien a raíz de la falta de persistencia y apoyo de los colonos en las batallas para la independencia, dijo: “Cuando los hombres se irritan y se inflaman con pasiones, vuelan rápida y decididamente a las armas; pero después que las primeras emociones pasan, el esperar que se dejen influenciar por otros principios que no sean el del interés, es algo que nunca ha pasado, ni pasará.  Es lógico que se preocupen más por sus familias y negocios a los que tienen que alimentar y atender.” El ejército que lo acompañó fue remunerado, y a los hombres que se unieron, se les ofreció dinero, tierras y ropa, a cambio de que peleasen en las batallas por la Independencia.
Entre 1778 y 1781, con ayuda internacional de Francia y España, países que habían tenido antiguas rencillas con Inglaterra, los colonos derrotaron a los ingleses en la batalla de Yorktown.  En 1783, se firmó la paz con el Tratado de Versalles, e Inglaterra reconoció la independencia de los Estados Unidos de América. En 1787, el Congreso aprobó una constitución por la cual cada estado cedía parte de su soberanía al Gobierno Central.  Se estableció también, la separación de los poderes en Legislativo, Judicial y Ejecutivo; se reconoció la soberanía popular, y se nombró a George Washington como presidente.  La capital se estableció en Nueva York. 
Han pasado 237 años, y los Estados Unidos de América (“América”, como a ellos les gusta llamarse), han seguido tratando de perpetuar la imagen de una democracia interna, que a mi parecer, no se ha materializado totalmente.
La época de la esclavitud; la Guerra Civil que se realizó entre hermanos de una nación que se dejaron llevar por conveniencias regionales propias; el Imperialismo abierto o disfrazado; la intrusión en asuntos de otras naciones por intereses económicos o de poder; las guerras innecesarias (Rescatemos una frase de Washington dirigida al Congreso Continental en 1776: “Una guerra defensiva debe evitar una Acción General o riesgos innecesarios; a no ser que estemos obligados por una necesidad dentro por la cual nunca debemos dejarnos capturar.”); las competencias incomprensibles entre candidatos de un mismo partido; son ejemplos, todos, de una democracia mal entendida.
El ser patriota y el estar de acuerdo con los principios establecidos por los Padres de la Patria, es reconocer que siendo leal a tu país, estás siendo leal a ti mismo; es comprender que la lucha por la justicia para los pueblos es una de los más grandes actos de patriotismo.  Si amamos a nuestro país, al país donde vivimos, trascenderemos los partidismos políticos, y lucharemos juntos por su bienestar; que es  el nuestro.



Lucia Newton de Valdivieso    

A continuación, les ofrezco un artículo interesantísimo sobre el orígen de los símbolos patrios de los EEUU:



Los Especiales de... El Turismo y La Hospitalidad.Producción Televisiva Realizada en San Francisco en Diciembre de 2004.

Los símbolos desempeñan un papel vital en la identificación para el mundo entero de una nación y su pueblo. Canciones, lemas, representaciones de figuras humanas y emblemas diferencian a un país de todos los demás, proyectan una idea de su carácter y sus valores, y actúan como elementos de unidad en tiempos de crisis nacional.Estados Unidos tiene una variedad de signos que tipifican a esa nación, cada uno especial para los norteamericanos, cada uno fácilmente reconocible para la mayoría de la gente en todas partes. Y detrás de cada uno hay una rica y variada historia.
A continuación examinaremos de cerca los símbolos que representan la fortaleza, independencia e ideales de los Estados Unidos de América.

