Bueno pués, les cuento que hay veces uno se dirige a la ciudad con el fin de agasajar o visitar a alguien o servir de guía de turismo, y termina uno descubriendo que más allá de los rascacielos y el concepto de ciudad moderna, conviven con ellos esos ornados y distinguidos edificios que se ocultan tímidos bajo su imposición! Y uno descubre que debería haber otro tipo de turismo, el turismo que descubre la historia escondida, pero riquísima de la gran ciudad. Esa que cuenta cómo se inició y desarrolló ella y como en los pequeños vestigios todavía queda la huella que atestigua una tradición ya casi olvidada. Ya dicho esto, pues me fuí con mi amiga Luz Maria Bouroncle al Barrio Chino de NY a buscar té de rosas y un té rojo que dicen que adelgaza. No me lo compré porque creo que lo mejor en mi caso es "cerrar el pico"; lo cual por el momento no me provoca hacer...en especial, después de Navidad donde sobran tantas ricuritas. Después nos fuimos a comer dim sum, q ue son unas especies de tapas a lo española, pero de la región del Cantón en la China. En la calle Capón en Lima, Perú, también acostumbrábamos a tomar el té chino (el dim sum se originó tomando té con pastitas, pues se consideraba que el té es un bajativo) y era super deli! Pues hijas e hijos, resulta que el famoso Jing Jong en Elizabeth Street en NYC, tiene una historia que data desde los 1700. Fue una taverna llamada Bull's Head Inn, que tenía su frente en Bowery Street y cuya puerta trasera estaba en Elizabeth Street. Su propietario Nicholas Bayard, la inauguró en 1740. Fue cuartel de George Washington durante la guerra revolucionaria, y después, allá por 1858, un alemán inmigrante, estableció un "Beer Garten" donde ofrecía cerveza (a pesar de la prohibición, haciéndola pasar por aguada), habían funciones de ballet, cantaban grupos nuevos, jugaban bowling y billar y hasta había un órgano grandísimo que tenía sonidos como los de una orquesta. En el Bowery habían camales, y era una zona muy comercial. Los ancestros de los Astors millonarios fueron carnicieros y en un tiempo, dueños de esos terrenos. En 1916. al morir el viejo Krammer, los hijos lo heredaron y cerraron el local para construir un edificio de oficinas y un nuevo teatro. Más adelante, fue comprado por un chino millonario, Alex Chu, que todavía está pidiendo licencia para construir un hotelazo moderno. Sin embargo, y debido a que se ha descubierto el valor histórico de esos terrenos, están en debates de lo que debe de hacerse. Mientras tanto, el Jing Jong sigue funcionando ajeno a la gloria anterior, pero dándose fama por sí mismo, con uno de los mejores dim sums que he comido...limpísimo (los baños son impecables, también), y con un comedor que debe de alojar 1000 almas o más. Además de que tiene unos lamparones de cristales, impresionantes. Cuando uno sube por la interminable escalera mecánica que lleva hacia el restaurante parece que uno estuviese en un teleférico ! Así que si están por NY, dense una vueltecita por allí y gozen un poco de la historia interna de NY city.
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