Entre Apus tutelares y árboles de
eucalipto se encuentra esta propiedad establecida por una francesa Petit
Miribell, y un suizo, Franz Schiller, ya hace 20 años. Vinieron con la ilusión de hacer un colegio
para ayudar a la gente del lugar a
integrarse al sistema educativo. Para
financiar su tarea altruista, fundaron este
hotel y lo llenaron de acogedoras casitas circulares con tejas y techos
a dos aguas, terrazas invitadoras y caminos de lajas llenitos de flores que adornan el hotel con sus fragancias
y colores. Las habitaciones están
decoradas en forma rústica, pero lujosa, y guardan gran armonía con la
naturaleza y montañas circundantes. Todas
las habitaciones cuentan con baño, bañera, secador, acceso a internet,
calefacción, caja de seguridad, terraza y camino accesible para sillas de
ruedas. Cada cuarto tiene en su pared un
mural pintado por el artista plástico Federico Bauer, que integra elementos de
arte popular y paisajistas y que individualizan a cada cuarto…El Ají, La Flor
de Kantu o El Picaflor. Cuentan con
alrededor de 43 casitas de diversos tamaños.
La
propiedad tiene alrededor de 4,000 árboles de diferentes especies que se han
convertido en el hogar de más de 35 aves locales, entre las que se encuentran
los picaflores más grandes del mundo, los Patagonia Gigis.
El hotel está ubicado en el Valle
Sagrado de los Incas a un kilómetro de Urubamba la ciudad más importante de
este valle entre el famoso mercado de Pisac y la estación de trenes de
Ollantaytambo. Se encuentra en la
localidad de Huicho y fue inaugurado en el año 2000. Tiene una calificación de 5 estrellas y es
miembro de la cadena Pelais et Chateaux, que es una asociación que integra a 53
establecimientos que reúnen a propietarios, maitres de maison y chefs
independientes. Su lema es: “Un mundo mejor por medio de la cocina y de su hospitalidad
El hotel también tiene una piscina
al aire libre, una biblioteca (Willay)
con libros de cultura y tradiciones peruanas y una boutique que vende objetos
de arte locales y piezas hechas por artistas contemporáneos.
Su Spa, el Yacu Wasi, está rodeado
de jardines y ofrece toda clase de tratamientos corporales, como exfoliaciones
y envolturas con barro, así como masajes relajantes y antistress y tratamientos
faciales.
También opera su propia aventura
club / agencia (Viento-Sur), que ofrece una lista completa de las actividades
al aire libre en la región, como montar a caballo, los famosos Caballos
Peruanos de Paso.
Cuentan con dos restaurantes:
El Killa Wasi con una capacidad para
100 personas que ofrece una cocina de primera y está adornada con murales de
Federico Bauer.
Wayra: restaurante con acceso
independiente, que está construido alrededor de un jardín espacioso rodeado de las montañas tutelares de
Pumahuanca y Chicón y de sus restos arqueológicos. Consta de un ambiente cerrado y bar para
comer y un espacio abierto que mira hacia un gran jardín donde se realizan
shows diversos, entre los cuales el más famoso es el de los caballos de
paso bailando la marinera con sus
chalanes y sus damas. La comida es
excelente y se sirve un menú degustativo de tamaño y sabor espectacular.
Tiene una elegantísima cava que contiene algunos de los vinos más finos del mundo en un ambiente perfectamente temperado. Tiene un precioso comedor para 14 personas, especialmente diseñado para comidas privadas donde se sirven entre 5 y 10 diferentes platos preparados con productos del huerto y locales; y que tienen como fin educar al huésped sobre los diferentes vinos y su empate con las comidas que se sirven.
En este lugar idílico de Urubamba, Petit y Franz empezaron años atrás, ayudando a las escuelas locales, mejorando su infraestructura y organizando actividades culturales y deportivas. Siguiendo sus valores de inclusión e igualdad, crean la Asociación Sol y Luna; y abren el Sol y Luna Lodge para sostener su propuesta educativa y ofrecer trabajo a los padres de la comunidad. Después de 10 años apoyando a escuelas y proyectos diversos se decide fomentar el Colegio Intercultural Sol y Luna, una institución dedicada a mejorar la vida de los niños necesitados en el Valle Sagrado.
En la tradición andina, el balance
de las relaciones humanas y sociales se basa
en la reciprocidad; el dar y el recibir son parte del mismo proceso…todos
respetan los derechos de los demás y la solidaridad fluye naturalmente, incluso
en las transacciones comerciales. Ese es
el fundamento del Ayni. Los fundadores
pensaban que ya que la comunidad les daba a ellos su apoyo y confianza, su
cultura y su actitud positiva hacia la vida en medio de tantas dificultades,
sin perder esperanzas y llegando a
soluciones conjuntas, ellos a su vez les
devolverían este favor creando la Asociación No-lucrativa Sol y Luna encaminada
a resolver el futuro de los pobladores del Urubamba dándoles oportunidades para educarse y crear
mejores oportunidades para ellos en sus propia tierra. También los han ayudado en épocas de desastres
naturales como frío intenso o inundaciones.
El colegio está situado al costado
del hotel y provee educación en las
guardería y en la escuela primaria.
Actualmente cuentan con 160 estudiantes, que lindan entre las edades de 3 y 12
años, procedentes de más de 120 familias
que son residentes de 11 comunidades un poco remotas. A los niños se les proporcionan refrigerios y
almuerzos confeccionados por los chefs
del hotel, con ingredientes locales frescos; muchos de la huerta orgánica que
tienen en las premisas. Las pensiones que pagan los padres están
subsidiadas y hay muchos niños con becas.
Muchos turistas han aportado a esta noble causa. En el Hogar Semillas de Jesús, se proporciona
vivienda temporal durante la semana a muchos niños que vienen de las comunidades más
lejanas para estudiar en la escuela. Los gastos de administración y mantenimiento
son asumidos en su totalidad por el hotel, gracias a las generosas donaciones
de sus visitantes, de las cuales el 100% va a satisfacer las necesidades de los
niños. El 92% de los estudiantes reciben
becas parciales o totales.
Este modelo de industria de turismo es muy revolucionario. Para financiar su misión, Franz y Petit se han comprometido para que el 100% de las utilidades del hotel sean canalizadas directamente hacia la Fundación.
Muchos de los alumnos vienen de hogares
disfuncionales y de haber trabajado incansablemente en los campos de cultivo. En la escuela se les enseña a recuperar su
estima personal. Se les alienta para que
conserven su idioma quechua y su cultura tradicional, y se aspira a vincularlos
con el mundo internacional y darles más oportunidades de contactos de trabajo a
través de clases del idioma inglés y de
hotelería. Además de sus cursos
regulares, también se les dan cursos de nutrición y deportes.
En el año 2015, la fundación se
abocó a la formación de un programa de inclusión para niños y jóvenes con
habilidades diferentes. A ellos se les
provee de asistencia personalizada a cargo de un equipo de cuidadores,
terapistas y educadores. La atención está
dirigida no sólo al cuidado y atención de los niños minusválidos, sino que
también a permitirles que puedan vivir una vida digna dentro de sus
comunidades. Hasta el momento, la
fundación ha adoptado 12 niños minusválidos y la ayuda continuada dependerá de
los fondos que se obtengan para llevar a cabo esta labor.
Petit dice: “Si puedes caminar, tienes que caminar por el
que no puede hacerlo”.
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