La Bandera
El símbolo mas reverenciado por sus ciudadanos es la bandera. Las franjas rojas y blancas y las estrellas blancas sobre fondo azul relatan la historia del país, de su espíritu indomable y de su amor a la libertad.
La bandera es tan antigua como la nación misma. El 14 de junio de 1777, fecha que ahora se celebra en toda la nación como Día de la Bandera, los fundadores de la patria acordaron una resolución mediante la cual se estableció un estandarte para la nueva nación. Según ellos, tendría 13 franjas rojas y blancas distribuidas en forma alterna, que representarían los 13 Estados recién creados, y 13 estrellas sobre un solo fondo, que representarían su fusión en una sola unión.
Aunque no existen pruebas históricas de carácter oficial respecto a quién en realidad confeccionó la primera bandera, una leyenda reverenciada otorga tal honor a Betsy Griscom Ross, joven costurera que vivía en la calle Arch de Filadelfia, Pensilvania. Un día de junio de 1776, según reza la historia, Betsy recibió la visita de una comisión de representantes del Congreso Continental, el órgano legislativo de las colonias, encabezada por George Washington, en ese entonces comandante en jefe del Ejército Colonial. Los otros miembros de la comisión eran Robert Morris, uno de los firmantes de la Declaración de Independencia, quien administraba las finanzas durante la Guerra de la Independencia, y el general George Ross, también firmante de la declaración y tío de John, esposo de Betsy.
Los tres le presentaron a Betsy un boceto con el pedido de que confeccionara la bandera. Betsy sugirió un cambio. En lugar de una estrella de seis puntas, dijo, sería más atractiva una de cinco puntas. Los hombres objetaron que una estrella de cinco puntas sería difícil de dibujar. La ingeniosa joven, con un simple giro de sus tijeras, demostró que podía hacerse fácilmente. La comisión de eminentes patriotas se convenció. La bandera se creó y ahora la casita de ladrillos de Betsy Ross es una de las más importantes atracciones turísticas de Filadelfia.
El mismo George Washington, en una ocasión, interpretó el significado de la bandera en estos términos: "Tomamos las estrellas del cielo, el rojo de nuestra madre patria, separándolo con franjas blancas para de esta manera indicar que nosotros nos hemos separado de ella, y las franjas blancas pasarán a la posteridad como símbolo de la libertad."
La nueva enseña fue izada por primera vez en el Fuerte Stanwix, sitio de la actual ciudad de Rome, estado de Nueva York, el 3 de agosto de 1777. Tres días después, tuvo su bautismo de fuego en la batalla de Oriskany, Nueva York, donde los colonialistas obligaron a los ingleses a retirarse.
En la medida en que Estados Unidos crecía, se agregaba a la bandera una estrella cada vez que un estado ingresaba a la Unión Americana. Hoy, contiene 50 estrellas.


Himno Nacional

"The Star-Spangled Banner" ("La Bandera de Estrellas Centelleantes"), el himno nacional de Estados Unidos, es reconocido en el mundo entero. Nació durante las tempranas horas del 14 de septiembre de 1814, luego de un bombardeo de 25 horas al fuerte McHenry, un puesto militar a la entrada del puerto de Baltimore, en la costa atlántica.
Inglaterra y Estados Unidos se encontraban en guerra. Izando una bandera blanca de tregua, un joven abogado llamado Francis Scott Key había abordado, varios días antes, el barco de guerra británico Tonnant para concertar la liberación de un médico norteamericano de avanzada edad. Durante las negociaciones, Key se percató de los planes ingleses de tomar por asalto Baltimore. Fue escoltado de regreso a su corbeta por marinos británicos para que no pudiera avisar a los norteamericanos del inminente ataque.
Temprano en la mañana del 13 de septiembre, comenzó el bombardeo. Dieciséis barcos de guerra atacaron con sus cañones el puerto durante todo ese día e incluso el día siguiente. Key se paseaba por el puente de su nave, tratando de divisar en una noche sin luna si todavía ondeaba la bandera de Estados Unidos. El cañoneo continuó aun después de la media noche, pero hasta ya amanecido el día y después que se disipó el humo de los cañonazos, Key no pudo divisar la bandera roja, blanca y azul que aún ondeaba sobre el fuerte.
Key, quien además de ser abogado era poeta, buscó en el bolsillo de su chaqueta y encontró una vieja carta. Comenzó a componer un poema que tituló "En Defensa del Fuerte McHenry", en el que hizo alusión cuatro veces a la bandera estrellada. Unos pocos días después de la batalla el poema fue impreso en octavillas que se repartieron en las calles de Baltimore.
En la época en que Key compuso su poema, había alcanzado gran popularidad en Norteamérica una vieja canción inglesa de taberna: "A Anacreonte que está en el Cielo". Key compuso la letra siguiendo la melodía y ritmo de la canción. La composición se cantó por primera vez en público el 19 de octubre de 1814, y desde entonces ha sido cantada en desfiles, en actos oficiales, en escuelas y aun antes del inicio de eventos deportivos.
El 31 de marzo de 1931, mediante una Resolución del Congreso firmada por el presidente Herbert Hoover, el patriótico poema fue designado himno nacional. A través de los años, el himno ha sido criticado por ser difícil de cantar. Otras canciones han sido sugeridas para suplantarlo, mas, aunque resulte difícil entonar sus notas altas, sigue siendo el himno que emociona a los norteamericanos.
Tres figuras encarnan los símbolos más conocidos de Estados Unidos: la estatua de la Libertad, el Tío Sam y Columbia.


