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martes, 11 de abril de 2017

El Jardín Estrasburgo por Ana Maria Malachowski Rebagliati



EL JARDIN ESTRASBURGO
Era 1897, habían pasado ya dos años en los que en el país se luchaba por la democracia, dos años que en las calles de Lima cayeron miles por derrocar al gobierno militar del General Andrés Avelino Cáceres; los días terribles de la Coalición del 95 formada especialmente para este fin; dos años habian transcurrido de la renuncia del presidente Cáceres y posterior elección de Nicolás de Piérola, quien logró hacer una buena gestión convocando a los más capaces sin importar el partido al que pertenecían; es en ese momento que se funda el Jardin Estrasburgo que, al principio debió ser una cervecería alemana pero, con el tiempo se convirtió en el Jardín, un verdadero jardin y un verdadero restaurante, heladeria y pastelería. El Jardín Estrasburgo era uno de los más hermosos restaurantes no solo de Lima sino también de Sudamérica. Ubicado en el centro de todo - como los mejores restaurantes de Europa y Buenos Aires -, en plena Plaza de Armas, en los bajos del desaparecido Hotel Morin en el Portal de Escribanos N° 122 (hoy ahí se encuentra el edificio del Club de la Unión).
A fines del siglo XIX, sus primeros propietarios los ciudadanos Tulio Turchi y Bartolomé Boggio, organizaron la primera proyección de cine animado, que tuvo lugar un sábado 2 de enero de 1897; la cinta fue traida por los franceses Demizol y Toblert, fue una exhibición de carácter privado y a la que el invitado de honor fue el Presidente de la República, Nicolás de Piérola. El espectáculo contó también con la presencia del alcalde de Lima, el General Juan Martín Echenique y Tristán, el Perfecto de Lima así como casi toda la sociedad capitalina. La velada se abrió con unos trozos de ópera que se escuchaban desde un fonógrafo de Edison con cilindros de cera, causando una gran emoción en los asistentes al escuchar a un tenor que en esos momentos se hallaba en lugares tan lejanos como Estados Unidos o Europa. De pronto, se apagaron las luces dando inicio a la sesión cinematográfica por medio del sistema Vitascope y que tuvo una duracion de dos horas; la primera película que se exhibió trataba sobre un desfile de caballería del Ejército Francés y que fue muy aplaudida, en seguida pasaron la película "El Beso", la que hizo reir mucho a los asistentes a la sala, el público terminó tan contento que felicitó a C.F. Vifquian y W. H. Alexander, propietarios de las peliculas y el proyector.
Los días en el Estrasburgo se pasaban animadamente gracias tambien a la orquesta del maestro Perret y el clarinete del maestro Accinelli, las funciones de ópera de la Cia. Lombardi y Adalgisa Gabby contribuían tambien a que los amplios jardines se llenaran de gente.
Pasaron unos años, y la situación en el Estrasburgo cambió con los nuevos dueños que desde 1907, tenían a las "Damas Vienesas", la única orquesta integrada por mujeres que, en un número de 10 o 12, ejecutaban en una glorieta al centro del jardín música vienesa y otras melodias agradables para el oído, lo que hacía que los comensales almorzaran y cenaran con la música de cámara en vivo.
En 1910 ofrecían las más lindas partituras de las operetas de Strauss y de Franz Lehar. En el año 1913, en el Jardín Estrasburgo se celebró el centenario de Giuseppe Verdi con una orquesta estupenda. A partir de 1916, las Damas Vienesas también ofrecían presentaciones en el Palais Concert, otro de los lugares más frecuentados y más bellos de la Lima de aquella época.
EL JARDÍN ESTRASBURGO Y EL CENTENARIO
A pesar de que en julio de 1921 la situación política no era de las mejores en el país, durante tres días la población se dio una tregua para la conmemoración del Centenario de la Independencia. Los dignatarios y representantes de varios países iban llegando a la ciudad de Lima, los hoteles y restaurantes se preparaban para recibir a los cientos de personalidades extranjeras, el Jardín de Estrasburgo no fue ajeno a esta agitación que se vivía. Los nuevos propietarios, los hermanos Mario y Orestes Quazza, se habían adelantado y para las fiestas habían instalado una nueva cocina - una cocina nueva, decían; una cocina muy moderna, completa y perfectamente acondicionada -; y no solo era la cocina, también tenían un nuevo cocinero, "il signore" Juan Rigamonti, que había sido segundo jefe de cocina del "Gran Hotel Excelsior" de Venecia, no querían que el Centenario los coja desprevenidos, tenían que tener la mejor comida de esas que no se repiten sino cada .......... cien años!
FIN DEL ESTRASBURGO
El restaurante pudo superar la crisis mundial de 1929 así como la caída del régimen de Leguía, lo que no sucedió con otros locales que cerraron sus puertas o quebraron apenas se iniciaron los años treinta. Sin embargo, en 1935, el Jardín Estrasburgo desapareció. Su nuevo dueño, Don Pedro Bassino, lo trasladó a la calle Boza (cuadra 7 del jirón de la Unión), cambiándole el nombre por el de "Trocadero", pero no tuvo éxito y cerró al poco tiempo.
La vida de Lima estuvo siempre ligada a las conversaciones de los cafés y restaurantes, en los días más decisivos las charlas entre políticos y hombres de Estado, sentados alrededor de una mesa, resolvieron a menudo las cuestiones más difíciles. En el restaurante del Jardín Estrasburgo se resolvió más de una vida y hasta determinó más de un matrimonio.
Era un lugar no solo hermoso y donde se comía y bebía muy bien. Como algo personal, mi abuelo Edgardo Rebagliati, al salir de su estudio o de la revista Mundial, solía ir para almorzar al Jardin Estrasbugo.
Sus propietarios, los hermanos Quazza, hicieron que los clientes reciban un trato especial como para que todos se sientan a "cuerpo de rey!"
Bibliografía:
Revista Mundial
Historia de la República del Perú de Jorge Basadre
Blog: Lima la Única

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