Mi papá con mis tíos Jorge y Ricardo |
Guardaba como grandes tesoros algunos de los premios y condecoraciones que le habían dado y se cercioraba de hacer copias de sus diplomas y repartirlos entre sus hijos.
Condecoración que recibió de la Marina de Guerra |
Entre los muchos papeles que pude rescatar para reproducirlos y compartirlos entre mis amigos, familia y personas que me rodean, me encontré esta anécdota de su vida, como la llamó él:
"Caminaba yo un día por la playa chorrillana buscando un pescador amigo que quisiera alquilarnos su bote para ir a pescar. Después de varias vueltas, me encontré con un simpático hombre de mar que muy amablemente me preguntó qué buscaba.
Después de responder su pregunta y arreglar las condiciones por las cuales haría el paseo comenzamos a conversar, y después de tocar varios tópicos, mirándome fijamente, me dijo:
"Mire señor, es ,muy probable que ud. desarrolle en la vida una actividad más importante que la mía, y quizás tenga más dinero que yo. Pero lo que le aseguro es que ud. no es más feliz que yo."
Cuando le pregunté el porqué y en qué fundamentaba sus palabras, mirándome fijamente, me contestó"
"Mire señor: Ud. no respira el aire tan puro que respiro yo. Ud. no come el alimento tan fresco que disfruto yo. Ud, para trabajar necesita ponerse saco, corbata y otros adornos.
Yo para ello, sólo necesito de mis chompas cuando hace frío, y si se me malogran, le pido a mi mujer que me compre más.
Ud., por su aspecto canoso y arrugado, parece tener la edad de mi padre. Yo parezco menor que ud., y soy mayor...(en efecto, yo tenía 60 años, y él 70).
Mi única preocupación es que no se me rompa mi bote. Si eso pasara sería una verdadera desgracia para mí. Por eso, lo cuido y lo mantengo como si fuera mi hijo. Pero Dios está conmigo y no va a permitir que sufra este daño. Además, no hay que olvidar el adagio: No porque un bote se hunda, se deja de navegar."
Muy bien, le repliqué: "Pero supongamos que un día se junta ud. con varios amigos y desea tomarse unos tragos. Cómo hace, si Ud. me cuenta que todo el producto de su trabajo se lo entrega a su mujer para que se lo administre?"
"Muy sencillo, me dijo, le pido plata a mi mujer."
Repliqué: "Y si no le quiere dar?"
Me respondió: "Le pego, pero le aseguro que me da..."
"No se preocupe señor, después le traigo cariño y se queda bien contenta!"
Nos despedimos y quedamos en salir a pescar al día siguiente..."
Desde esos tiempos, uno de sus dichos favoritos era el que le había mencionado el pescador y siempre alababa las bondades de la vida simple y natural...disfrutando los dones que la naturaleza nos regalaba.
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