La estatua de la Libertad
La estatua de la Libertad, paradójicamente, ni siquiera fue creada en Estados Unidos, sino en el estudio de un escultor francés llamado Frederic Auguste Bartholdi.
Es una estatua de cobre, cubierta con una túnica larga y suelta, que se yergue majestuosamente sobre una pequeñísima isla en el puerto de Nueva York y le da la bienvenida a los barcos y pasajeros que llegan. En la mano derecha sostiene una antorcha en alto señalando el cielo; en la izquierda se encuentra una tablilla que dice: "4 de julio de 1776", fecha en que se proclamó la Declaración de Independencia.
La estatua, cuyo nombre completo es La Libertad Iluminando el Mundo, fue un regalo de Francia a Estados Unidos, que simboliza el amor de ambos países a la democracia.
Una versión mas pequeña, de 36 pies (11 metros) de altura y esculpida en bronce, se encuentra en uno de los puentes que cruzan el río Sena en París.
La estatua de la Libertad es la más grande que se haya construido jamás. Pesa 240.000 kilos, tiene una altura de 46 metros y se levanta sobre un pedestal de 45,7 metros de altura. En la cabeza lleva una corona de siete puntas, que representa los siete continentes. Un ascensor lleva a los visitantes desde el pedestal hasta la base de la estatua, y de allí 168 escalones conducen a la corona en cada una de las dos escalinatas.
El espíritu de la estatua lo traduce el famoso poema de Emma Lazarus, "El nuevo Coloso", inscrito en una placa colocada en el interior del pedestal. Este poema concluye de la siguiente manera:
Dadme vuestros seres pobres y cansados. Dadme esas masas ansiosas de ser libres, los tristes desechos de costas populosas. Que vengan los desamparados Que las tempestades batan. Mi antorcha alumbra un umbral dorado. El escultor Bartholdi alcanzó fama en Francia, su país natal, desde muy joven. A los 22 años creó la estatua de uno de los más importantes generales de Napoleón, y poco después le concedieron la prestigiosa condecoración de la Legión de Honor. En 1865 acudió a una cena cerca del Palacio de Versalles en casa de Edouard de Laboulaye, profesor e historiador francés, en la que los invitados conversaban sobre la estrecha amistad que unía a Francia con Estados Unidos desde que el marqués de Lafayette luchó con valentía en la guerra de independencia de este país.
Esa noche Laboulaye gestó la idea de una gigantesca estatua para conmemorar la independencia de Estados Unidos. Bartholdi fue comisionado para explorar la posibilidad. En los diez años que siguieron, el escultor visitó Estados Unidos y decidió que la estatua debía estar situada en el puerto de Nueva York.
Finalmente se obtuvieron fondos y en 1875 Bartholdi comenzó a trabajar en el coloso. El brazo levantado, de 12,8 metros de largo, tenía un dedo índice de 2,4 metros de longitud. La cabeza medía cinco metros y la boca era de un metro de ancho.
El 4 de julio de 1884, en París, Ferdinand de Lesseps, constructor del canal de Suez y presidente de la Unión Franco-norteamericana, donó oficialmente la estatua como regalo a Estados Unidos. En nombre de Estados Unidos recibió la donación el embajador norteamericano en Francia.
En mayo de 1885 la estatua fue desmantelada y empacada en 214 grandes cajones para su transporte en un navío de la marina francesa. En abril de 1886 finalizó la construcción del pedestal y se dio inicio a la tarea de reensamblar la estatua.
El 28 de octubre de ese año, se develó la estatua en presencia de dignatarios de Francia y Estados Unidos. Cien años después el presidente Ronald Reagan dirigió los actos de celebración de su primer centenario.


