Esta Semana Santa recordamos, como todos los años, la época en que Jesús, nuestro Salvador, se inmoló en la cruz por los pecados del mundo. Los cristianos equiparamos su sacrificio como la apertura a la salvación, a la nueva vida espiritual. Así como Moisés liberó a los judíos de la opresión egipcia y los llevó hacia el camino de la libertad que se conmemora en la fiesta del Pasaje, Cristo, el hijo de Dios, libera a los cristianos de sus pecados, y al resucitar, los resucita a una nueva vida de amor.
En medio de estas épocas de desconcierto político global, donde se mecen las supremacías mundiales, es irónico recordar que todo este nuevo revivir que vino con la redención de Cristo, por los pecados del mundo, parece estar siendo violado por hordas desenfrenadas. Sea simbología para algunos, realidad para otros, necesidad de creer para algunos y un simple acto de injusticia contra un hombre que representaba una amenaza a la estabilidad de un pueblo, la Pasión, Muerte y Resurrección siguen teniendo significado, aún después de más de 2,000 años.
Y más allá de las palabras de los evangelios, se repite la historia del mundo y el mundo necesita librarse el pecado. Necesita librarse del pecado que cometen le sedientos del poder económico, y del poder político que les da justificación para "legalizar" la apropiación ilícita de las riquezas cada vez más difíciles de repartir, porque ya no hay pocos sino muchos los que se agitan con el poder del deseo.
From the Washington Post:
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Ya no les importan las vidas individuales, las poblaciones jóvenes; porque no les importa un mañana, sino un presente que les de satisfacción inmediata. Pareciera que los entretuviese el juego de la competencia y lo excitante del triunfo; la satisfacción por obtener la máxima autonomía en el manejo del juego de poderes. Utilizan armas como la distracción de la verdad, haciendo surgir nuevos sucesos que ocupen las mentes de los críticos. Van creando mientras tanto, asociaciones que les dejen avanzar en ese discutido "juego de ajedrez"...no importa quién se queme, cuántos se afecten y cuántos mueran. En todo tipo de gobierno, nada une más a la gente con su líder que una guerra; nada distrae más a los opositores que un tipo de acción violenta como la que se está dando hoy en día.
Pero el mundo y sus recursos van minándose, y ellos todavía no se dan cuenta que la destrucción y su destrucción se avecinan y que su libertad está siendo amenazada. Ya no tienen apoyo, porque ya se quedaron solos.
Pero el mundo y sus recursos van minándose, y ellos todavía no se dan cuenta que la destrucción y su destrucción se avecinan y que su libertad está siendo amenazada. Ya no tienen apoyo, porque ya se quedaron solos.
Mientras tanto, los que tenemos todavía fe, celebramos la vida, nuestro derecho a la reinvindicación, al milagro de la Resurrección, al milagro de la Libertad, al milagro de la Paz.
Muchas reflexiones nos trae esta Semana Santa, mucho ejemplo de lo que fue y puede ser, y del tremendo poder de la lucha por la justicia y la paz individual y comunitaria.
Feliz Pascua de la Resurrección!
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