El Tío Sam

El Tío Sam, unos 75 años más viejo que la Dama del Puerto, es una hombre barbudo de largas piernas, ataviado con los colores y formato de la bandera nacional y tocado con un sombrero de copa. Como lo demuestran constantemente los titularas de la prensa en todo el mundo, el Tío Sam, es la personificación de Estados Unidos. Nadie duda del significado de la frase: "El Tío Sam envía ayuda a víctimas del desastre".
Durante muchas décadas los caricaturistas políticos en Estados Unidos y, por supuesto, en todo el mundo, han encontrado una valiosa mina de inspiración en el viejo caballero. Ha sido retratado con la apariencia, el estado de ánimo o la actitud necesaria para expresar su punto de vista. Durante la Segunda Guerra Mundial, frecuentemente se lo representó con las mangas recogidas, trabajando en una fábrica; cuando el Partido Republicano ganaba las elecciones, se lo representaba montado en un elefante, y cuando ganaba el Partido Demócrata, iba a lomo de un burro; cuando los tiempos eran económicamente difíciles, se lo dibujaba con los pantalones raídos y la chaqueta llena de remiendos.
El retrato más conocido de Sam fue el que figuraba en un cartel del Ejército para atraer reclutas, pintado en 1917 por el conocido ilustrador James Montgomery Flagg. El cartel muestra a Sam con el semblante serio, los labios apretados y el dedo índice que apunta directamente al observador. En grandes letras están las palabras: "¡QUIERO QUE FORMES PARTE DEL EJERCITO DE ESTADOS UNIDOS!"
El cartel resultó tan eficaz en la inscripción de reclutas se lo usó nuevamente en la Segunda Guerra Mundial.
Sam ha sonreído y ha hecho muecas de dolor, ha adoptado un semblante alegre, nos ha mirado airadamente, nos ha mostrado el puño, ha llorado en las tragedias y se ha llenado de gloria en los momentos de victoria. De hecho, ilustra los altibajos de la vida nacional de Estados Unidos.
El Tío Sam no fue un personaje ficticio, como muchos suponen, sino que comenzó su vida como una persona real. Según los historiadores, fue un comerciante en carnes llamado Samuel Wilson, quien nació en 1766 y peleó en la Guerra de la Independencia cuando aún era adolescente.
Cuando estalló la Guerra de 1812, Sam Wilson, quien para entonces ya era un próspero hombre de negocios, fue nombrado inspector de los suministros de alimentos del Ejército en el estado de Nueva York y el vecino estado de Nueva Jersey. Un día, cuando el gobernador de Nueva York, Daniel D. Tompkins, visitaba la planta de Wilson, observó que los barriles de carne que esperaban ser despachados llevaban impresas las marcas "EA-US" en grandes letras.
El gobernador preguntó: "¿Qué representan las iniciales?" Uno de los ayudantes de Wilson respondió que uno de los contratistas a quien Wilson enviaba carne era un tal Elbert Anderson. Con respecto a la marca "US", contestó que, por supuesto, quería decir que la carne iba destinada al ejercito de Estados Unidos, y en tono de broma añadió: "Significa Uncle Sam (Tío Sam) Wilson".
Esa anécdota, que se repitió ampliamente, fue especialmente apreciada por los vecinos de Wilson, quienes lo estimaban mucho por su patriotismo, su rígido código de honor y su autosuficiencia. Para cuando la guerra había terminado, dos anos después, Sam Wilson era conocido en todo el país como Tío Sam, el hombre que tipificaba al norteamericano promedio.
Siglo y medio más tarde, Sam Wilson fue reconocido oficialmente por el gobierno de Estados Unidos como el prototipo del Tío Sam. En 1961, el Congreso aprobó una resolución que lo declaro "representante del símbolo nacional de Estados Unidos".


Columbia
"Columbia" es el equivalente femenino del Tío Sam, casi tan alta como éste aunque mucho más real en apariencia, y tan seria y digna como el Tío Sam es campechano y sencillo. Generalmente se la presenta como una mujer escultural que luce una larga túnica blanca y con una especie de gorro frigio adornado con estrellas, a veces con la bandera de Estados Unidos en la mano.
Como símbolo de Estados Unidos, Columbia es varios decenios más vieja que Sam, y a diferencia de él, no fue originalmente una persona real sino más bien la creación de artistas que, con el paso de los años, la han presentado como la encarnación del carácter norteamericano, firme, resuelto, inquebrantable y, sobre todo, patriótico.
El historiador Alton Ketchum escribió que la mayoría de estas pinturas y estatuas tomaron la forma de las diosas griegas, pero los orígenes de Columbia no se encuentran en la mitología griega. Mas bien se le dio ese nombre en honor a un hombre que nació en Italia y que hizo historia bajo el patronato real de España -- el explorador Cristóbal Colón, quien descubrió el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492.
Entre los primeros en aplicar el nombre de Columbia a la América independiente estaba Philip Morin Freneau, quien ha sido calificado de "el poeta de la Revolución Americana". "Columbia jamás será gobernada por una isla," dijo en un poema titulado "La Balanza Política", en una de las varias ocasiones en las que utilizó la palabra como sinónimo del la emergente nación.
Desde entonces, se ha dado este nombre a una veintena de ciudades en Estados Unidos, a cientos de empresas privadas, incluyendo una de las mas importantes cadenas de televisión, y a una de las más viejas universidades del país. King's College, fundado en 1754 en la ciudad de Nueva York, posteriormente cambió su nombre por el de Universidad de Columbia, actualmente una de las instituciones de educación superior de más renombre del mundo.


"Yankee Doodle" 

Los orígenes de las palabras "Yankee" y "Yankee Doodle" como simbolos nacionales se pierden en la bruma de la historia. Algunas autoridades creen que la palabra "yankee" puede haberse originado de la voz holandesa "yanke", que significa "Juanito", mientras que otros dicen que los indios americanos pronunciaban mal la palabra francesa "anglais", que significa "inglés." El resultado fue la palabra "Yankee". Antes de la Guerra de la Independencia, los soldados británicos comenzaban a referirse en forma despectiva a los colonos, a quienes consideraban patanes pueblerinos, como "yankees". Pero los morteamericanos, lejos de ofenderse, más bien gustaron del apodo y pronto lo adoptaron para referirse a sí mismos.
Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, las tropas norteamericanas eran conocidas en todo el mundo como "yanks" o "yankees". Una canción popular escrita en 1917 por el autor teatral y compositor George M. Cohan titulada "Over There" contiene la apasionada estrofa: "¡Ahí vienen los yankees! ¡Ahí vienen los yankees!"
La canción "Yankee Doodle", que en la actualidad está tan identificada con los norteamericanos, se cantaba en Inglaterra desde los tiempos de la reina Isabel I en el siglo XVI. A mediados de los años 1600, las tropas gubernamentales al mando del rey Carlos I cantaban estas palabras en tono de desprecio dirigidas a Oliver Cromwell, el rebelde al frente de la revolución de los puritanos, la cual a la postre derrocó a la monarquía.
En 1775, cuando las batallas de Lexington y Concord señalaban el inicio de la Guerra de la Independencia en Norteamérica, las tropas coloniales cantaban la tonada con letra escrita por un cirujano británico para ridiculizarlas. La tonada se convirtió en el canto de guerra del ejercito de George Washington y los hombres la cantaban cuando marchaban, cuando acampaban y cuando peleaban. Cada verso era seguido del coro. Así comenzaba:
Mi padre y yo fuimos a acampar /Junto con el Capitán Gooding /Ahí vimos hombres y muchachos /Tan profusos como el pudín casero. Coro: Yankee Doodle, mantente firme, Yankee Doodle galán /Sigue la música y el paso /Y con las chicas hazte fácil.
Mas no todos los 15 versos eran alegres. El penúltimo dice así:
Veo otra fila de hombres, /Cavando sepulturas, me dijeron; /Tan largas y tan hondas /Para que en ellas cupiera yo.


Sello de los Estados Unidos

Veamos ahora otro símbolo clave: el Sello de Estados Unidos. En el anverso, que contiene el diseño principal, un águila de cabeza blanca sostiene en una garra una rama de olivo, que simboliza la paz, y en la otra un manojo de 13 flechas, una por cada uno de los estados originales.
En el pecho del águila aparece un escudo de franjas rojas y blancas y en el pico hay un listón con una inscripción en latín que dice: "E pluribus unum", que significa "De muchos, uno".
Sobre su cabeza hay una constelación de 13 estrellas. En el reverso hay una pirámide sin acabar, que significa la fortaleza perdurable.
El secretario de Estado, quien es el más alto miembro del gabinete, tiene en custodia este escudo o sello, el cual, por ley, debe aparecer en todos los documentos importantes. Una réplica del Sello aparece sobre las puertas de todas las embajadas y consulados de Estados Unidos. La representación de ambos lados se encuentra solamente al reverso de los billetes de un dólar.
Poco después de la firma de la Declaración de Independencia, Benjamin Franklin, John Adams y Thomas Jefferson fueron escogidos por los delegados al Congreso Continental para encontrar un diseño adecuado. Tres comisiones trabajaron durante seis años, sometiendo temas bíblicos y versiones de escudos heráldicos del Viejo Mundo, antes que finalmente el Congreso aprobara, el 20 de junio de 1782, un diseño definitivo. El 15 de septiembre de 1789 una resolución del Congreso proclamó que la versión de 1782 sería "el Sello de los Estados Unidos".
Los historiadores han documentado un aparte de la historia del Gran Sello. Benjamin Franklin se opuso vigorosamente al uso del águila de cabeza blanca, proponiendo en su lugar el pavo salvaje. En una enérgica carta dirigida a su hija, criticó severamente el "mal carácter moral" del águila, agregando que: "No vive honestamente; la podemos ver sobre un árbol muerto, donde, por haraganería no pesca por sí misma sino que se queda observando la labor del halcón pescador; cuando esa diligente ave por fin logra capturar un pez y lo lleva a su nido para sustentar a su hembra y sus críos, el águila la persigue y le arrebata el pez". Franklin perdió la batalla; ganó el águila.
En total se hicieron siete troqueles. El primero, de bronce, está en exhibición en el Archivo Nacional de Washington, D.C. El séptimo, actualmente en uso, es de acero endurecido y fue grabado por la firma de Bailey, Banks and Biddle de Filadelfia, Pensilvania, en 1904.


El Ave Nacional

El ave nacional de Estados Unidos es esa misma águila, que en Estados Unidos se llama "águila calva" y que, por cierto, no es calva. Plumas de color blanco puro cubren la cabeza de los ejemplares adultos, lo que la hace parecer calva. El lema nacional, grabado en todas las monedas metálicas y billetes de banco, es: "En Dios Confiamos". Si bien esta frase, que aparece en la cuarta estrofa del Himno Nacional, ha sido grabada en las monedas desde 1861, no fue sino en 1956 que el Congreso aprobó una ley que la designaba como el lema nacional oficial.
Desde la bandera hasta las canciones, desde una gran estatua a un caballero barbudo, los simbolos describen gráficamente para sus ciudadanos y el mundo entero el alma de Estados Unidos.


Fuente: Sitio Oficial del Departamento de Estado de Estados Unidos
Es Una Contribución de
LOS ESPECIALES DE...EL TURISMO Y LA HOSPITALIDAD
A LA DIFUSION DEL TURISMO Y DEL PATRIMONIO CULTURAL DE ESTADOS UNIDOS.
                                                        

sábado, 29 de junio de 2013

ANTHONY BOURDAIN PARTS UNKNOW COMPLETO LIMA PERU


Who is Anthony Bourdain?  This info comes from Wikipedia, where I got an extensive idea of this versatile persona:
Anthony Michael Bourdain (born June 25, 1956) is an American chef, author, and television personality. He is well-known for his 2000 book Kitchen Confidential: Adventures in the Culinary Underbelly, and hosted the Travel Channel's culinary and cultural adventure programs Anthony Bourdain: No Reservations and The Layover. In 2013, he joined CNN to host Anthony Bourdain: Parts Unknown.
A 1978 graduate of the Culinary Institute of America and a veteran of numerous professional kitchens,[1] Bourdain was a chef-at-large,[2] whose home base wasBrasserie Les Halles, New York.[3]


viernes, 28 de junio de 2013

Atahualpa

ATAHUALPA
 
Los Funerales de Atahualpa de Luis Montero (1868): Museo de Arte de Lima
  En un artículo de Virgilio Freddy Cabanillas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, éste nos cuenta:
En un penetrante artículo, Roberto Miró Quesada señaló la identificación de Montero con los proyectos criollos y liberales. Se reconoce la importancia de lo indígena, pero se le supera para construir el nuevo Perú a partir de la herencia hispana. Por eso pintó los funerales del inca. Un indígena magnífico, imponente, bien pintado, pero muerto. En palabras de Buntinx: “Los Funerales de Atahualpa son en realidad las fácticas aunque espléndidas exequias que cierta ideología criolla en consolidación otorga a lo que reconoce pero margina” 16.


La captura y muerte de Atahualpa Inca, hijo de Huayna Cápac y de una princesa quiteña, marca un importante hito en la historia del Perú y del mundo, “ya que los factores que contribuyeron a este hecho vienen a ser esencialmente los mismos que determinaron el desenvolvimiento de enfrentamientos similares entre colonizadores y nativos en el resto del mundo.  La captura de Atahualpa nos abre una visión amplia de la historia del mundo” (Jared Diamond: Armas, Gérmenes y Hierro, 1999). Nos preguntamos con mucha curiosidad y cierta incredulidad, cómo un pequeño grupo de 180 hombres y 37 jinetes lograron vencer a un poderoso ejercito de quizás más de 50,000 indios.  Los hechos presentados fríamente nos conducen a pensar quizás en una inferioridad cultural del imperio incaico con respecto a los europeos o en una equivocada sensación de superioridad racial de los conquistadores que deleitaría a los racistas más recalcitrantes.  Por eso he querido presentar una diferente perspectiva de análisis de las causas de esta inesperada y sorprendente “conquista” (¿fue realmente tal?).
En los anales de la historia, dos imperios casi paralelos: el azteca y el incaico y las culturas que los precedieron y contribuyeron a la grandeza de estos, lograron grandes avances agrícolas, tecnológicos y expansionistas.  Se desarrollaron paralelamente a las culturas antiguas del Asia y por los hallazgos arqueológicos que de ellos se tienen podemos deducir que contaban con una estructura organizativa y socio-económica bastante avanzada.  A pesar de que algunos autores sitúan la aparición del imperio incaico en los tiempos de Manco Cápac (siglo XII aproximadamente), la mayor parte de los arqueólogos e historiadores modernos como Kauffman Doig y Franklin Pease dicen que el imperio incaico recién se formó después de la conquista por Pachacútec de los chancas y de sus territorios (aproximadamente en 1430), lo cual limitaría su duración  a  aproximadamente cien años de vida.  La expansión militar y territorial de los incas los llevó a establecer sus limites desde el sur de la ahora Colombia, hasta la parte austral de Chile, de la costa hasta bien adentrada la selva amazónica, y por el sureste hasta bordear las pampas argentinas.
 La decadencia del imperio no puede atribuirse sólo a la superioridad tecnológica de los conquistadores o al miedo a lo desconocido, de parte de los nativos, como quieren simplificar algunos historiadores.  Cuando los españoles, en su afán por buscar nuevas rutas para el comercio directo de las especias con las indias orientales  y también de conquistar nuevos territorios, llegan a las costas peruanas de Tumbes en 1528, ya habían oído hablar anteriormente de la existencia del fabuloso “Birú”; lleno de riquezas.  Francisco Pizarro, Diego de Almagro y el sacerdote Hernando de Luque se unieron como socios de la conquista en una empresa en la que se compartirían inversión, riesgos y ganancias después de descontar los pagos que se harían a los inversionistas  y a la corona española.  Con el fin de no encontrar obstáculos en el desarrollo de su objetivo Francisco Pizarro gestionó y obtuvo el permiso directo de la corona para la colonización.  A través de la famosa Capitulación de Toledo, obtuvo permiso para conquistar las tierras de la denominada “Nueva Castilla”, bajo la condición obligatoria de evangelizar a los nativos que habitaban esas tierras y se estipuló el “Quinto Real”, por el cual los socios de la conquista darían la quinta parte de todo lo encontrado a la corona real.  Como justificación y prueba de su descubrimiento en las anteriores expediciones que había hecho al Perú, Pizarro llevo a tres indios que habían sido capturados por Bartolomé Ruiz en sus incursiones por los ríos.  Ellos llevaban cerámicas, textiles y objetos de oro y plata que demostraban la riqueza de aquellos parajes.  Posteriormente, estos indios les servirían de intérpretes, como muchos otros que fueron capturados después y entrenados para dicho servicio. 
Al llegar los españoles al Tahuantinsuyo, se encontraron con una sociedad profundamente afectada por graves conflictos internos, consecuencia de la ya decadente cohesión organizativa del imperio y empeorada por la muerte de su más reciente monarca, Huayna Cápac y por la pugna por el gobierno de parte de sus hijos Huáscar y Atahualpa.  Huayna Cápac no pudo controlar la sublevación de varias provincias de la región ecuatorial del imperio, como tampoco pudo prever la pugna entre las parcialidades cusqueñas de Hurin y Hanan Cusco (alto y bajo Cusco), problemas que se agudizaron después de su muerte como consecuencia de su contagio con la viruela en 1529 (cuyo germen había sido traído a nuestras costas por las primeras expediciones españolas). 
La política de los Quichuas, conquistadores de varias culturas florecientes en la zona andina y costeña, consistió en la asimilación y utilización de muchas de las manifestaciones culturales de esos pueblos. El ayllu, célula social pre-incaica se transformó en la base del estado inca y sobre él se tejió la red administrativa y tributaria, lográndose así la expansión y dominación de éste. Se conservaron los señores étnicos o curacas; pero por razones prácticas, se estableció una estructura de poder vertical, la unidad de las lenguas y el reconocimiento del poder absoluto del Inca.  Se destinaron parte de las tierras al Estado con el fin de mantener a los miembros del gobierno y del clero.  “Así, el advenimiento de los incas significó para los grandes señores, una pérdida de poder y de buena parte de sus riquezas: sus mejores tierras pasaron a poder del Estado, con su gente local trabajando esos campos y el usufructo llenando los depósitos gubernamentales” (Maria Rostowrowski: Historia del Tahuantinsuyo).  Por otro lado,  la diversidad cultural de las naciones conquistadas no propició un sentimiento de nacionalidad, y existía una tremenda aspiración de aquellos pueblos por salir del dominio cusqueño.  El sistema de “mitimaes”, por el cual se desplazaba a poblaciones enteras a lugares desconocidos para cumplir las tareas estatales no hizo sino aumentar el descontento entre los vasallos. 
Al morir Huayna Cápac, el Tahuantinsuyo quedó dividido entre sus dos hijos: Huáscar quedó al mando del imperio que se había constituido con el Cusco como centro, antes de la conquista de Quito, y Atahualpa, quedó al mando del imperio de Quito; como legítimo heredero que era, por ser hijo de la princesa heredera de dicho reino, Túpac Paclla.  Después de un período de paz, las intrigas causadas por allegados a ambos gobernantes, hicieron surgir la envidia  y competencia entre los hermanos por el gobierno de todo el Tahuantinsuyo.  Así, se inició una cruenta guerra civil de la cual salió triunfante Atahualpa.  Éste ordenó el asesinato de todos los miembros de la familia de Huáscar y apresó a su hermano en Cajamarca. Los españoles no pudieron encontrar mejor situación para llevar a cabo su empresa y así fue como desembarcaron en Tumbes y avanzaron por la costa, conquistando pueblos y cometiendo toda clase de atrocidades contra los naturales. Atahualpa, ocupado en solucionar los conflictos internos, no prestó mucha importancia al peligro de la invasión española; fuera de que sus espías le informaban del escaso número de las tropas de Pizarro.  Por otro lado, Pizarro y sus huestes lograron granjearse la alianza de muchos curacas, los cuales se unieron a los españoles ilusoriamente; pensando que así podrían librarse del yugo Inca.  Fue recién cuando Atahualpa venció a Huáscar y se retiró a descansar  a los baños termales de Qonqo, en Cajamarca, que recién acordó entrevistarse con Pizarro y mandó a un espía con el fin de averiguar el número  y costumbres de estos españoles.  Este le aseguro de que “sólo eran unos ladrones barbudos salidos de unas casas flotantes en el mar” y que “venían montados en unos carneros (caballos) tan grandes como los del Collao” y que no eran hombres de guerra y que con solo doscientos hombres  los matarían a todos ellos.  El 24 de Septiembre de 1532, Pizarro se dirigió hacia Cajamarca con su pequeño ejército, con el fin de tenderle una emboscada al Inca.  Un curaca les dijo que Atahualpa los estaba esperando con 50,000 indios; sin embargo venciendo el terror, valerosamente avanzaron.  Y así, después de mandar por adelantado al Padre Valverde quien en nombre de Dios le pidió al Inca se sometiera a la corona española, causando la indignación del Inca, quien botó la Biblia al suelo en señal de desdén, Pizarro ordenó el ataque.  Y así, al grito de “Santiago” las fuerzas españolas, junto con su caballería  y mastines sanguinarios, arremetieron contra los indios, apresando a Atahualpa y produciéndose una de las más grandes matanzas de todos los tiempos.  Al enterarse de la caída del Inca, muchos de los seguidores del recién vencido Huáscar, se acercaron para ofrecer sus servicios a los conquistadores.  Con el fin de congraciarse con los españoles y lograr su libertad, Atahualpa ofreció dos cuartos de plata y uno de oro, hasta donde llegara la altura de su mano; del cual se dice fue el rescate pagado más alto en la historia de la humanidad.  Al enterarse los españoles de que estaban en camino ejércitos liberadores, Pizarro ordenó la ejecución de Atahualpa, la cual se produjo por la pena del garrote (estrangulamiento), el 26 de julio de 1533.  Desde su cautiverio Atahualpa mandó matar a su hermano Huáscar, con el fin de que no se apropiase del Imperio. Pizarro utilizó esta situación para acusarlo de fratricidio, así como de traición y de idolatría y condenarlo a muerte. Irónicamente, Atahualpa se bautizó antes de morir.  La noticia de su muerte dispersó a los ejércitos incas, lo cual facilitó la conquista del imperio y la ocupación del Cusco por los españoles en noviembre de 1533, sin ofrecer los naturales, apenas algo de resistencia.
Pero fuera  de los conflictos internos que facilitaron la conquista, ¿cómo fue que un ejército tan pequeño pudo enfrentarse y vencer a las enormes tropas de Atahualpa?  La superioridad de las armas de los españoles: espadas y dagas afiladas, arcabuces, armaduras y sombreros de hierro, los protegieron de las incipientes cachiporras, boleadoras, garrotes, macanas y arcos y flechas de los indios.  La terrible embestida de los caballos y la superioridad de la lucha sobre ellos, así como el uso de perros feroces, fueron factores adicionales en la superioridad del ataque.
Por otro lado, las epidemias anteriormente traídas desde Europa, fueron diezmando buena parte de las poblaciones indígenas. Al morir Huayna Cápac con la viruela, el imperio quedo desunificado; situación que fue favorable a la invasión española.
La falta de información del Inca sobre la superioridad tecnológica y militar de los españoles, así como su desconocimiento  de las intenciones colonialistas de aquellos y de sus recientes conquistas en Méjico y el Caribe, también fueron factores decisivos para la derrota. Según María Rostowrowski, “No fue un puñado de hispanos quienes doblegaron al Inca, sino los propios andinos descontentos con la situación imperante, quienes creyeron encontrar una situación favorable para recobrar su libertad”.
La conquista trajo la destrucción no sólo del imperio pero también de su pureza cultural.  Se creó un sincretismo en las costumbres y en la religión, pero también se inició un proceso de sujeción a las órdenes que venían desde la corona y que privaban de la libertad de decisión a los mismos conquistadores.  ¡Qué contradicción!



Lucia Newton de Valdivieso